Medvédev niega que Rusia se proponga la militarización de las islas Kuriles

  • El presidente ruso, Dmitri Medvédev, negó hoy que se proponga la "militarización" de las islas Kuriles, cuya soberanía es reclamada por Japón, aunque confirmó el despliegue de armamento y tropas en el archipiélago del océano Pacífico.

Moscú, 11 nov.- El presidente ruso, Dmitri Medvédev, negó hoy que se proponga la "militarización" de las islas Kuriles, cuya soberanía es reclamada por Japón, aunque confirmó el despliegue de armamento y tropas en el archipiélago del océano Pacífico.

"Las Kuriles son nuestra tierra. Allí debe haber formaciones militares, ya que hay una frontera. Pero deben ser racionales y suficientes", apuntó Medvédev durante una visita a la ciudad de Jabarovsk, en el lejano oriente ruso, citado por las agencias locales.

Medvédev, quien dejará de marcar la política exterior y de defensa de Rusia en 2012 ya que no se presentará a la reelección el próximo año, aseguró que Moscú no tiene previsto desplegar "nada fuera de lo normal" en las islas

"Allí no se tomarán acciones contra un tercer país, sea Japón o algún otro", insistió.

Llamó una vez más a Japón a invertir en el desarrollo conjunto de la región, que, dijo, tiene "un gran potencial", pero matizó que Tokio prefiere resolver primero el contencioso territorial.

"Eso no va a ocurrir", sentenció Medvédev, que aseguró hace unos meses que Rusia aumentará su presencia militar y desplegará armamento moderno en las estratégica islas.

Entre otras cosas, Moscú rearmará las guarniciones del archipiélago con baterías antiaéreas Tor y misiles de crucero antibuque Yakhont, planes que han indignado a Tokio.

El jefe del Kremlin se ha propuesto frenar el éxodo de habitantes de las islas (situadas a unas pocas decenas de millas marinas de la isla japonesa de Hokkaido), que han reducido a menos de 20.000 su población desde la caída de la URSS, en 1991.

Las tensiones sobre las Kuriles se dispararon en noviembre pasado, cuando Medvédev se convirtió en el primer gobernante ruso o soviético en viajar al inhóspito territorio, en poder ruso desde el 2 de febrero de 1946.

Japón reaccionó con inusitada dureza al calificar de "ultraje imperdonable" la visita del jefe del Kremlin y llamó a consultas a su embajador en Moscú, a lo que Rusia respondió con un viaje de inspección militar del ministro de Defensa.

En 1993, el entonces presidente ruso, Borís Yeltsin, y el primer ministro nipón, Morihiro Hosakawa, firmaron la Declaración de Tokio, que dejaba abierta la posibilidad de negociar la soberanía de las islas.

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