A las puertas de la fase 3

Graduados sin MIR: la última 'baza' de Ayuso para armar la Atención Primaria

Los 270 contratos de refuerzo que Madrid ofreció a los residentes comenzaban el 1 de junio, pero aún no hay datos oficiales sobre cuántos se llegaron a firmar.

Isabel Díaz Ayuso y Enrique Ruiz Escudero
Graduados sin MIR: la última 'baza' de Ayuso para armar la Atención Primaria
EFE

Marcos no había empezado la residencia cuando la Covid arrasó en Madrid. "La cosa se puso fea y contactaron conmigo para ofrecerme un puesto en el Gran Hotel Colón", recuerda. Formaba parte de aquella bolsa de más de 4.000 recién graduados en Medicina pendientes del examen MIR (conocidos como R0). Al principio dudó, "tenía pensado volver a casa", pero pronto accedió a ayudar a esos enfermos que pasaron la Covid en un cuatro estrellas. Su contrato acabó el 31 de mayo y, solo dos días después, el Gobierno de Madrid le puso sobre la mesa una nueva oferta de trabajo. Le reclaman para reforzar una Atención Primaria que, según los contratos de los que hace gala el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, ya debería estar blindada. 

Un 'piénselo y ya le llamaremos' fue el final de una breve conversación. "No me quedó claro qué es lo que tendría que firmar", admite el graduado, "Desde la comunidad me dijeron que era solo una llamada para comprobar si estaba interesado, y que volverían a ponerse en contacto conmigo para darme los detalles en caso de que así fuera", comparte con La Información.  El relato de Lucía, también graduada sin MIR, es muy similar: "Estuve en uno de los hoteles y ahora estoy en Urgencias, pero mi contrato vence este mes". La joven recibió el primer globo sonda de manos de Personal la semana pasada: "Ni ellos tenían claro a quién llamaban porque me hicieron muchas preguntas sobre mi experiencia". El teléfono volvió a sonar este miércoles. A los dos los han citado este mismo jueves en Madrid para "aclarar qué funciones y bajo qué condiciones entraríamos en los centros de salud". 

La contratación temporal de médicos sin especialidad no es ilegal. Ni siquiera cuando a estos colegiados se les atribuyen funciones propias de un especialista. Este diario ha preguntado sobre los detalles de estos puestos a la Consejería de Sanidad en repetidas ocasiones y no ha obtenido respuesta. La opacidad sobre la oferta final de la comunidad es total, incluso para los principales afectados. No sabemos cuántos ni en qué régimen está previsto que pasen a engrosar las plantillas de Primaria. Sea como fuere, se trata de una estrategia que la jurisprudencia del Tribunal Supremo solo justifica cuando existe una carencia de especialistas. Es ahí donde las autoridades madrileñas pisaría en terreno pantanoso. 

¿Qué ha pasado con los contratos de refuerzo comprometidos?

El Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) cifra en 882 el total de residentes de Medicina Familiar y Comunitaria en la región a fecha del 30 de abril: 215 MIR de primer año (R1), 218 de segundo (R2), 227 de tercero (R3) y 222 de cuarto (R4). Todos han pasado el examen de acceso a la especialidad. Los R4 año acabaron el pasado mes la etapa de residencia y ya son especialistas. El 29 de mayo, la consejería de Sanidad trasladó a este medio que había ofrecido 270 plazas de refuerzo Covid a los entonces médicos residentes de la de Medicina Familiar y Comunitaria: se incorporarían el 1 de junio y todos se mantendrían en sus puestos hasta el 31 de diciembre. Sobre el papel, sobran MIR y adjuntos para copar la oferta del departamento pero, a fecha del 10 de junio, la consejería aún no había aclarado cuántos contratos se llegaron a formalizar. Este medio ha tratado de confirmar la cifra en repetidas ocasiones, sin éxito. 

Los residentes tampoco han tenido todas las cartas sobre la mesa hasta hace unos días. El pasado 30 de mayo los contratos de refuerzo no pasaban de un acuerdo verbal. Varios residentes coincidían al respecto: "Se trata de contratos de refuerzo de área, lo que implica que nos pueden mover a demanda dentro del área de salud a la que te adscribes". Algunas de ellas incluyen decenas de centros, lo que impide a los especialistas cumplir con unos de los objetivos básicos de la Primaria, la longitudinalidad de la atención, es decir, el seguimiento de unos pacientes que siempre son los mismos. 

Los MIR afirmaban que la consejería les prometía que, lejos de lo que dijese el contrato, a la hora de la verdad no les moverían de centro. La promesa quedó inmortalizada en uno de los correos que las unidades docentes enviaron a los residentes bajo su ala y al que ha tenido acceso este diario: "Queridos residentes. Os comunico que la Gerencia Asistencial de Atención Primaria os ofrece a todos la posibilidad de un contrato laboral hasta el 31/12/2020. Según me han informado desde la Dirección Asistencial Centro, os garantizan ubicaros en algún centro de salud próximo (o el mismo) en el que os habéis formado. Por favor, si estáis interesados y/o tenéis cualquier duda al respecto, responded afirmativamente a este correo y se pondrán en contacto con vosotros. Ojalá podamos seguir teniéndoos cerca, no se me ocurre mejores fichajes!!", reza el mensaje.

Alicia es residente de Medicina Familiar y Comunitaria y trabajó en Ifema cuando la pandemia no daba tregua. El 19 de mayo a las 14:00 horas este correo llegó a su bandeja de entrada. "Faltaban solo seis días para que acabásemos la residencia así que la mayoría ya habíamos buscado trabajo", cuenta en conversaciones con este diario. Tenía apalabrado un contrato para cubrir una baja, pero la llamada llegó igualmente: "Me insistieron desde la una de las unidades de salud para que firmara el contrato de refuerzo Covid, '¿Vas a rechazar un contrato de 7 meses?', me decían". 

"Era justo lo que temíamos. Un contrato eventual y para todo el área"

Alicia tenía otros planes: "Ya había cerrado esa sustitución y la dirección del centro de salud donde iba a realizar la baja me había prometido guardarme otra para un tiempo después por una cirugía programada de otro facultativo del centro". La médica asegura que desde Gerencia no dejaron de insistir. "La dirección de mi centro me confesó que también se habían puesto en contacto con ellos", relata la facultativa, "Les habían sugerido que si yo no firmaba el contratos de refuerzo no les iban a dejar contratarme después"

Mayo estaba a punto de terminar y, en poco más de una semana, Madrid iba a cruzar la frontera de la fase 2... pero los MIR aún no habían recibido un documento físico que firmar. Borja acabó la residencia en mayo y ahora es especialista. Estuvo pendiente hasta el último momento de la concreción de esos 'contratos golondrina': "Es justo lo que nos temíamos. Eventual y para los centros de todo el área, en este caso cubre Vallecas, Henares, Moratalaz, Rivas, Arganda, Villarejo...". Era 4 de junio y los primeros contratos de refuerzo de Covid empezaban a circular por los grupos de WhatsApp de los residentes. 

Contrato Refuerzo Covid
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Alberto es otro de los profesionales que acaban de terminar la residencia. Responde a la llamada de La Información el 9 de junio y señala que el contrato Covid tampoco estaba en sus planes. "Tenía apalabrado un contrato para cubrir vacaciones así que no les dije que no estaba interesado cuando me llamaron la primera vez", relata, "Hace unos días volvieron a contactar conmigo y me dijeron que si quería trabajar esas suplencias en el centro donde me formé tenía que ser a través del contrato de refuerzo Covid". 

El especialista asegura que entonces se puso en contacto una responsable de contratación: "Me dijo que ese mismo día, al intentar dar de alta uno de esos contratos, no le ha dejado el propio sistema, que le habían llamado de personal diciendo que ya no se aceptan". Este diario ha preguntado a la consejería sobre el funcionamiento de este tipo de contrataciones, pero no ha obtenido respuesta. La incertidumbre pesa en todos los escalones de la profesión a pocas semanas de la temporada estival. Alberto lo tiene claro "Les dije que no lo iba a firmar, se supone que empezaba la suplencia el 1 de julio, pero no sé qué pasará para entonces... si insisten en que todo tiene que ser a través de ese tipo de contrato, me iré al paro".

Algunos de los nombres recogidos en este texto son ficticios para proteger la identidad de los entrevistados.

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