Declaraciones en la Audiencia Nacional

El 'exnúmero dos' de Caixa atribuye a Repsol el encargo a la firma de Villarejo

Antonio Massanell confirma que autorizó una factura al entramado del comisario aunque defiende la legalidad de la gestión y se desliga de irregularidades.

Brufau y Fainé
Brufau y Fainé declaran este viernes ante el magistrado del caso Tándem
Agencia EFE

El exvicepresidente de CaixaBank Antonio Massanell ha admitido ante el magistrado que investiga los encargos de espionaje de José Manuel Villarejo que dio el visto bueno a una de las facturas que se giraron al entramado del comisario jubilado. Massanell, que ha declarado en calidad de imputado por el conocimiento que pudo tener del encargo efectuado al agente cuando fue director general de medios de la entidad, ha negado irregularidad alguna y ha matizado que este espionaje que tenía por objetivo frenar la entrada de Sacyr en el capital de Repsol lo gestionó la petrolera directamente con Cenyt.

Se trata del primer día de declaraciones en el marco de la ronda que arranca este miércoles y que cerrarán el viernes Antonio Brufau e Isidro Fainé. Según confirman fuentes presentes en el interrogatorio Massanell ha respondido solo a las preguntas de la Fiscalía Anticorrupción y de su defensa y ha defendido uno de los pagos girados por este encargo cerrado a finales de 2011 y que tenía por nombre 'proyecto Wine'. Massanell ha precisado que en aquel entonces era el responsable del área de seguridad (por encima del entonces jefe de este departamento, el también imputado Miguel Ángel Fernández Rancaño) y que desde Repsol ya se les dijo el proveedor que se iba a contratar para este servicio de inteligencia. 

De hecho el propio Rancaño explicó en su declaración en sede judicial el pasado mes de diciembre que Massanell validó la factura emitida en diciembre de 2011 por importe de 88.500 euros para abonar parte del coste de este trabajo que se presupuestó inicialmente en un millón de euros. Al respecto, el histórico de Caixa ha relatado hoy que visó este cargo porque hubo un fallo en el proceso automático de contabilización y que lo hizo sin que ello supusiera irregularidad de ningún tipo. Con todo, y según las fuentes consultadas, ha matizado que no verificó los servicios prestados. Los mismos consistieron, según los informes de seguimiento del Grupo Cenyt, en una operación de espionaje sobre la persona del entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero, así como de directivos de la mexicana Pemex para evitar repercusiones en el accionariado de Repsol ante la fallida acción sindicada que planificaron para hacerse con el control del accionariado. 

Desmiente al jefe de seguridad

Aunque ha respaldado alguno de los extremos pronunciados por Rancaño, ha desmentido que fuera él quien le ordenara despachar de este asunto con Fainé. El que fuera jefe de seguridad de la entidad explicó en diciembre que recibió la orden de su superior de tratar el avance de este espionaje directamente con el entonces presidente de Caixa en el marco de los despachos que solían mantener. De hecho, este fue uno de los argumentos que valieron al magistrado para imputar al banquero, si bien este miércoles Massanell ha negado haberle dado indicaciones de este calibre. Al contrario, ha dicho que si Rancaño actuó de este modo es porque recibió dichas instrucciones desde la cúpula. 

También ha insinuado que Fainé, en calidad de consejero de Repsol, podría haber tenido conocimiento del encargo que se efectuó al Grupo Cenyt para frenar a Del Rivero. Esta confesión ha provocado la intervención del magistrado para que aclarase si lo que quería decir realmente era que Fainé estaba al tanto del asunto, si bien Massanell se ha limitado a decir que así lo dijo su entonces subordinado, Fernández Rancaño, y que le parecía de pura lógica. El objetivo de los investigadores es esclarecer de donde salieron las órdenes para contratar a Villarejo ya que consideran que este trabajo sería constitutivo de delito de cohecho al encontrarse el espía en activo dentro de la Policía Nacional. También le atribuyen revelación de secretos ya que para espiar a sus objetivos controló el trafico de llamadas y vigiló todos sus movimientos.

Protección a Brufau

Para este miércoles también estaba citado a declarar Joaquín Uris quien en el momento de los hechos ocupaba la dirección corporativa de gestión patrimonial de Repsol. Según sostiene el instructor, Uris habría sido informado de este espionaje por parte del que fuera jefe de seguridad de la petrolera, Rafael Araujo. En su cita en sede judicial, el exdirectivo ha desmentido esta versión incidiendo en que nunca supo de esta contratación. Únicamente ha reconocido que se le informó de un segundo encargo puntual que hizo Repsol a Cenyt en el año 2014. En este caso se investigó el viaje a Alemania de un consejero de Pemex que se ausentó del Consejo de Repsol para asistir a un partido de la Champions League con el expresidente de Endesa Borja Prado.  

El entramado de Villarejo efectivamente acreditó este encuentro y lo certificó con una foto de ambos en el aeropuerto. Al respecto Uris ha admitido que vio esa instantánea aunque no ha dicho más al respecto. Según el 'compliance' de la petrolera, el encargo de este trabajo (que costó 24.00 euros) vino del que fuera secrertario general de la petrolera, Luis Suárez de Lezo, (citado para este martes) aunque quien propuso que lo hiciera Cenyt fue el propio Araujo. Al respecto Uris ha dicho que desconoce cómo se gestó el asunto pero que, en cualquier caso, no partió de él. También ha desligado a Brufau de cualquier relación con Villarejo asegurando que él nunca recibió órdenes del Consejo de Administración relacionadas con esta cuestión y que, en lo que respecta al proyecto Wine, fue informado del tema por parte de Rafael Araujo, el cual le comentó que se estaba desarrollando un proyecto de inteligencia en relación al intento de asalto de Sacyr. 

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