Miles de voluntarios tratan de aceptar que no podrán ver el discurso de Obama

  • Miles de voluntarios que han trabajado durante días en la convención demócrata para poder ver el discurso del presidente de EE.UU., Barack Obama, viven entre la decepción y la comprensión la noticia de su cambio de lugar, que les impedirá verlo.

Lucía Leal

Charlotte (EE.UU.), 5 sep.- Miles de voluntarios que han trabajado durante días en la convención demócrata para poder ver el discurso del presidente de EE.UU., Barack Obama, viven entre la decepción y la comprensión la noticia de su cambio de lugar, que les impedirá verlo.

La decisión de trasladar el discurso del estadio Bank of America al pabellón Time Warner Cable Arena, cuya capacidad es tres veces menor, dejará fuera del recinto a más de 50.000 personas.

Unos 6.000 son voluntarios que se habían comprometido a trabajar nueve horas en tres turnos para conseguir una entrada al estadio, dentro de un programa impulsado por la campaña de Obama y que ha perdido su sentido después de que los organizadores anunciaran hoy el cambio de sede, ante la amenaza de tormenta.

"Es muy triste porque realmente queríamos esta oportunidad, porque es historia", dijo a Efe Robin Matthew, una voluntaria que llegó desde Washington para colaborar dando información a los delegados y periodistas perdidos en el centro de convenciones, y sostiene un cartel de "Pregúntame".

"Pero es lo que hay, y ha sido una gran experiencia hasta ahora de todas formas, así que incluso si tengo que verlo en una gran pantalla con mis compañeros aquí, estará bien", añadió.

Neda Farmer, de Charlotte, ya había perdido la oportunidad de ver el discurso en el estadio cuando, "por desgracia" abandonó la ciudad por unos días justo cuando los organizadores llamaron a los voluntarios para entregarles las entradas.

"Muchos voluntarios van a estar desilusionados, pero creo que lo entenderán", aseguró a Efe. "Nadie puede controlar el tiempo".

Para compensarlos a ellos y a los miles de personas que hicieron colas kilométricas para conseguir acreditaciones comunitarias, la campaña de Obama ha prometido una conferencia telefónica con el mandatario, que además volverá a Charlotte antes de las elecciones para un acto privado con los que planeaban asistir.

"Van a tener una oportunidad de ver al presidente, incluso puede que en un entorno más íntimo, lo que será fantástico", afirmó a Efe la bloguera Vani Hari, delegada demócrata por Carolina del Norte y cuyos padres y marido han perdido la oportunidad de ver a Obama.

Según Bill Neuffer, un voluntario de Durham (Carolina del Norte) que iba a trabajar para la seguridad del estadio, el cambio de ubicación puede hacer la noche "incluso más emocionante porque (el discurso) puede oirse mejor en un espacio cerrado", apuntó a Efe.

Aunque hay un contraste evidente entre un pabellón que acoge hasta 20.200 personas y en el que apareció Obama en la convención de 2008, que congregó a 84.000, los voluntarios no creen que eso vaya a disminuir el impacto del discurso del mandatario.

"Eso nunca", dijo Matthew. "Es un orador fenomenal. Incluso si estuviera hablando en un callejón, con un micrófono, sería fenomenal. Hará un discurso muy eficaz, y muy conmovedor, y todo el mundo llorará, estoy segura", añadió entre risas.

Antes del cambio de lugar, los autobuses fletados por el comité demócrata, que traen gente de otras ciudades e incluso estados, ya habían levantado especulación sobre la posibilidad de que Obama fuera incapaz de reunir a tanta gente como en 2008, y de que su campaña temiera que la cantidad de asientos vacíos diera nuevos argumentos a los republicanos.

En efecto, la campaña de Mitt Romney atribuyó hoy el cambio de lugar a la supuesta incapacidad de la campaña de llenar el estadio.

"La campaña prometió (hacer el discurso en el Bank of America) 'llueva o brille el sol'. Pero cuando no pudieron conseguir una multitud, se llevaron dentro el discurso de Obama", escribió el exgobernador de Nuevo Hampshire John Sununu en la cuenta oficial de Twitter del Comité Nacional Republicano.

La campaña de Obama, que hasta el martes prometía hacer el discurso en el estadio de fútbol, insiste en que la decisión no ha sido política, sino de seguridad.

Hari se cree esa explicación: "tengo tantos mensajes de amigos, y llamadas, y correos electrónicos, pidiendo una entrada a este evento... Y no he podido conseguírsela. Eso demuestra que todo el mundo sí quiere ver al presidente", aseguró a Efe.

Sea cual sea la razón, el cambio de localización ha sido un revés para una convención que prometió ser "la más abierta de la historia" y que deberá conformarse ahora con tratar de convencer desde un recinto cerrado.

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