Merkel ha demostrado en 24 horas, pese a su mala imagen entre gran parte de los ciudadanos europeos, que tiene coraje, sensibilidad y responsabilidad. Lo primero lo ha demostrado al criticar duramente (repugnante, ha sido su calificativo) los actos xenófobos en algunos länder de su país y enfrentarse a los pronazis. Lo segundo al no abandonar a su suerte a los refugiados sirios que ven a Alemania su Dorado particular, y lo tercero, al pedir junto a Hollande una respuesta europea conjunta al drama de la inmigración.
Calais, el Mediterráneo, Kos… Son varias las crisis migratorias que Europa tiene que afrontar. Un reto difícil para el que algunos socios como Italia y Grecia piden más solidaridad a los demás estados miembros para lograr una mejor política migratoria.
Los flujos migratorios a través del mar Egeo y los Balcanes han superado todas las previsiones y Berlín, que ya es el primer receptor de demandantes de asilo de toda la Unión Europea se prepara para recibir hasta 800.000 demandas de asilo en 2015. Alemania no mira hacia otro lado.
El país es profundamente consciente de la crisis que de refugiados que vive Europa y suspendió temporalmente la aplicación del Reglamento de Dublín II. En virtud de este acuerdo el primer Estado miembro por el que accede a la Unión Europea el solicitante de asilo es el responsable de realizar el procedimiento para examinar la solicitud.
Por lo tanto, si el solicitante llega a un segundo Estado miembro y realiza la solicitud de asilo, este Estado podrá, en virtud del Reglamento, devolver al solicitante al país de primera entrada. La decisión tomada por el ejecutivo alemán, solo se aplicará a los refugiados sirios y según la portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Rosa Otero, en declaraciones a este medio, es una decisión "generosa de la canciller".Cada refugiado le cuesta a Berlín 10.000 euros
Según el Deutscher Landkreistag, una asociación de distritos y municipios alemanes, cada refugiado le cuesta a Alemania 10.000 euros. Berlín les proporciona techo, comida, servicio médico, ropa, agua corriente y electricidad. Además cuenta con una ayuda de 143 euros mensuales para sus gastos. Todas estas necesidades están estimadas en la Ley de Asilo que permite a los refugios recibir esta ayuda durante tres meses, tiempo en que también reciben clases de alemán y cursos de formación. Los actos xenófobos se repiten en las calles de Alemania.
Este fin de semana estallaron violentas protestas contra los refugiados en el país. Más de 30 policías resultaron heridos en los enfrentamientos en la ciudad de Heidenau, cerca de Dresde, a primera hora del sábado, después de que una banda de varios cientos de personas, muchas alcoholizadas, comenzaron a arrojar botellas y pirotecnia a los oficiales.
Algunos gritaron "Heil Hitler". La canciller alemana, aunque dos días después, condenó hoy las violentas protestas en contra de los refugiados y culpó a los extremistas de derecha que buscan difundir un "repugnante" mensaje de odio.
No ha sido el único incidente xenófobo registrado en Alemania. Esta madrugada, un incendio destruyó un edificio vacío que debía convertirse en un hogar para refugiados en la localidad de Weissach im Tal en el suroeste de Alemania.
Todavía no se han esclarecido las causas del incendio pero la policía no descarta un atentado xenófobo, que no sería el primero en la localidad. Según Stuttgarter-Nachrichten.de, en 2005, un centro de refugiados en Weissach ya fue objetivo de un ataque racial. En aquella ocasión, un joven neonazi de 17 años arrojó con dos cómplices un cóctel molotov contra la casa en la que se alojaban un 11 refugiados. Los jóvenes fueron condenados a varios años de prisión.
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