España se moviliza para ayudar y acoger a los afganos: así es la red de solidaridad

"Les podrán quitar su casa, su tierra, su familia e incluso su vida, pero su comida no se la podrán quitar", afirma una voluntaria de World Central Kitchen (WCK) que ha trabajado a contrarreloj desde el inicio de las evacuaciones en Torrejón de Ardoz. Cuenta, emocionada al otro lado del teléfono, que la comida ofrecida a los evacuados una vez aterrizan es "auténtica" y "afgana", y que va más allá de las necesidades básicas: es un regalo de bienvenida para centenares de personas que llegan "derrotados". Muchos afganos, explica, han percibido en ese gesto un 'abrazo' cuando veían el plato.  La comida la cocinan 'chefs' profesionales de WCK, ONG fundada por el cocinero José Andrés, y están especializados en proporcionar cantidades ingentes de menús tras crisis humanitarias. Elaboran los platos con suma delicadeza supervisados por Nadia Gulam, escritora y refugiada afgana en España, para que la receta sea fiel al país.

Esta voluntaria, cuyo nombre prefiere no revelar, está agotada, pero muy "orgullosa". Han sido días sin descanso de preparación, reparto de comida y asistencia a los aproximadamente 1.700 colaboradores afganos y sus familias recién llegadas a España. Ha estado desde el inicio del operativo en la base aérea, que empezó el pasado jueves 19 de agosto con la llegada del primer avión de afganos. Asegura que el trabajo ha sido posible gracias a la 'cadena humana' que se ha ido generando desde Madrid hasta la base aérea, y que todo el mundo ha tenido un papel fundamental.  Se trata de unos 'picknicks' que no cesan, ni siquiera tras el aterrizaje del último avión: "Ha aterrizado el último vuelo, pero los evacuados se irán distribuyendo por la península en cuatro o cinco días más", explica. "Hay que seguir trabajando", concluye. 

Durante ese período, la ONG ha hecho un llamamiento a través de WhatsApp para captar más voluntarios y seguir empaquetando los cientos de menús que se tienen que hacer al día: tanto desayunos, comidas, meriendas y cenas para los afganos que aún siguen en Torrejón de Ardoz. Actualmente ya hay 1.108 afganos distribuidos en centros de acogida de los 2.206 personas que han llegado a la base. Pero siguen quedando muchas a la espera de su nuevo destino, ya sea por reubicación familiar, por centro de acogida o por situación de tránsito. Es por eso que el 'motor' de WCK no puede parar. Como explica la coordinadora de voluntarios de la organización sin ánimo de lucro, alrededor de 28 personas han estado elaborando, envasando y empaquetando los menús. El horario es intensivo: desde las 8:30 horas a 20 horas en el comedor de Santa Eugenia. 

El operativo se desarrolla de la misma manera desde el 19 de agosto. La Cruz Roja informa del número de personas que van a llegar, e inician los preparativos con el operativo militar. El perfil de los llegados ha sido el mismo desde el inicio de los rescates: "muchas agrupaciones familiares, sobre todo con mujeres y niños", destaca la voluntaria de WCK. Una vez en Torrejón, tras recibirles con un 'tentempié' halal y mensajes reconfortantes, el ejército y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones estudian los datos de los afganos para iniciar el proceso burocrático de asignación de ciudad, en caso de que pidan asilo. Otros han salido con su propio pie al tener familiares en España. 

Mientras unos se quedan en la base esperando su destino, tras huir del miedo y la represión, otros empiezan su nueva vida en centros de acogida. Suponen el 83,7% del total de los llegados y han sido distribuidos en diferentes Comunidades Autónomas. En La Rioja recalarán 18, en Aragón 106, en Andalucía 108 refugiados repartidos en siete provincias y en Cantabria un total de 19. Cataluña y Castilla y León han sido las Comunidades que más evacuados han acogido hasta ahora, con 121 en cada autonomía, seguidos de la Comunidad de Madrid, a los que han accedido un total de 68 refugiados. En El País Vasco hay 60 ciudadanos acogidos, en Valencia 57, en Murcia 41, en Asturias 32, en Castilla-La Mancha 31, en Navarra 29, en Galicia 18, en Extremadura 14 y en Baleares 3.  

Quien se encarga de gestionar muchos de esos centros es es la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Su coordinadora de acogida, Álica Díez, explica que a todos los que participan del programa estatal tienen que asumir una serie de obligaciones. "Tienen derecho ayuda económica, a la participación en programas de apoyo para aprender idioma, asesoría jurídica y psicológica... pero a cambio deben cumplir los códigos de conducta", explica. Unas normas básicas que conllevan la buena convivencia y la justificación del uso económico que hacen de las ayudas. "No se pueden utilizar dichos recursos para fines distintos que no sea la manutención", detalla. A ello se le suma la obligación de informar a la entidad en caso de encontrar trabajo y de pedir permiso al equipo técnico si quieren pernoctar fuera del centro de acogida.