1.500 menores de edad 

Ceuta, en alerta: 5.000 personas entran en la ciudad ante la inacción marroquí

La oleada migratoria comenzó al filo de las 2 horas de la madrugada de este lunes por el espigón norte del perímetro fronterizo y durante la noche y todo el día se ha extendido también al Tarajal, en el extremo sur.

Ceuta
Ceuta, en alerta: 5.000 personas entran en la ciudad ante la inacción marroquí. 
Europa Press

La Delegación del Gobierno en Ceuta ha cifrado a última hora de la tarde en 5.000 el número de ciudadanos marroquíes que han accedido irregularmente a la ciudad autónoma durante este lunes bordeando los espigones marítimos fronterizos del Tarajal y Benzú ante la pasividad de las fuerzas de seguridad del país vecino, que según fuentes policiales no están haciendo "nada" para contener la salida de compatriotas hacia la localidad española.

Algo más de un tercio del total, unas 1.500 personas según la Delegación, han asegurado ser menores de edad a su llegada a territorio nacional, lo que impedirá la devolución inmediata del contingente que esperan poder realizar las autoridades españolas a partir de los contactos establecidos entre los ministerios de Interior y Asuntos Exteriores con el Reino alauita. La Comandancia General de Ceuta ha ofrecido 300 literas militares para acoger en las naves de los polígonos comerciales del Tarajal, en su inmensa mayoría vacías desde el cierre de la frontera el 13 de marzo de 2020 por la pandemia, a los recién llegados, que están siendo sometidos a pruebas de la Covid-19.

La oleada migratoria comenzó al filo de las 2,00 horas de la madrugada de este lunes por el espigón norte del perímetro fronterizo y durante la noche y todo el día se ha extendido también al Tarajal, en el extremo sur, por donde los marroquíes, en su mayoría jóvenes varones pero también mujeres e incluso niños, superan la barrera fronteriza sin ningún control.

Marroquíes
Marroquíes entrando en la frontera de Ceuta. 

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Por su parte, el gobierno de España ha anunciado el refuerzo inmediato de "de los efectivos de Guardia Civil y de Policía Nacional en la zona. En concreto, se van a reforzar con cerca de 50 efectivos de la Guardia Civil los lugares más susceptibles de paso en Ceuta". Una decisión que se deriva de la reunión de coordinación de urgencia organizada a petición del Ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska.  El Gobierno ha recordado que, en relación con la llegada de hoy a Ceuta, las autoridades españolas y marroquíes acordaron recientemente devolución a Marruecos de los ciudadanos de ese país que accediesen a nado, en un procedimiento pactado por ambos Estados.

En este marco, el ministro y su equipo han estado y están en comunicación permanente con el resto de departamentos ministeriales afectados, especialmente con el de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. También con la delegación del Gobierno en Ceuta así como con Presidencia de la Ciudad Autónomas. Se han mantenido asimismo contactos con las autoridades marroquíes.

Por el momento las autoridades marroquíes no han comentado las cifras inéditas de migrantes que han cruzado sin ningún problema hacia la ciudad autónoma, mientras que la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, esta mañana se limitó a comentar que no le constaba que el Gobiermo marroquí hubiera optado por levantar la mano con los migrantes como medida de presión. Sin embargo, sus palabras se han producido cuando eran apenas un centenar los llegados mientras que el último balance ofrecido por la Delegación del Gobierno en Ceuta habla ya de más de 2.700 marroquíes que han cruzado de manera irregular, de los que nos 700 dicen ser menores.

El paso se ha producido bordeando los espigones marítimos fronterizos del Tarajal y Benzú ante la pasividad de las fuerzas de seguridad marroquíes que, según fuentes policiales, no están haciendo "nada" para contener la salida de compatriotas hacia Ceuta. Marruecos avisó a España de que extraería "consecuencias" de la acogida de Brahim Ghali, ingresado en un hospital de Logrono desde el pasado 20 de abril para recibir tratamiento contra la Covid-19.

Acto premeditado de España 

En un duro comunicado publicado el pasado 8 de mayo, el Ministerio de Exteriores afeó particularmente la decisión del Gobierno de no informar de antemano a Rabat, lo cual "no es una simple omisión", sino "un acto premeditado, una elección voluntaria y una decisión soberana de España, de la que Marruecos toma nota" y de la que "extraerá todas sus consecuencias".

Igualmente, puso en tela de juicio los motivos humanitarios que sustentarían la presencia de Ghali en suelo español, subrayando en particular que el también presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) tiene causas pendientes con la justicia española y no ha sido detenido por ahora y que su ingreso se hiciera presuntamente con identidad falsa. Marruecos dejó claro que "la preservación de la asociación bilateral es una responsabilidad compartida, que se nutre del compromiso permanente de salvaguardar la confianza mutua, una cooperación fructífera y la salvaguarda de los intereses estratégicos de dos países".

Evitar una escalada verbal

Entretanto, desde el departamento que dirige González Laya se ha intentado desde el principio evitar una escalada verbal ya después de que el Ministerio de Exteriores marroquí convocara al embajador español en Rabat, Ricardo Díez-Horchleitner, el pasado 22 de abril para pedir explicaciones. Días más tarde, González Laya sostuvo que se habían dado "las explicaciones oportunas" a Rabat después de que su homólogo marroquí, Naser Bourita, planteara en una entrevista al Gobierno español si estaba dispuesto a sacrificar su relación con Rabat por este asunto.

En todo caso, y para tratar de tranquilizar a Marruecos, la ministra aseguró entonces que si la justicia española, que es "independiente", entiende que Ghali debe comparecer por las causas en su contra, entonces "comparecerá" puesto que el Gobierno es "exquisitamente respetuoso con la actuación de la justicia". También después de que Rabat amenazara con "consecuencias" la ministra prefirió contemporizar. "No voy a añadir nada a lo dicho en días anteriores", señaló el 11 de mayo. "España está siempre en contacto con las autoridades marroquíes, desde la discreción, y no lo hará de manera pública a través de los medios de comunicación", acotó, sin entrar a valorar si temía que Rabat opte por llamar a consultas a su embajadora, como ha hecho hace unos días con Alemania.

En el caso alemán, la decisión de Marruecos de retirar a su embajadora en Berlín es en protesta por la postura de este país respecto al Sáhara Occidental, lo cual generó estupor en el Gobierno alemán, que insiste en que no ha cambiado de posición respecto a esta cuestión. "Estamos muy sorprendidos", reconocieron desde el Ministerio de Exteriores germano.

La cumbre bilateral, aún pendiente

El nuevo pulso diplomático entre los dos países se produce cuando aún está pendiente cerrar con Marruecos la fecha para la Reunión de Alto Nivel. La cita estaba prevista para el pasado diciembre pero fue aplazada por la pandemia. Inicialmente se apuntó a su posible celebración en febrero o marzo, pero a día de hoy sigue sin haber fecha prevista. Desde el Ejecutivo se ha insistido repetidamente en que la relación y los contactos son fluidos, con conversaciones en las últimas semanas de ministros con sus pares marroquíes, y que la cumbre se celebrará cuando las circunstancias sanitarias lo permitan.

Por otra parte, un reciente informe advierte de que la decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental ha sido la guinda en un proceso en el que el reino estaba inmerso para afianzar su posición como potencia regional y en el continente y que pasa por un rearme frente a su archienemigo, Argelia. La consecuencia de todo ello es una mayor amenaza para España al otro lado del Estrecho de Gibraltar, según sostienen Guillem Colom, Guillermo Pulido y Mario Guillamó en su informe 'Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la amenaza militar sobre España' publicado por el Instituto de Seguridad y Cultura (ISC), advirtiendo de que en juego podría estar la integridad territorial de nuestro país.

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