Miles de israelíes exigen a Netanyahu que aliste a los ortodoxos

  • Miles de israelíes exigieron hoy al gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que aliste a los judíos ultraortodoxos en el ejército y que ponga fin a la política de exenciones de la que se benefician desde hace décadas.

Jerusalén, 7 jul.- Miles de israelíes exigieron hoy al gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que aliste a los judíos ultraortodoxos en el ejército y que ponga fin a la política de exenciones de la que se benefician desde hace décadas.

En un concentración frente al Museo de Tel Aviv, reservistas y jóvenes pidieron al gobierno que no renueve las históricas exenciones de las que disfrutan sus congéneres ultraortodoxos, que con sólo declarar que estudian todo el día en un seminario religioso eluden el servicio obligatorio.

"Alistamiento general - Estamos hartos de ser los pringados de turno", fue el lema de una convocatoria a la que asistieron también decenas de diputados, ex altos mandos del Ejército y de los servicios de seguridad, así como veteranos de guerra e inválidos, informan esta noche los medios locales.

Los manifestantes, que portaban pancartas con lemas como "Todos a servir", exhortaron a Netanyahu a "despertar", "gobernar" y buscar la "justicia social", en un afán de que el reparto de esta "carga nacional" (la del servicio militar) sea más equitativo.

En Israel, donde la seguridad es uno de los asuntos más cruciales de su agenda pública, los varones prestan un servicio militar de 36 meses y las mujeres de 24, obligación de la que sólo están eximidos los jóvenes ultraortodoxos (por motivos religiosos) y los de la minoría árabe (por motivos étnicos).

Hace unos meses, a raíz de varios recursos por parte de grupos de reservistas, el Tribunal Supremo ordenó al gobierno que no renueve la ley de exenciones el próximo 1 de agosto, cuando vence la que fue legislada hace 10 años.

Los jueces le ordenaron buscar una solución que no discrimine entre los distintos jóvenes, una orden que ha puesto a Netanyahu contra las cuerdas por la sensibilidad que el tema despierta en la sociedad israelí.

Boaz Nol, uno de los dirigentes del llamado "Grupo de los pringados", que encabeza la protesta social, advirtió al diario Yediot Aharonot por internet que "este verano será muy caliente".

"Somos una nueva generación que lucha por la igualdad, por una sociedad nueva, mejor, más justa y más unida", explicó al aludir a las protestas de carácter socioeconómico que comenzaron el verano pasado.

Una comisión especial con representación de todos los partidos ha tratado en las últimas semanas de encontrar una solución aceptable para todos, pero fue disuelta por Netanyahu hace unos días por no poder llegar a un acuerdo.

Entre las principales discrepancias estaba la recomendación de que los jóvenes ultraortodoxos comiencen a prestar servicio sólo a partir de los 22 años, lo que en la práctica significa que casi ninguno lo haría porque a esa edad están todos casados y con hijos.

En esas circunstancias al Ejército no le conviene enrolarlos por el alto coste que conlleva.

La otra, que acabó por causar una minicrisis gubernamental entre Netanyahu y su viceprimer ministro Shaul Mofaz, líder del partido de centroderecha Kadima, fue la de que aquellos que no se presenten a filas se enfrenten a la justicia como cualquier otro insumiso.

Mofaz, ex jefe del Ejército israelí, prometió al entrar en el actual Gobierno israelí hace varias semanas, que una de las condiciones era la de regularizar el servicio militar, aunque algunas concesiones que ha hecho al primer ministro en las últimas horas han indignado a los manifestantes, que hoy le abuchearon al llegar a la concentración.

"Aquí hay una lucha por unos principios, por unos valores (..) en este país no hay igualdad en la carga (de la seguridad)", dijo la ex dirigente de Kadima, Tzipi Livni, antes de llegar a la manifestación.

Mofaz sufrió hoy la deserción de su partido de otro ex jefe del Ejército, Dan Jalutz, por sus concesiones en este asunto al primer ministro, que esta noche anunció que presentará las conclusiones de la comisión al partido que preside, el Likud, para que las apruebe.

Netanyahu se ve presionado de un lado por sus aliados ultraortodoxos en el gobierno, y del otro por los nacionalistas que exigen la aplicación de un servicio obligatorio militar sin excepciones.

También hay otra demanda para que los jóvenes de la minoría árabe, que representa un 20 por ciento de los 7,7 millones de israelíes, presten un servicio social equivalente al servicio militar, un asunto no menos espinoso que el de los ultraortodoxos.

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