Maras en España: llega la 'ley de la calle' más violenta

  • La operación "Cruasán" confirma la presencia de las maras en nuestro país. Son una de las bandas criminales más peligrosas del mundo. 
La operación contra la Mara se salda con 35 detenidos en varias provincias
La operación contra la Mara se salda con 35 detenidos en varias provincias

El asesinato de un joven colombiano en Alicante, en 2012, a manos de miembros de los Salvatrucha puso a la Guardia Civil sobre la pista de este grupo criminal. "Hasta ahora, lo que habíamos detectado en España eran imitadores de esta banda, grupos que no procedían de la matriz, en El Salvador.Pero este caso era distinto. Porque por primera vez recibimos noticias de que podría haberse implantado la auténtica Salvatrucha, la más violenta y desestabilizadora". El capitán Basilio Sánchez, de la Brigada de Información de la Guardia Civil, es responsable de las investigaciones que se realizan en España sobre bandas latinas, un fenómeno relativamente reciente en el marco delictivo de nuestro país y que tiene en jaque a las fuerzas de seguridad.Este cuerpo de agentes es el más especializado en el conocimiento de las bandas latinas que operan en estos momentos en España y sus actuaciones han asestado, en los últimos años, duros golpes a las cúpulas de los Ñetas o los Latin King, aunque nada comparado con la Salvatrucha. "Hoy por hoy, la damos por desactivada. Todos sus líderes han sido detenidos y se ha quedado sin estructura real. Podrían volver a intentarlo, sí, pero tendrían que empezar desde cero.", dice, sabedor de que las maras son imprevisibles.La mara ahora desarticulada estaba fuertemente implantada en España, confirma este experto, y presentaba una férrea jerarquía. "Son como una mafia, dominan el territorio", explica Sánchez. "En El Salvador utilizan al Ejército para combatirlos". Sus miembros disponían además de línea directa con sus jefes en El Salvador, de los que recibían las órdenes directas, y también dinero para armas y blanqueo.Todos los detenidos en la operación presentaban el rasgo más característico de esta banda "llevan sus diarios del crimen tatuados en el cuerpo, con tatuajes totalmente reglados. Apuntan los crímenes que cometen, anotan sus pertecencias y su señal de implicación en la mara. Casi todos llevan además el símbolo de la Virgen de Guadalupe. No porque sean muy religiosos, todo lo contrario, sino para demostrar su pertenencia a un grupo latino. También, toda una serie de dibujos y signos relacionados con el azar o la suerte".Entre esos detenidos, hay también un joven español. "Esto es una novedad, que seguramente obedece a una consigna", advierte, "Captar españoles para facilitar la implantación de la mara en España".[Te interesa leer: "Detenidos 35 miembros de la Mara Salvatrucha en España"]"Peores que la mafia y la camorra""Es verdad que se ha dado un paso muy importante para conocer que tenemos un problema. Pero no se ha descabezado". Pedro Gallego es, quizás, quien mejor conoce a las "maras" en nuestro país. Confidente de referencia de quienes buscan erradicarlas aquí y al otro lado del Atlántico, puede "leer" de inmediato cualquier torso tatuado que se le ponga por delante y ha elaborado un diccionario de la jerga de los mareros. Conoce sus tripas al milímetro y, en 2009, las radiografió en un libro, "La mara al desnudo". Desde hace diez años lleva alertando sobre lo que hoy se confirma: la implantación de las maras en España."Y son peores que la mafia y la camorra""Empezaron en Barcelona, sobre todo en la zona de Hospitalet y Salt. Este municipio es base de operaciones. Aquí está la mayor concentración de centroamericanos que existe en nuestro país. Aquí se implanta y es donde empieza a explosionar poco a poco". Desde entonces, se comienzan a detectar movimientos en Madrid, en Alicante. Aparecen graffittis en Andalucía, con leyendas propias de los Salvatrucha. "Muestra de que ya se han expandido", dice Gallego. "En 2010 lo volvimos a alertar. Se habían detectado varios códigos en una cárcel salvadoreña en los que se podía leer que los Salvatrucha veían a España como destino".Por afinidad idiomática y por su situación geográfica, nuestro país es objetivo prioritario para estos grupos y puerta principal para extender su influencia por Europa. Los cabecillas entran sin problemas, con un simple visado de turista, a través de los aeropuertos. Detectar a los "mareros" resulta prácticamente imposible. Sin conocer su historial delictivo, sus "códigos" sólo pueden ser interpretados por agentes especializados y con ojo avizor: "Sus tatuajes característicos están ocultos bajo la ropa. Pero es raro que sean del todo "invisibles". Siempre llevan alguna prueba a la vista. Puede ser una pequeña marca debajo del labio, tres cortaduras en la ceja. Incluso atarse los cordones de un zapato de una determinada manera...La simbología es muy amplia", dice Gallego."Las autoridades se están poniendo una venda"Llegan procedentes de El Salvador, Guatemala y Honduras. Países en los que, desde hace tiempo, estos grupos representan una cuestión de Estado. Buscan extender su dominio, su territorio. Aquí, integran también a inmigrantes de segunda generación, hijos de latinoamericanos. Se enraizan con españoles. "La MS13 se nutría al principio únicamente de salvadoreños. Pero hoy cogen incluso a negros. A españoles cada vez más, pero porque ellos mismos ya son españoles. Tenemos un problema que no sabemos ver. Las autoridades se están poniendo una venda", alerta Gallego.Ricardo Magaz, presidente de la Sociedad Científica Española de Criminología, apunta además a una de las estrategias frecuentemente utilizadas por las maras para implantarse en otro país. "Es curioso, que la mayoría de españoles que se integran en la banda son chicas. Son las novias de los líderes de los grupos. Y esto causa una doble alarma social. Por un lado, ya se conoce la peligrosidad de esta banda. Por otro, captan también a nuestros jóvenes"Un caldo de cultivo abonado con una situación económica de efectos devastadores "La crisis ha impactado de manera extraordinaria entre los extranjeros. Hay personas que están perdiendo sus casas, se está creando una situación que empuja a jóvenes desesperados a integrarse en estas pandillas. Aquí tenemos un 56 por ciento de paro juvenil. Hay que actuar ya", dice Gallego. Jóvenes desarraigados, sin salida laboral y con pocas perspectivas de futuro ven la pertenencia a estos grupos violentos como un vínculo que los aferra a algo, que les da seguridad, que les otorga poder. Es la primera vez, decía hoy la Guardia Civil, que se desarticula a un grupo con vínculos acreditados con la matriz salvadoreña. Pero, según los expertos, las "maras" que operan en España tienen línea abierta con la "mara madre" de América Latina, de la que reciben instrucciones. "Existe una conexión internacional", confirma Ricardo Magaz, "Son auténticos grupos criminales en el sentido de que están organizados, estructurados, tienen una organización piramidal, que funciona además como una auténtica secta, con pruebas brutales para comprobar la fidelidad de los nuevos adeptos"Las maras funcionan también en España con férrea disciplina militar, similar a un microejército. Cualquier deslealtad es castigada, cualquier deserción puede pagarse con la muerte. El tradicional modus operandi de las maras latinoamericanas se traslada a cualquier otro pais, con un objetivo: conquistar un territorio. Un parque, una cancha de baloncesto, un barrio entero. "Ellos tienen un fundamento. Se implantan y después empiezan a expansionarse fagocitando a sus grupos rivales. A veces por la fuerza. Quieren controlar el territorio ", dice Gallego. Según este autor, las maras fagocitaron entre 1998 y 2002 al resto de pandillas centroamericanas. En EEUU, según datos de 2003, pasaron de tener presencia en 16 Estados a tenerla en todos.España, bajo amenaza según la ONUEsa conquista territorial ha dejado ya varios muertos. Hasta ahora, entre grupos históricamente enfrentados. En 2008, un joven dominicano fue asesinado a disparos por el miembro de una mara rival en las inmediaciones de una discoteca de Girona. En 2009, un integrante de la Pandilla 18 murió a manos de un Salvatrucha en Hospitalet. En 2010, otro miembro de esta mara asesinó a un Latin en un parque de Barcelona.Pero la violencia puede volverse contra quien se ponga por medio. También la población española. "Ese caldo de cultivo de transgresiones de las leyes se exporta a su entorno. También a nuestra población, porque buscan colonizar territorios, barrios de grandes ciudades", apunta Magaz.El objetivo final es claro: controlar el menudeo del tráfico de droga, su principal fuente de recursos. "Un narcotrapicheo", dice Magaz. Aunque este experto no se atreve aún a hablar de un narcotráfico a gran escala con base de operaciones en España, sí es cierto que las maras, como se ha comprobado en otros países, representan un enorme potencial para los grandes distribuidores de droga. En América Latina están al servicio de los grandes cárceles y la red de comercio minorista que están tejiendo aquí podria cambiar y desestabilizar el tráfico de droga en Europa. Tienen que cambiar a todos los que actualmente controlan el mercado. Entrenados en el combate callejero, acostumbrados a la "ley del silencio" algunos mareros se convierten además en auténticos sicarios al servicio de los jefes del narco. La amenaza no ha pasado desapercibida ni siquiera para la ONU que en 2009, a través de su Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC), pidió a los gobiernos europeos unidad contra el aterrizaje de las maras en Europa. Según este organismo, las dos principales maras que operan a escala suprarregional, la Salvatrucha y la Pandilla de la Calle 18, desean hacerse con el mercado del crimen organizado en Europa, desde la droga al tráfico de órganos y para ello, habrían enviado "emisarios" a comprobar sobre el terreno un futuro escenario de operaciones. Los países más amenazados, según la ONU, son Italia y España.La Policía reconoce las dificultades para controlarlas

En 2009, Interior, alertado por el auge de las bandas, ordenó a la Policía reforzar su vigilancia y control. Creó para ello un grupo especializado, integrado en la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía. Sus agentes trabajan estrechamente con las Brigadas Provinciales de Seguridad Ciudadana y con la Policía Judicial. "Poco a poco vamos conociendo cada vez más, sobre todo a través de la cooperación internacional", dice el capitán Sánchez, "A través del trabajo de investigación les vamos haciendo frente. Pero es muy dificil entrar en ellas, tienen sus códigos de silencio, son herméticas. Las investigaciones son muy largas", reconoce.

Las actuaciones policiales exigen conocer a la perfección un modus operandi totalmente nuevo para los investigadores. Y eso requiere tiempo y mucho esfuerzo. A ello se añade, en el plano judicial, la relativa "impunidad" favorecido por un Código Penal que no castiga el delito de menores. Las bandas reclutan cada vez a más jóvenes, sabedores de que la legislación no puede actuar de forma rotunda contra ellos.

Gallego advierte además de otro problema preocupante: "el cambio de status en las cárceles. Antes, los presos se unían por los delitos que cometían. Pero ahora puede aparecer un auténtico problema de pandillerismo. Ya está empezando a pasar con los Latin King en la cárcel de Alcalá Meco. En la cárcel se conocen, se juntan, y una vez en la calle, esto explosiona con un problema muy gordo"

Los expertos tienen claro que cualquier solución a este desafío tiene que pasar por la prevención. "Estamos alarmados por la implantación de estas bandas violentas. Pero lo que más nos preocupa es que desde las administraciones no se utilice más estrategia que la policial", dice Javier Bonomí, presidente de Fedelatina, entidad que agrupa a las entidades latinas en España. "Se podría hacer un programa preventivo para evitar la exclusión de los jóvenes". Según Bonomí, noticias como este fortalecen el estigma contra la comunidad latina. "Refuerza los prejuicios por un grupo que no representa ni a un uno por ciento de la población joven inmigrante. Un grupo de delincuentes"

"Es necesario atender a las raíces sociales del problema. Por qué entran, qué buscan, qué las favorece, qué necesitan. Lo estamos diciendo, pero no se está prestando atención a este problema. Si ha pasado en otros países, por qué no va a pasar aquí?" advierte Gallego

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