Margallo llama a embajador paraguayo para informarse de la situación del país

Madrid, 27 jun.- El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha anunciado hoy que ha citado al embajador de Paraguay en España, Óscar Cabello, para informarse de la situación en ese país tras la destitución del presidente Fernando Lugo y su sustitución por Federico Franco y actuar en consecuencia.

En la sesión de control al Gobierno del pleno del Congreso, en respuesta a una pregunta de la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, García-Margallo ha reiterado que al Ejecutivo le preocupa "enormemente" la constitucionalidad democrática de Paraguay, como la de cualquier otro país del mundo.

Pero como quiere "apuntar antes de disparar", ha explicado que ha llamado a la sede del Ministerio al embajador paraguayo con el fin de conocer la situación y decidir si "avanzar más en el proceso de defensa de la Constitución de Paraguay".

Valenciano, por su parte, ha reprochado al Gobierno su tibia reacción en defensa de un presidente elegido "limpiamente" por las urnas y que, a su entender, ha sido sometido a "un juicio sumarísimo".

Lugo, según Valenciano, fue el primer presidente progresista de Paraguay tras 61 años de poder ininterrumpido del Partido Colorado, y ha sido destituido en un "juicio sumarísimo" que "carece de las mínimas garantías".

Tras insistir en que se trata de un hecho "de la máxima gravedad", Valenciano ha hecho hincapié en que los países latinoamericanos casi por unanimidad han reaccionado con términos muy duros a lo que ha sucedido en Paraguay, mientras que el Gobierno español ha respondido con "tibieza".

García-Margallo ha detallado que el Ejecutivo ha tomado nota de la declaración del depuesto presidente Lugo diciendo que aceptaba el resultado del juicio político, si bien ha puesto en duda el cumplimiento de las garantías procesales que cualquier juicio debe tener.

La posición del Gobierno español es también la de aunar esfuerzos con la UE y escuchar a los organismos regionales como Mercosur, Unasur y la OEA.

Mientras tanto, ha reiterado que quiere conocer las explicaciones del embajador para decidir si es necesario avanzar más en el proceso de la defensa de la Constitución de Paraguay, la norma básica de cualquier Estado de derecho y "la guía" por la que su Ministerio se conduce en su política.

Frente a estas palabras, Valenciano ha hecho hincapié en que el Gobierno debe tener una posición más clara, porque "ha quedado entre las más tibias de la comunidad internacional" y "no puede mantener esa tibieza en un momento como ese, cuando las democracias latinoamericanas se consolidan".

Ambos se han enredado en un rifirrafe a cuenta de la política exterior, durante el cual Valenciano ha dicho que el anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, nunca fue confundido con el primer ministro de unas islas como las Salomón ni "comparó nunca a España con Uganda".

El ministro ha replicado que lo importante no son las comparaciones que haga el presidente del Gobierno, sino cómo le vean en el exterior.

Y el actual jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, "ha tenido una presencia internacional infinitamente más potente en estos meses" que en los ocho años de Zapatero, ha remachado.

También ha subrayado que el Gobierno esta tratando de recuperar "el terreno perdido" en Latinoamérica y ha recordado que "la última hazaña de Zapatero fue la cumbre de Paraguay, donde no asistió prácticamente nadie".

Ahora, el Ejecutivo está recorriendo Latinoamérica para asegurar el éxito de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, ha añadido.