Miles de ciudadanos se manifiestan contra el extremismo en Túnez

  • Al menos 12.000 ciudadanos participaron hoy en Túnez en una manifestación "en defensa de las libertades fundamentales" convocada por seis partidos de la oposición al Gobierno islamista moderado de Al Nahda y varias asociaciones cívicas.

Túnez, 28 ene.- Al menos 12.000 ciudadanos participaron hoy en Túnez en una manifestación "en defensa de las libertades fundamentales" convocada por seis partidos de la oposición al Gobierno islamista moderado de Al Nahda y varias asociaciones cívicas.

La manifestación se inició al mediodía en la plaza de los Derechos Humanos y recorrió durante tres horas las principales arterias del centro de la capital, donde se iban sumando ciudadanos al cortejo.

Aunque fueron convocados por los partidos políticos de centro y de izquierdas, los miles de manifestantes no portaban insignias partisanas ni símbolos políticos y la única bandera que enarbolaron fue la nacional, una estrella y una media luna blanca sobre fondo rojo.

Entre los asistentes destacaron un gran número de periodistas de los medios escritos y audiovisuales, públicos y privados, así como cientos de mujeres de todas las edades y profesiones, entre ellas las profesoras de la facultad de Ciencias y Letras de la Manuba, que fue ocupada durante dos meses por una cincuentena de extremistas religiosos.

Un importante despliegue policial compuesto por varios cientos de policías rodeó a la manifestación durante todo su recorrido por el centro.

Algunos viandantes profirieron insultos contra los manifestantes a los que acusaban de "ateos"o "impíos" y otros profirieron amenazas de muerte, aunque no se produjeron enfrentamientos ni respuestas violentas contra los provocadores.

Los líderes del Partido Democrático Progresista, Nayib Chebbi, del Movimiento Atajid, Ahmed Brahím, o del Polo Democrático, no encabezaron la marcha y se confundieron entre los miles de manifestantes que enarbolaron pancartas "por la independencia de la prensa y de la justicia" y contra la violencia y el extremismo.

Las consignas de "Túnez libre, ni emires ni Catar" o "Túnez tunecina, ni wahabista ni iraní" fueron coreadas por los manifestantes en varias ocasiones durante la marcha.

El ex presidente del primer parlamento de la transición tunecina, Iyad Ben Achur, dijo a Efe que su presencia hoy en la calle tenía como objetivo "denunciar los actos salvajes y violentos que comete una minoría religiosa que tiene mucha visibilidad y que está atacando a periodistas y profesores".

"Protesto contra esa minoría que quiere matar en el huevo a uno de los logros de la revolución que es la libertad de expresión", añadió el político.

La secretaria general de la Federación Internacional de Ligas de Defensa de Derechos Humanos, Jadiya Charif, señaló que "hay que denunciar la violencia y rebelarse contra los que perturban y nos quieren llevar hacia una regresión", refiriéndose a los rigoristas islámicos o salafistas.

Charif subrayó que "hay muchas interrogantes sobre por qué el gobierno transitorio no actúa contra los infractores. Si el gobierno es impotente ante la situación o el problema le es indiferente, no lo sé, pero es inaceptable que no quieran demostrar que los salafistas representan un mal si usan la violencia".

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Lucha contra la Tortura, Radia Nasrawi, tampoco supo explicar "por qué el gobierno no lleva ante la justicia a los salafistas, que tienen el derecho a manifestarse pero no a usar la violencia porque eso es no respetar la diferencia", según declaró a Efe.

La presidenta de la asociación "24 de Octubre", Olfa Layimi, opinó que la pasividad del gobierno islamista transitorio obedece a intereses electorales.

"No ataca a los salafistas porque les vota", dijo, y acusó al gobierno de ser "cómplice de lo que pasa por no aplicar las leyes".

Desde las elecciones del pasado 23 de octubre el acoso de los rigoristas islámicos a la sociedad tunecina se ha extendido por algunas facultades universitarias, numerosas mezquitas y pueblos de zonas rurales.

Desde entonces han sido atacados ciudadanos que vendían alcohol, periodistas, músicos, cineastas y profesores universitarios, algunos de los cuales recibieron amenazas de muerte.

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