Ministros y diputados niegan que queden franquistas en las instituciones

  • Madrid.- El PP y UPyD han arremetido hoy contra el ex fiscal Anticorrupción por decir que hay "sombras de la dictadura" sobre los tribunales, mientras que varios ministros y diputados han rechazado que en las instituciones queden franquistas y han pedido respeto tanto a la Justicia como a quienes apoyan a Baltasar Garzón.

El Supremo explicará técnicamente a los medios extranjeros el procedimiento contra Garzón
El Supremo explicará técnicamente a los medios extranjeros el procedimiento contra Garzón

Madrid.- El PP y UPyD han arremetido hoy contra el ex fiscal Anticorrupción por decir que hay "sombras de la dictadura" sobre los tribunales, mientras que varios ministros y diputados han rechazado que en las instituciones queden franquistas y han pedido respeto tanto a la Justicia como a quienes apoyan a Baltasar Garzón.

Los sindicatos convocaron ayer un acto de apoyo al magistrado en la Universidad Complutense en el que el ex fiscal jefe Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo aseguró que España está viendo "las sombras de la dictadura" sobre los tribunales, palabras que han despertado la polémica entre la clase política.

Desde el Congreso, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha considerado que aún quedan restos del franquismo en España, pero ha rechazado que tengan fuerza para amenazar a las instituciones, que son "muy sólidas".

Sebastián ha reiterado que hay que respetar la libertad de expresión de quienes defienden al juez, igual que hay que respetar el procedimiento judicial abierto, opinión esta última que ha compartido la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, al pedir respeto a la decisión que adopte el Tribunal Supremo sobre Garzón.

Otro miembro del Gabinete de Zapatero, el titular de Fomento, José Blanco, se ha limitado a recomendar que se mire "hacia el futuro" aunque se deba también "reparar la memoria del pasado".

"A mi juicio, eso es lo que ha querido hacer Garzón y por eso me cuesta mucho trabajo entender que los falangistas le sienten en el banquillo", ha apuntado.

Desde el grupo parlamentario socialista, Antonio Hernando ha considerado que se equivoca quien quiera que los sindicatos no tengan capacidad de expresión más allá de las cuestiones laborales y también ha rechazado de plano que el Supremo tenga franquistas en su seno, porque está compuesto de jueces "absolutamente respetables que hacen su trabajo dignamente".

También desde el grupo socialista Elena Valenciano ha dicho no saber si existe aún el franquismo en España, pero sí ha criticado el "revival" al que está asistiendo la sociedad al "resucitar viejos fantasmas que son perfectamente prescindibles".

Bajo su punto de vista, hay que ser "sensatos" y dejar que la gente se manifieste libremente, algo que hay que "conjugar con el respeto" a la decisión que adopten los tribunales.

Para el diputado popular Cristóbal Montoro no es cierto que haya franquistas en las instituciones, ni en el Parlamento ni en la Justicia.

"El franquismo es nuestro pasado, España ha dado un ejemplo de hacer una transición de una dictadura a un régimen democrático y no existe ese vestigio de franquismo en ninguna de las instituciones", ha subrayado.

Y otro diputado popular, Miguel Arias Cañete, ha recordado que en los setenta en las instituciones se juraban los Principios del Movimiento. "Probablemente el señor Jiménez Villarejo juró en su momento y se le ha olvidado; pero llamar al Supremo franquista es un error, y cuestionar el Estado de derecho, enormemente peligroso e irresponsable en alguien que viene de la carrera judicial".

Rosa Díez, diputada de UPyD, ha tachado de "muy grave" no sólo la declaración de Jiménez Villarejo, sino también el hecho de que en el acto de apoyo a Garzón hubiese ayer "miembros del Gobierno, un embajador en funciones, un secretario de Estado".

"Que el presidente (del Gobierno) no les haya cesado es gravísimo, lo que ocurrió ayer es un intento de subvertir el orden constitucional y un ataque al Estado de derecho".

Joan Tardà, desde ERC, ha recordado que su grupo no simpatiza con Garzón, pero aún así cree que está sometido a un "linchamiento" y ha considerado que aún persiste el "modelo de impunidad" para los fascistas, como lo prueba el hecho de que éstos "todavía son capaces de alterar el orden de la Historia", y de ello se deduce que hay una democracia "todavía muy frágil".

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