Mayor oreja ve en la falta de gobernanza europea y las revueltas árabes las "dos caras de una misma crisis"


El portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, diagnosticó hoy que la falta de una gobernanza económica en la UE y los conflictos políticos abiertos en diversos países musulmanes son "dos caras de una misma crisis".
Mayor Oreja presentó así un seminario organizado por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que abordará ambos temas; una amalgama que el líder popular justificó indicando que "la causa de lo que se está viviendo en Europa y el norte de África es la misma". A saber, el surgimiento de "un mundo nuevo".
En su opinión, cuando se da "una sucesión encadenada de crisis que parece que no tienen nada que ver unas con otras", el sustrato de fondo no es "la casualidad", sino que "algo está sucediendo". A estas dos crisis, el dirigente popular añadió una más, la energética, suscitada por los problemas de abastecimiento derivados de las revueltas en el norte de África e intensificada por los de las centrales nucleares japonesas tras el terremoto y el tsunami.
Por lo que respecta a la UE, Mayor Oreja estima que, tanto en relación a los conflictos en los países musulmanes como ante el debate sobre la gobernanza económica europea, "el reto es el mismo", y de cómo se reaccione frente a él se derivará que "la Unión Europa tendrá voz propia o no".
Así, señaló la "curiosa paradoja" de que todos los europeos critiquen la falta de unión de la UE en su respuesta a la crisis del norte de África y consideren que "no hay solución que no pase por la UE". A su juicio, ésta "avanza inexorablemente en la crisis y en su propia incapacidad pero confirma la necesidad de una Unión Europea", que es "una necesidad y una exigencia de los tiempos que vivimos".
Por último, Mayor Oreja insistió en su conocida tesis de que tras la crisis económica subyace una "crisis de valores", que encuentra en Italia y Francia "muchas de las mismas manifestaciones" que ve en España. Desde su punto de vista, "los tiempos nuevos van a exigir una indudable ambición europea", y ésta, a su vez, demandará un "proceso de regeneración de las "actitudes nacionales y personales".

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