Montserrat reconoce que Andreu Soler fue un "depredador sexual" durante años

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El Monasterio de Montserrat ha reconocido este viernes que su monje Andreu Soler fue un "depredador sexual" durante los 40 años en los que se encargó del de la agrupación de scouts 'Nois de Servei'. La institución ha reconocido que el entonces abad, Sebastià Bardolet, se mantuvo al margen a pesar de la existencia de rumores suficientes acerca de la conducta del pederasta que falleció en 2008.

La comisión ha reprochado que en los abusos a los menores, cometidos por Soler entre 1972 y 1999, "se omitió cualquier tipo de actuación", aunque no ha podido concluir si el entonces abad Bardolet "escondió lo que sucedió o actuó por desconocimiento de la situación, ya que existen versiones contradictorias". Sin embargo, ha afirmado que "había rumorología suficiente para justificar una acción encaminada a reunir a los padres, actuar contra el hermano Andreu o haberlo apartado preventivamente" del grupo scout 'Nois de Servei' que él mismo había fundado.

El actual abad, Josep María Soler, creó la comisión independiente el pasado mes de enero después de la denuncia presentada por Miguel Hurtado, un antiguo scout víctima de Soler, a la que le siguieron once denuncias más. Tras conocer el informe, Hurtado ha restado "credibilidad" al resultado de la comisión porque considera que sus miembros no son independientes y "existen serias dudas sobre la validez de sus conclusiones, tanto en al número total de víctimas, como de agresores, y a la responsabilidad institucional de la abadía".

La comisión está formada por la abogada Cristina Vallejo, el exconseller y médico Xavier Pomés y la psicóloga Begoña Elizalde, que han consultado los archivos del monasterio y se han entrevistado con ocho de las doce víctimas conocidas del monje pederasta. También han interrogado al actual abad y al abad emérito, del que destacan que no tomó ninguna medida pese a los comentarios. Además, la delegación que investiga el caso ha asegurado que otro monje, Josep María Sanromà (ahora en Roma), le habría trasladado la confesión de una víctima sin que conste "ninguna actuación" posterior de Bardolet.

La investigación de la comisión

En su informe, la comisión atestigua que la denuncia contra Soler más antigua se remonta a 1972 y la más reciente a 1999, con relatos similares: el monje se ganaba la confianza de los menores para abusar de ellos, aunque en algún caso empleó la violencia y en otros apenas conocía a sus víctimas, todas ellas de entre 15 y 18 años. Según la comisión, las agresiones han dejado "huella y consecuencias emocionales y psicológicas imborrables" en sus víctimas. El documento constata que el actual abad de Montserrat conoció el caso de Hurtado a los seis meses de ser elegido y trató de ayudarle.

La comisión concluye que "el silencio de las víctimas ha sido un denominador bastante común" y que el actual abad, al conocer el primer caso, trasladó a Andreu Soler al Monasterio del Miracle para que no tuviera contacto con menores e "intentó ayudar a la víctima de acuerdo con los criterios y la sensibilidad de hace 20 años".

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