María Soledad Iparragirre, la mujer que se esconde tras el comunicado de los presos

    • Nacida para ser miembro de ETA, cuando ella tenía solo 20 años toda su familia fue detenida por acoger a miembros de ETA y esconder explosivos.
    • Fue condenada a 20 años de cárcel en 2010 tras ser un dolor de cabeza permanente para las fuerzas de Seguridad del Estado.
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lainformacion.com

Su nombre es María Soledad Iparragirre. Fue la sombra que volvió loca durante años a la policía. Una mujer acusada de participar en más de una decena de asesinatos. Al final fue cazada. Su voz se esconde tras el comunicado de los presos de ETA en el que aceptan la ley española por primera vez y reconocen el dolor multilateral. Pedir perdón es mucho para ellos. Pero es un paso que demuestra que no pueden más. Condenada a 20 años de cárcel a finales de 2010, la chica de 'Antza', uno de los jefes más temidos de ETA, ha dicho basta. Se ve en la cárcel, ve cómo el fin de Parot deja a otros en la cárcel. Y no quiere. Y sus compañeros de celda tampoco.

La biografía de Iparragirre es la de una persona casi predestinada a militar en ETA. Nació en un caserío situado en pleno monte, denominado Ángel de la Guarda. El nombre ya es todo un sarcasmo. ¡Menudo ángel ha sido ella toda su vida! Haciendo honor a su nombre, la casa acogía en un escondite subterráneo a los sucesivos miembros del comando Araba, cuando no servía como almacén de los 3.000 kilos de explosivos procedentes del robo de Soto de la Marina (Santander). Hasta que lo descubrió la policía en 1981 en una operación en la que resultó muerto un miembro del comando, Jose Aristimuño, 'Pana', novio de Iparagirre. Detuvieron a toda la familia. Ella escapó a Francia.

Desde entonces no paró de subir peldaños en ETA y ser un quebradero constante de cabeza para las fuerzas de Seguridad del Estado.
Regresó en 1985 para, junto con 'Kantauri', integrar el comando Araba hasta 1987 y, desde 1992, el comando Madrid. Fue la segunda mujer que se encontraba en la dirección de ETA, tras Yoyes, asesinada por la propia ETA en la década de 1980. Está acusada en España de 14 asesinatos. Fue jefa de los llamados comandos legales de ETA de 1992 a 1998. Como jefa de administración de ETA dirigía las operaciones de cobro, gestión y distribución del impuesto revolucionario.

Alias 'Anboto', fue detenida cerca de Pau (Francia) en 2004 junto a su compañero sentimental y cerebro de la banda Mikel Antza en la casa que ocupaban desde junio de 1999 en Salies de Béarn. Fue condenada a 20 años de prisión, la misma pena que a Mikel Antza el 17 de diciembre de 2010.

Desde EPPK, Soledad Iparragirre dejaba clara en 2012 su postura sobre la situación de los presos en la web etxerat. info, una web de familiares de presos, en la que se entrevistaba a los interlocutores de ese colectivo. Xabier Alegría, Jon Olarra, Lorentxa Gimon, Mikel Albisu y Anabel Egues, también formaban parte de los entrevistados.

En dicha entrevista, Iparragirre da su opinión sobre todos los temas, aunque cambia en algunos de ellos porque en 2012, fecha de la entrevista no hablaba de soluciones individuales, algo que sí hace ahora: " Por lo que respecta al EPPK, no hay salidas individuales; cuando un preso que es miembro de EPPK sale solo, sale siendo también un componente de un colectivo". Sí se hacía ya evidente que los presos estaban más que cansados de esperar: "No es sólo la decisión de ETA lo que lleva a cambiar el punto de vista de EPPK. La reflexión hecha por toda la izquierda abertzale, y también por nosotros, trae consigo cambiar el punto de vista de las reivindicaciones en torno a los presos y el punto de vista del colectivo. No es ningún secreto que en los anteriores procesos de diálogo o negociación los gobiernos ponían el tema de los presos encima de la mesa para no afrontar las raíces del conflicto político. Ahora está ocurriendo todo lo contrario: obstaculizando el tema de los presos están intentando ponerle freno al proceso".

La cárcel se hace dura: "Para los presos lo más duro es ver sufrir a familiares y amigos", y las quejas que se ven en el comunicado también aparecían en 2012: "Como meras personas y como presos y presas políticos, tenemos vulnerados nuestros derechos básicos. Reconocen nuestra esencia política en la medida en que nos castigan de modo colectivo, al tiempo que nos niegan nuestra identidad y nuestras necesidades políticas". En la entrevista, los portavoces de los presos exigían a los Gobiernos un contacto directo con ellos. Ahora ya no. El fin de la Doctrina Parot y la unidad del Gobierno y la oposición, unida a la de Francia, ha sido la gota que ha colmado el vaso.

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