Mañana juzgan a 5 personas por el intento de secuestro al hijo del Pocero

  • La Audiencia de Toledo juzgará mañana y pasado mañana a cinco individuos acusados de intentar secuestrar en abril de 2008 a punta de pistola a Francisco Hernando del Saz, hijo del 'Pocero', promotor de la macrourbanización El Quiñón de Seseña (Toledo), por el que pretendían obtener un rescate de 30 millones de euros.

Toledo, 24 oct.- La Audiencia de Toledo juzgará mañana y pasado mañana a cinco individuos acusados de intentar secuestrar en abril de 2008 a punta de pistola a Francisco Hernando del Saz, hijo del 'Pocero', promotor de la macrourbanización El Quiñón de Seseña (Toledo), por el que pretendían obtener un rescate de 30 millones de euros.

Dos de los individuos que mañana se sentarán en el banquillo de los acusados en Toledo fueron condenados el pasado mes de abril por la Audiencia de Cádiz por el secuestro, durante dieciséis días, en junio de 2008, del empresario de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) Rafael Ávila en Almonte (Huelva).

En sus conclusiones provisionales, el fiscal jefe de Toledo, José Javier Polo, solicita penas que oscilan entre los ocho años y medio de prisión para el principal acusado, L.M.R.S., y cinco años y medio para los otros cuatro inculpados, entre ellos el padre del principal encausado L.M.R.P..

Los otros tres encausados son J.M.H.G., N.S.G., y M.J.B., quienes habrían participado en las obras de acondicionamiento del zulo que tenían preparado en Perales del Río (Madrid).

El fiscal pide también para los acusados indemnizaciones conjuntas de seis mil euros por los daños psicológicos, dos mil más por las secuelas y 540 euros por las lesiones.

Los hechos tuvieron lugar a las 14:15 horas del 25 de abril de 2008 en la denominada rotonda del tanatorio de Seseña (Toledo) cuando un vehículo BMW interceptó el paso de Francisco Hernando del Saz y se apearon dos personas que trataron de sacar del coche por la fuerza a la víctima.

Los agresores le golpearon en la cabeza con una pistola y le produjeron tres heridas de las que tuvo que ser atendido por los servicios médicos tras zafarse del intento de secuestro y poder huir.

El plan lo ideó el principal acusado, L.M.R.S., un año antes del intento de secuestro y el objetivo era tenerle retenido en el garaje de un chalé situado en la madrileña localidad de Perales del Río, donde se construyó una pared de pladur para evitar que desde el exterior se viera luz o se oyeran ruidos, además de mejoras en el sistema eléctrico.

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