Casi la mitad de los niños de Mosul carecen de acceso a agua potable

EUROPA PRESS
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La tubería alcanzada por los combates es uno de los tres conductos principales que proporcionan agua corriente a las viviendas de la ciudad, por lo que más de 650.000 personas --el 40 por ciento de la población actual de la ciudad-- se han quedado sin suministro de agua. La rotura del conducto se ha producido en una zona de Mosul que se encuentra bajo el control de los yihadistas, por lo que no va a resultar fácil para el Ejército iraquí poder reparar la tubería.

"Los niños y las familias de Mosul se enfrentan a una situación horrible. No es sólo que corran el riesgo cada día de poder morir o resultar heridos por los tiroteos, si no que ahora más de medio millón de personas carecen de agua potable para poder beber", ha señalado Peter Hawkins, el representante de UNICEF en Irak.

La situación humanitaria en el interior de la ciudad es absolutamente insostenible, según denuncia la agencia de la ONU. Los niveles de inseguridad alimentaria cada vez son más graves y para las familias más pobres de Mosul comer se ha convertido en una misión casi imposible, ya que los precios de los alimentos han subido drásticamente debido a la ofensiva.

Seis semanas después de que se pusiera en marcha la operación, las fuerzas iraquíes han logrado recuperar parte del este de Mosul, que se encuentra bajo el control de los milicianos desde 2014. El Ejército, junto a los peshmerga, las fuerzas de seguridad de la región del Kurdistán iraquí, han entrado por el norte y el sur. Las milicias chiíes, por su parte, están intentado acceder por el oeste para poder rodear por completo a los terroristas.

De acuerdo con la Oficina de Coordinación Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés), el peligro que corre la población civil en Mosul cada día es mayor. "La situación de la población en el este de Mosul continúa siendo extremadamente peligrosa. Los ataques con proyectiles de mortero y los tiroteos siguen cobrándose vidas", ha alertado la OCHA en su último informe.

La ofensiva ha dejado tras de sí más de 74.000 desplazados internos, de los cuales 7.000 son personas que están regresando a otras ciudades previamente ocupadas por Estado Islámico, como Ramadi o Anbar. Se estima que alrededor de un millón de personas permanecen en el interior de la ciudad, fuera del alcance de las agencias humanitarias que están operando en la zona.

El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ordenó el 17 de octubre el inicio de las operaciones para recuperar Mosul. El grupo yihadista controla la ciudad desde verano de 2014 y la ha convertido en la capital iraquí de su proclamado califato.

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