"Faltaban 2.000 profesionales antes del virus"

El 'efecto frontera' agrava el verano más oscuro de los centros de salud de Madrid

Una decena de consultorios siguen cerrados y es la ausencia de sanitarios lo que impide levantar la persiana de estos puntos estratégicos contra los rebrotes.

Dos sanitarias salen del centro de salud para realizar estudios de seroprevalencia en domicilios
Dos sanitarias salen del centro de salud para realizar estudios de seroprevalencia en domicilios
Europa Press

Vienen malos tiempos para la Atención Primaria. Durante su avance por las fases de la desescalada, Madrid prometió que incorporaría más de 800 profesionales a los centros de salud de la región. A fecha de este lunes, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso había logrado cerrar 737 refuerzos, según confirmaron fuentes del departamento a La Información. El esfuerzo de la comunidad por alcanzar la cifra apalabrada ha encallado en un peligroso 'efecto frontera', que lleva años alimentando la fuga de profesionales a otras CCAA. La temporalidad y la brecha salarial respecto a otras regiones dilatan un agujero que ha impedido la reapertura de una decena de centros de salud. Bajo la sombra de una segunda oleada, los sanitarios esperan el verano más oscuro, desde las trincheras.

Antes de la Covid, sindicatos del ramo ya advertían de una carencia crónica de sanitarios que amenazaba con saturar los consultorios. "Hace años que faltan cerca de 2.000 profesionales en la red de Primaria", denuncian desde la la Federación de Sanidad de CCOO, "Si no se ha llegado a los 826 contratos, es porque los especialistas de Familia no aceptan las condiciones que ofrece la comunidad". Mientras que Madrid pone sobre la mesa puestos temporales, de tres a seis meses o hasta que dejen de ser necesarios -similar a la cláusula de un contrato por obra y servicio-, autonomías como Castilla-La Mancha o Castilla y León, resultan mucho más atractivas, con acuerdos de hasta tres años. Esto es lo que se conoce como el 'efecto frontera'.

La presión por desescalar instó a la comunidad a acelerar para 'parchear' ese coladero en las plantillas. "En materia de recursos humanos, se reforzarán las capacidades con 826 profesionales de Atención Primaria, más de 100 profesionales de Salud Pública y más de 100 profesionales en otros niveles de asistencia". El informe del Ministerio de Sanidad que respaldó el salto de la región a la Fase II se firmó el 5 de junio y, más de un mes después, las cifras oficiales siguen sin cumplir sus propias expectativas. Los centros de salud juegan un papel fundamental en el actual escenario. Son sus especialistas, los más conscientes de los pormenores de los focos que se desencadenan en sus áreas de salud. Las circunstancias mandan y Madrid ha tenido que cambiar de estrategia. 

"No hay suplentes y la plantilla debe doblar... pero no hay especialista que quiera hacerlo a 17 euros la hora"

Hace 72 horas la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) - sindicato más representativo de las administraciones públicas- difundía una radiografía de la situación: "Actualmente, esta falta de contratación ha provocado el cierre de diez centros de salud en horario de tarde y de nueve consultorios locales. Además, desde las Direcciones Asistenciales de centros de Leganés, el Escorial, San Fernando de Henares o Parla, van a implantar el modelo de cierre a las 18:00 horas". La cascada de focos es el telón de fondo y la cuarta pared, la sombra de una segunda oleada en cuanto el calor amaine. Así las cosas, los sanitarios anticipan una temporada estival, más revuelta que la de otros años.

"En cualquier centro de la comunidad -y no solo en Madrid-, se reparten consultas todos los días del año. En verano esto se multiplica y oscilan entre dos, tres y hasta cuatro consultas en los centros pequeños o medianos", explica Eduardo Díaz, médico de Familia en un centro de Leganés. "No resulta extraño que se den situaciones en las que, si son ocho médicos de tarde, haya cuatro de vacaciones y no se hayan encontrado suplente". La situación puede resolverse por varias vías: "Repartir estas consultas, por lo que cada médico asumiría dos, o que los especialistas doblen en el horario contrario al que les correspondería". Una vez asumida la falta de suplentes, el principal escollo es a cuánto se pagan las 'extras'. 

Javier Huerta Dante, médico de Familia en un centro de Delicias, coincide con Eduardo en la tasación: "Se están pagando las horas extraordinariar alrededor de 17 euros brutos la hora. Nadie quiere asumirlas a ese precio". Además de una atención fundamental a los nuevos Covid y sus contactos, los centros de Atención Primaria han retomado una actividad asistencial que quedó congelada en las peores semanas. "Conozco médicos que están sacando adelante el trabajo de cinco consultas", comparte Javier. "Los pacientes de los consultorios que siguen cerrados, los asumen sus centros de cabecera o centros matrices... En un centro donde trabajen, por ejemplo, dos pediatras en turno de mañana, cuando uno se va de vacaciones el otro tiene que hacer frente a las dos consultas. Cuando esto ocurre, la mayor parte de las veces, lo hace sin retribución extra alguna porque coincide con su horario laboral. No se reconoce la doble presión asistencial".

Hace unos días, la Gerencia de Atención Primaria explicó que iba a proceder a "reordenar los recursos atendiendo a las plantillas disponibles". Las autoridades sanitarias madrileñas admitieron que esto se traduciría en el  "reagrupamiento de profesionales en un centro". En aquellos que sigan abiertos. Aunque la consejería afirma que estos cierres pueden cambiar y ser puntuales, lo que se encuentran los profesionales a pie de consulta es que los refuerzos realmente son suplencias a los profesionales de vacaciones o los especialistas de baja. 

La necesidad de asegurar circuitos limpios y sucios dentro de cada centro y el papel de rastreo que asumió la Medicina Familiar con la desescalada, exigía ampliar equipos -exigencia a la que la comunidad se comprometió-. En las consultas se ha mudado a unos profesionales por otros, en algunos casos, con competencias limitadas al tratarse de graduados sin MIR. Los esfuerzos de la consejería por cerrar contratos han chocado con una realidad que lleva años apretando a la Atención Primaria laboral: la precariedad que catapulta a los profesionales más allá de la autopista. 

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