"La situación es crítica: hay que actuar ya"

Por qué 500 y no 1.000: los motivos para establecer un límite u otro para confinar

Los expertos señalan que el millar de casos de incidencia de la enfermedad en una determinada zona es un umbral demasiado alto que no se utiliza en ningún otro lugar. 

Madrid
Por qué 500 y no 1.000: los motivos para establecer un límite u otro para confinar.
Europa Press

"No tengo noticias de que ninguna región de otro país en toda la Unión Europea (UE) establezca un umbral de 1.000 positivos de incidencia para decretar cordones sanitarios". Adrián Aguinagalde, especialista en medicina preventiva y salud pública, es tajante con ello. Sin embargo, avisa: "No solo hay que tener en cuenta un criterio matemático para determinar si hay que aplicar restricciones en un territorio". En eso consistió, no obstante, la polémica que protagonizaron ayer el ministro Salvador Illa y la consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid (CAM). Mientras que el Ejecutivo de Ayuso contempla los 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes como uno de los tres indicadores que impulsan las restricciones en una determinada zona sanitaria, Illa recomendó a la región rebajar esa cifra a los 500 casos de incidencia. Los expertos a los que ha consultado La Información coinciden todos ellos en que "sería conveniente que la CAM hiciese caso a la petición del ministro", habida cuenta de que si no se actúa con celeridad, la fuga de agua en la región podría salpicar a toda España. 

En este punto, es lógico preguntarse qué motivos tiene la CAM para fijar en los 1.000 positivos de incidencia el límite a la hora de endurecer las restricciones en una zona básica sanitaria. María Grau, médica y especialista en salud pública, señala que se trata de una región "en la que tendría altos costes imponer medidas restrictivas en zonas muy extensas" y puede que por eso mismo su gobierno haya decidido curarse en salud y no rebajar el límite con tal de salvaguardar su economía, pero, igual que Aguinagalde, insiste en que esos 1.000 casos son excesivos. Por su parte, el epidemiólogo Joan Caylà es todavía más estricto: "No es que las alarmas tengan que encenderse cuando un núcleo poblacional con tanta gente como los de Madrid pase de 500 contagios... Hay que empezar a preocuparse y a aplicar medidas cuando la tasa supera los 100 en 14 días". Lo de esperar hasta los 1.000, desde su punto de vista, es una barbaridad. "Cuando en julio se tomó la decisión de confinar la provincia de Segrià (Lérida)", recuerda, "se hizo con una incidencia de 400 casos por cada 100.000 habitantes". Por eso Caylà no encuentra el sentido a que la CAM haya establecido un umbral tan alto. 

Joan Caylà (epidemiólogo): "En Lleida se aplicaron restricciones drásticas con 400 casos por cada 100.000 habitantes"

Con todo, y a juzgar por las opiniones de los expertos, no existiría una razón epidemiológica para establecer el límite de actuación en los 1.000 casos, pero sí una muy poderosa para situar ese umbral en los 500 contagios, o incluso en menos. Caylà remarca que "el virus corre más que la política" y que fijar un nivel tan alto es claramente perjudicial a la hora de frenar la transmisión. "Si Madrid se mueve ahora en esas cifras, podemos estar seguros de que va a ir a más en los próximos días", avisa. Y con el incremento de casos, "llegará también el de muertes". Ayer viernes, la CAM comunicó 51. "Por eso es tan importante activar medidas restrictivas pronto" con tal de atajar los brotes antes de que se descontrolen. Pero Aguinagalde quiere poner el acento en que la 'incidencia por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días' es solo uno de los 12 indicadores que se contemplan para aplicar cordones sanitarios. Existen otros 11 que hay que tener, tal y como explica el experto, tan en cuenta como la incidencia . "Cuando menos", subraya, "hay cinco que son importantísimos y que, por cierto, en la Comunidad de Madrid se están disparando". 

el dato

  • En las últimas 24 horas, la Comunidad de Madrid registra 3.121 casos nuevos y 51 muertes.

Entre ellos, se encuentran algunos como la 'tasa de hospitalizados', la 'tasa de ingresos en la UCI' y la 'tasa de positividad' que son particularmente importantes y que en Madrid "ya están en rojo". Por otro lado, "la capacidad de diagnóstico de casos" —tal y como reza el 'Plan de Respuesta Temprana en un escenario de control de la pandemia por Covid-19' que acordó el Ministerio de Sanidad con el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en el mes de julio— empieza también a ser preocupante en la región. En otras palabras, ese indicador refiere al tiempo que tienen que esperar los posibles casos positivos para estar seguros de si tienen o no el coronavirus. En Madrid, la saturación de los centros médicos podría estar alargando peligrosamente los tiempos y, por ende, manteniendo sin cuarentena a posibles contagiados.

El problema de las zonas 'imposibles de limitar'

Y de una polémica, a otra. Existen zonas básicas sanitarias (las unidades de territorio que utiliza la CAM para estratificar las medidas) con más de 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes en las que no se ha aplicado ninguna medida restrictiva aparte de las comunes a toda la región. Es el caso del barrio de Lavapiés, en el centro de la ciudad. Uno de los criterios que contempla la Comunidad para decidir si aplica un cordón sanitario en una zona determinada o no lo hace es la "viabilidad", es decir, si su coyuntura y su contexto geográfico y demográfico lo permiten. Aguinagalde lo ve, en este caso, algo lógico: "Es muy difícil aislar una unidad territorial cuando se encuentra en una zona en la que el resto está exento de restricciones". Esto es porque los movimientos cotidianos de los habitantes dificultarían la aplicación de las medidas. "Y es que ese es otro de los grandes factores que  hay que tener en cuenta siempre: si una medida se va a poder aplicar con garantías o no". No hay duda de que Lavapiés sería uno de esos casos. 

Adrián Aguinagalde: "Es difícil aislar una unidad territorial cuando se encuentra en una zona en la que el resto está exento de restricciones"

Sin embargo, muchos de los problemas que están apareciendo a raíz de la aplicación de los paquetes de restricciones que ya se han impuesto en zonas como Vallecas, Usera, Ciudad Lineal o Alcobendas podrían explicarse por lo mismo. La epidemióloga María Grau apunta que más de un 85% de los vecinos de esos núcleos trabajan fuera de ellos, por lo que "no es posible ser efectivos en el control de la transmisión de contagios ". A pesar de ello, Aguinagalde ve con buenos ojos lo de "imponer medidas por zonas", pero sí que hubiera apostado por hacerlo de forma distinta. "En vez de por zonas básicas sanitarias", explica, "yo hubiera cerrado la ciudad de Madrid en su conjunto; solo el municipio" y hubiera hecho lo propio con "otras ciudades de la región" en las que coyunturalmente fuera posible y que también tuvieran un alto índice de casos. Según el experto, una actuación como esa podría haber sido más efectiva y, además, podría haber evitado situaciones de desajuste entre zonas básicas sanitarias

"Un camino equivocado para salvar la economía"

En párrafos superiores se apunta el principal motivo por el que los expertos consideran que la CAM habría apostado por un umbral tan alto para activar la aplicación de medidas restrictivas: el alto coste económico-social que ello representaría para una ciudad como Madrid. No obstante, Joan Caylà cree que se trata de una "estrategia totalmente errónea". Para explicarse, pone el ejemplo del turismo: "¿Qué ocurrió cuando, en verano, España terminó con su confinamiento antes de tiempo para atraer el turismo?", pregunta para, a continuación, responder: "Lo que pasó fue que se experimentaron repuntes más drásticos que en otros países". Eso, según el epidemiólogo presidente de la Fundación de la Unidad de investigación en tuberculosis de Barcelona, "repercutió en la llegada de menos veraneantes y en la gran debacle de la temporada". Lo mismo puede pasar "si decidimos anteponer la economía a las medidas sanitarias pertinentes". Al final, concluye, "si ponemos en riesgo la salud de la población e incurrimos en una situación parecida a la de abril, la economía se resentirá más que si aplicamos restricciones ahora". 

De todos modos, y para concluir, ninguna de las fuentes consultadas vería necesario, hoy por hoy, apostar por un cierre total como el vivido hace unos meses. "Existen muchas medidas intermedias que podrían ser útiles", tercia María Grau. El país no tiene por qué parar por completo, pero  sí que podría ser interesante "limitar de nuevo los aforos en la hostelería" o, como ya se está haciendo, restringir el número de miembros que pueden reunirse en grupo. Aguinagalde cree que "de haber mantenido más tiempo ese tipo de medidas", es decir, si España no hubiera pasado en tan poco tiempo de un cierre total a la 'nueva normalidad', ahora quizás no sería necesario aplicar medidas tan drásticas para controlar la transmisión. 

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