El cambio que viene en la economía

Marc Vidal, el evangelista digital que anuncia una era sin empleo y con robots

Emprendedor catalán, es una de las diez personas más influyentes de LinkedIn y de la economía digital en España. Ha dado más de mil conferencias en 35 países con un tono desenfada, directo y realista.

El emprendedor y gurú de la nueva economía Marc Vidal.
El emprendedor Marc Vidal advierte que vamos hacia una nueva era con dominio de los robots en el mercado laboral.
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"Me fugué de mi casa con 17 años y 150 francos". En 1988, Marc Vidal se fue de su casa en Barcelona y viajó a París. Al tercer día se quedó sin dinero y decidió llamar a su padre para que le enviase un giro. Cuando estaba en la cabina telefónica, vio a un chino en la plaza Pompidou tocando 'Let it be' de los Beatles. Vidal colgó y comprobó que el público escuchaba la canción, se levantaba y se iba sin dejar dinero. Vidal cogió la gorrita que estaba en el suelo, la pasó entre medio de gente, y empezó a recoger dinero para el chino.

Al final, el chino le propuso trabajar para él. A cambio le daba comida y un lugar donde dormir. En la pensión había doce chinos que tocaban la guitarra y Vidal les dio varios consejos. Primero, tocar un repertorio de canciones de grupos musicales franceses y latinos, es decir, mejoró el producto. Segundo, hizo un estudio de mercado "a ojo" buscando lugares donde hubiese menos competencia. Y, tercero, Vidal les dijo que con las ganancias de la primera semana comprasen tarjetas de Metro, porque así llegarían antes a los lugares donde iban a tocar.

Vidal negoció comisiones con los dueños de las terrazas: si lograban fidelizar clientes, les pagarían a los músicos una cantidad. Como suele decir Vidal, se convirtió en el director estratégico de doce chinos. "Me di cuenta de que la vida me iba a traer objetivos como emprendedor. Vi que para innovar había que hacerlo desde el punto de vista de un emprendedor". Un emprendedor no es quien un vaso medio lleno, sino ve medio vaso por llenar, dice Vidal. 

Este relato lo contó hace varios años Marc Vidal en Madrid Excelente, una reunión para emprendedores en la que cosechó aplausos por su forma espontánea de contar historias. Aquella experiencia en Francia se transformó en un libro titulado 'Una hormiga en París'. Con el tiempo, Vidal descubrió que muchas de las cosas que había puesto en marcha por pura intuición en París, aparecían en los temarios de las escuelas de negocios. Por ejemplo, "sentarse en una terraza y observar la gente que pasa y en qué se gasta su dinero", se le llamaba 'benchmark' en las escuelas de negocios. Conferenciante, ‘speaker’, formador, divulgador, presentador, colaborador en televisión, consultor, inversor tecnológico y escritor, así se presenta Marc Vidal en su página web.

Este catalán nacido en 1970 en Barcelona, es una de las diez personas más influyentes de LinkedIn y de la economía digital en España. Ha dado más de mil conferencias en los últimos años en 35 países y, sobre todo, es conocido por su estilo desenfadado, humorístico y práctico. Cuenta historias, se acompaña de música sugerente, estimula la creatividad, visualiza conceptos, sus charlas son todo menos aburridas. Su blog, marcvidal.net, consiguió el tercer premio en los EuropeBlog Awards. Aparte de conferenciante, es emprendedor. Ha fundado varias empresas en su carrera pero si crecen mucho las vende, porque no se ve pasando la vida en un despacho. "Me gusta más el viaje que el final del trayecto", dijo en una entrevista para la web de la escuela de negocios EAE. Por ejemplo, creó la consultora digital Cink, que vendió a la firma de comunicación Llorente y Cuenca años después.

Ahora, como consultor, desde su firma Allrework, ayuda a las empresas a hacer su transformación digital, algo que urge porque, como suele decir Vidal, si no cambias cuando el entorno cambia, entonces pierdes. Con tal fin, ha desarrollado su propio método dentro de la corriente llamada 'Disrupt Thinking', y que él emplea para crear para sus clientes productos o servicios innovadores en tiempo récord. Según Vidal, les ayuda a aumentar las ventas de un modo espectacular y convertir en relevantes a marcas. 

Ferviente defensor de la libre empresa y del emprendimiento, cree que uno de los mayores defectos de los españoles es querer tener un trabajo seguro. Para él ser funcionario o trabajar en la banca no es un modelo. El modelo debería ser EEUU y el respeto que sienten por los emprendedores. Afirma que en España se ha creado una microburguesía "low cost", satisfecha de poder comprar gangas, pero sin capacidad de ahorro para afrontar una crisis, y sobre todo, por su incapacidad para crecer o emprender. 

En 2010 Vidal cobró fama de conferenciante políticamente incorrecto porque arremetía contra la cultura del subsidio. Su libro, titulado del mismo modo ('Contra la cultura del subsidio'), explicaba que la cultura del subsidio era algo tóxico. "Adormece y acomoda y sobre todo crea una masa social acrítica y dependiente", decía en una entrevista a 'Libre Mercado'. Además, creaba una sociedad narcotizada que no toleraría al fracaso porque el Estado estaría detrás de todo. Entonces, no se estimularía al emprendedor, sino a gente que conseguiría todo sin moverse. "A los jóvenes, les ayudamos a conseguirlo todo y a evitar que se enfrenten al error. Muchos de esos chicos y chicas que analizan su futuro inmediato, es normal que dejen de pensar en ‘emprender’ pues es más sencillo no confrontarse con ese miedo que te comento. Vivimos en la sociedad del 'no lo intentes, si no vas a lograrlo'".

Sin embargo, en su blog anunciaba que tarde o temprano iba a llegar la Renta Mínima Universal. Vidal afirmaba allí: "Las informaciones que llegan del futuro son que estamos abocados a un mundo sin empleo". Por lo menos, la mitad del empleo está en juego. "En apenas un par de décadas se va a evaporar metálicamente en forma de robots, software y automatismos". La única solución será crear "un salario mínimo universal como modelo empresarial". Generará dependencia del Estado, pero evitará catástrofes.

La mayor parte de sus intervenciones actuales son estremecedoras porque anuncian un futuro sin empleo: estamos a las puertas de la quinta revolución industrial. La anterior, la revolución 4.0 en la que estamos ahora inmersos, consiste en la fabricación industrial basada en la eficiencia, la planificación de la producción, la realidad virtual, la gamificación, la simulación de procesos y inteligencia operacional.

Un ejemplo de esa industria 4.0 sería Uber y Cabify, las aplicaciones que alquilan coches con conductor y que han provocado huelgas de taxistas. Vidal dice que en la economía 5.0 veremos a los conductores de Uber y Cabify manifestándose junto a los taxistas. ¿Por qué? Porque viene la quinta revolución industrial, un cambio que aún no ha entrado de lleno, y al que dedica su último libro (2019, Deusto) 'La era de la humanidad'."Esa quinta revolución tiene que ver con cosas que aún no han pasado, pero para las que nos podemos preparar a nivel económico, empresarial, cultural, social, laboral, político, educativo y personal", afirma en su web. "Su marca diferencial será la expansión de la inteligencia automatizada, que quizá sea incluso más perturbadora para los modelos sociales existentes de lo que podemos prever ahora. La inteligencia automatizada y la robótica avanzadas, combinadas con el trabajo físico automatizado, serán siempre más rentables que cualquier trabajo repetitivo y previsible que hagamos los humanos".

En su libro cita el futuro de coches sin conductor. Bosch y Daimler, por ejemplo, ya están planificando la puesta en marcha de un servicio de robotaxis para las principales ciudades europeas. Serán coches que trabajarán 24 horas sin parar porque prescinden del factor humano. Sin conductor. No se agotan. Eso aplicado a todos los sectores industriales significará una sacudida como nunca la habíamos visto hasta ahora. Pero muchos empleados (y empleadores) todavía no se han dado cuenta de que en cuestión de meses se pueden quedar fuera de juego. A esa ignorancia, Vidal la llama "momento Kodak". Es uno de los temas preferidos en sus charlas porque refleja el papel de la ignorancia en el mundo de la empresa, no importa cuál sea su tamaño. A finales del siglo diecinueve Kodak inventó la cámara portátil y el carrete. En los años 80 del siglo pasado, esta empresa norteamericana dominaba el mercado mundial de fotografía con sus carretes. En 1975 Kodak patentó la primera cámara digital. "En una de esas reuniones estratégicas, alguien planteó que estaría bien tener en cuenta las opciones de negocio y futuro que sugería ese tipo de dispositivo", dice Vidal en su blog. 

Kodak echó abajo la propuesta por tres motivos. "El primero porque se consideró que si procedían a estructurar su modelo de negocio en lo digital, eso ponía en riesgo el ‘core business’ de la empresa basada en el papel fotográfico y daba pistas a cualquier tipo de empresa a ser competencia a medio plazo. El segundo motivo porque la dirección de Kodak pensó que el stock de material disponible era tan grande, que era mucho mejor prorrogar cualquier opción en ese sentido. Y el tercer motivo [era que], basándose en la intuición de los expertos de la empresa, consideraron que sería muy improbable que en el futuro la gente prefiriera ver sus recuerdos y fotografías en pantallitas digitales antes que en el papel de revelado Kodak de siempre".

La decadencia de Kodak empezó a mediados de la primera década del siglo XXI. La empresa perdió su cuota de mercado. Cayó en picado. Al final Kodak reorientó sus productos hacia cámaras digitales… cuando ya era muy tarde. Como Kodak, hay miles de empresas y millones de trabajadores que no están viendo el cambio que se viene encima.

Aquí viene la parte fea. Marc Vidal es también el profeta del desempleo. "No va a haber trabajo para todos, tengamos eso claro; ni aun adquiriendo nuevas habilidades. La tecnología se va a encargar de ello... Así como ya jubiló nuestra cámara de fotos, nuestro GPS, nuestra televisor del dormitorio, nuestro vídeo, nuestro ordenador de mesa o nuestro propio teléfono tradicional, así lo va a hacer también con nuestro empleo", dice en el comienzo de su libro 'La Era de la Humanidad'. 

Para colmo de males, como dice Vidal, estamos preparando a nuestros niños y jóvenes para carreras que serán inútiles. "Para cuando salgan al mercado laboral, el empleo para el que los hemos preparado ya no exista".¿La salida? Pues al igual que van a desaparecer millones de puestos de trabajo, también se crearán millones de puestos. Estos empleos tendrán algo en común: la tecnología. 

Apoyarse en la educación para estimular nuestras habilidades más humanas y a la vez las más tecnológicas, será la salida para ese futuro que anuncia la "singularidad". Este concepto encierra una verdad que parece imponerse poco a poco: que las máquinas llegarán a igualar casi las capacidades humanas en un futuro no muy lejano. Las máquinas serían autosuficientes. Pero hay cosas que no podrán hacer. Citando un informe del FMI, Vidal habla de esas habilidades necesarias: comprender las emociones de los otros; capacidad para comprender problemas inéditos (pensamiento lateral); generar nuevas ideas (creatividad); complementarse con gente distinta (alianza); resolver de manera imprevisible una circunstancia (pensamiento crítico)…

Algunas de esas fórmulas ya están siendo empleadas por empresas con el llamado "Design Thinking". Consiste en poner a resolver problemas a equipos que vienen de diferentes disciplinas. "Cuando los equipos incluyen a personas con distintos perfiles, funcionan mejor", dice Vidal en su libro. 

Siguiendo el ejemplo de Vidal, si los seres humanos son los suficientemente flexibles como para aprender constantemente, e incluso, estudiar a la vez cosas dispares como Derecho y Programación, Peluquería y Bellas Artes, o Matemáticas y Filosofía, seremos capaces de crear nuestra propia singularidad y vivir en ese mundo que cada vez está más cerca. Y si alguien cree que ese aprendizaje solo está a la altura de los ricos, es que no ha visto todos los cursos gratuitos que hay en YouTube.

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