Investigadores capitalinos llegaron el martes a la fiscalía de Veracruz para solicitar la declaración del secretario de Seguridad Pública estatal, Arturo Bermúdez, y de su antecesor Sergio López, anunció la dependencia en un comunicado.
Hace una semana, el propio gobernador de Veracruz, Javier Duarte (del oficialista PRI), tuvo también que declarar por este multihomicidio perpetrado el 31 de julio en un apartamento de un barrio de clase media de Ciudad de México, del cual el político se deslindó completamente.
Los cuerpos del fotoperiodista Rubén Espinosa y de cuatro mujeres, una de ellas activista social que también huyó por amenazas de Veracruz y otra de nacionalidad colombiana, fueron hallados maniatados, con un balazo en la cabeza y marcas de tortura.
Las autoridades de Ciudad de México no han aclarado qué línea de investigación siguen con respecto a este caso, que impactó en México y el extranjero, y siguen indagando si el motivo pudo ser alguna represalia hacia el trabajo periodístico de Espinosa en Veracruz.
Este estado petrolero, a orillas del Golfo de México, es el más peligroso del país para la prensa, con una docena de periodistas asesinados desde que Duarte asumiera la gobernación en 2010.
Esta semana, más de 500 escritores, periodistas y artistas de numerosos países, entre ellos Paul Auster y Salman Rushdie, enviaron una carta al presidente Enrique Peña Nieto para reclamar el fin de la violencia contra la prensa en México y el esclarecimiento del crimen de Espinosa.
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