Mas, el heredero de Pujol que reta al Estado con una consulta independentista

  • El presidente de la Generalitat, Artur Mas, heredero del "pactismo" de Jordi Pujol, se ha convertido en el primer president que reta al Estado con un referendo independentista en Cataluña, un punto al que ha llegado con las encuestas a la baja de CiU y con la negociación aún pendiente con el Gobierno.

Jordi Font Comas d'Argemir

Barcelona, 12 dic.- El presidente de la Generalitat, Artur Mas, heredero del "pactismo" de Jordi Pujol, se ha convertido en el primer president que reta al Estado con un referendo independentista en Cataluña, un punto al que ha llegado con las encuestas a la baja de CiU y con la negociación aún pendiente con el Gobierno.

Tras renovar victoria en los comicios del pasado 25 de noviembre, un Artur Mas visiblemente fatigado por una campaña electoral de alto voltaje ya advertía de que el reto de convocar una consulta no sería "coser y cantar".

Lo que no preveía Mas, ni tampoco adivinaron las encuestas, es que CiU iba a perder 12 diputados en las urnas -se quedó con 50-, un batacazo del que se resarció pactando con una Esquerra al alza, que vive su momento más dulce en los sondeos, mientras que CiU paga el precio de tener que gobernar solo.

Tras un año de travesía con numerosas dificultades, el líder de CiU ha logrado hoy finalmente un acuerdo con ERC, UDC, ICV-EUiA y CUP, perdiendo por el camino al PSC, para celebrar la consulta el 9 de noviembre del 2014, pero con la asignatura pendiente de la negociación con el Gobierno, que se niega a autorizarla.

Nacido en Barcelona en 1956, Artur Mas i Gavarró, que se define como persona discreta y trabajadora, no tenía previsto dedicarse a la política cuando se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales.

Pero el tiempo ha puesto a este dirigente políglota, padre de tres hijos, en primera línea con un órdago al Estado sin precedentes, después de una corta etapa al frente de la Generalitat, de dos años (2010-2011) en la que persiguió un pacto fiscal para Cataluña que no aceptó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El golpe de timón de Mas tras la masiva manifestación del 11 de Septiembre de 2012 ha dominado el escenario político del último año, junto con otras inclemencias, como casos de espionaje político, crisis social y económica, dificultades de tesorería en la Generalitat, batallas por el objetivo de déficit o el "caso Palau".

El resultado es que el político nacionalista, que votará a favor de un Estado propio para Cataluña, adelantó las elecciones para dar cauce a la "voluntad del pueblo catalán" y presentó el programa electoral más soberanista de CiU.

Mas acaba ahora el año al mando del proceso aunque con un futuro electoral incierto puesto que ya es superado por ERC en las encuestas.

Según el último sondeo del Centro de Estudios de Opinión del pasado noviembre, los catalanes suspenden por primera vez a Mas (4,75), mientras que el líder de ERC, Oriol Junqueras, es el más valorado por la ciudadanía y su formación se consolidaría como primera fuerza (37-39 escaños), por delante de CiU (34-36 escaños).

Como no podría ser de otra manera, los datos preocupan a CiU, que achaca el desgaste principalmente a gobernar en tiempos de crisis, pero nadie en la federación cuestiona el liderazgo de Mas, menos aún cuando ha logrado pilotar con discreción y eficiencia las negociaciones entre los partidos para la consulta.

A la vez, el propio Mas se siente fuerte y ha dicho que está dispuesto a asumir los costes, personales y políticos, de su apuesta soberanista, que abrirá una nueva etapa en 2014 con una negociación con el Estado que se prevé ardua y difícil.

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