La pesadilla de la que nacen los mejores argumentos para desarmar al antivacuna

  • Al jefe de Pediatría del Hospital de Villalba en Madrid le cambió la vida el caso de un niño que murió por no estar vacunado.  
Doctor Roi Piñeiro
Doctor Roi Piñeiro

Si comparamos el debate que hay abierto entre los que están a favor de vacunar a los más pequeños y los antivacunas con un partido de fútbol, el pediatra Roi Piñeiro sería Messi, jugaría en el primer equipo, y ganaría el partido por goleada dedicando su tiempo de descuento en consulta a desarmar con argumentos desmitiendo falsos mitos. Y todo por una pesadilla que le cambió la percepción de cómo convencer a los que él prefiere llamar 'vacunofóbicos' de que están "equivocados". Cuando era residente de primer año tuvo enfrente a unos padres que decidieron sacar a su pequeño del calendario de vacunación con seis meses. Piñeiro se lo recriminó hasta el punto de alzarles la voz al decirles que la decisión que tomaban era "una vergüenza y una irresponsabilidad". Aún así no le hicieron caso y tres años después el pequeño 'Daniel' llegó a urgencia con sepsis meningocócica. Murió. Al ver a los padres lo único que pudo decirles desde la ira fue "ahora qué".

Piñeiro siguió con su carrera y, siendo ya padre, tuvo una pesadilla. Aquel pequeño se le apareció en sueños durante una siesta para preguntarle por qué no le había ayudado. "Yo le dije que sí, que lo intenté... y me respondió que no lo suficiente, que solo me enfadé ". Fue una revelación. A partir de aquí empezó a entrenar duro armándose de razones para dejar fuera de juego a todos los que no quieren vacunar a sus hijos. De los 72 casos a los que se ha enfrentado desde 2014 en el Hospital de Villalba, lo ha conseguido en un 90%. De ese porcentaje el 40% de los 'partidos' solo lo ha empatado (acceden a poner una sola vacuna, no todas las indicadas). El resto de los encuentros los ha perdido (10%) y esos niños siguen sin vacunar "pese a que los padres ya saben a todo lo que se exponen".

Cada día sale al terreno de juego dispuesto a mermar a un movimiento contra el que en un último estudio de la Universidad Brigham Young lo que se propone es exponerles al dolor y sufrimiento causado por las enfermedades que se pueden prevenir con vacunas porque lo consideran más efectivo que tratar de combatir con datos. Y precisamente eso es lo que piensa gran parte de la sociedad, pero sin llegar a ese extremo Piñeiro comparte los argumentos necesarios para, por lo menos, desarmarlos.

Está convencido de que nadie puede estar orgulloso de ser un 'vacunofóbico' sino que "son familias que tienen miedos que hay que ayudar a superar".  Considera que en España el movimiento todavía no está tan asentado como en otros países como Alemania o Francia e Italia, con un 40% de penetración "llegando los gobiernos a obligar a vacunar". Si dicha tasa baja del 90% "hablamos ya de problemas de salud pública". En España seguimos entre el 95% y 96% y solo hay un 3%-4% de personas que deciden alejarse de las vacunas. El problema de esa cifra es que, aunque no es tan alta como en otros países, detrás del dato hay casos reales pequeños cuyos padres ponen su vida en peligro por unos argumentos que son difíciles de mantener en numerosas ocasiones. 

¿Provocan autismo? 

Para desarmar a esos padres "no hay un arma secreta", pero los miedos en los que se mueven suelen ser iguales: las vacunas crean autismo, tienen mercurio...  Y el primer consejo que hay que seguir es tener "cuidado con la infoxicación, disponer de demasiada información". Una de las primeras razones que defienden los antivacunas es "la relación entre el autismo y la vacuna, "que tiene un origen real que se remonta a un cirujano británico que en 1998". Cuenta Piñeiro que hizo una publicación que relacionaba la triple vírica con el desarrollo de otras enfermedades como el autismo".

A nivel científico supuso un jarro de agua fría contra la vacuna del sarampión, la rubeola y las paperas. Ningún otro científico logró replicar esos resultados "y al final, tirando del hilo, desveló en un tribunal que se había inventado la historia". Para llegar a esa conclusión "utilizó a niños ya con autismo". El científico se quedó sin licencia pero "el daño ya estaba hecho. Sembró la duda". Y por si esta teoría no queda lo suficiente rebatida, Piñeiro recuerda que "el autismo se sabe que es una enfermedad que se genera en el segundo trimestre de gestación, sin que se haya suministrado aún ninguna vacuna". 

Llevan mercurio y es tóxico 

Otro de los campos de batalla en los que se mueven los 'antivacunas' es que en su composición lleven mercurio porque este puede ser tóxico. Piñeiro habla de dos realidades: además de que "no hay relación entre el mercurio y el desarrollo de toxicidad", resulta que "desde hace más de diez años ninguna vacuna comercializada lleva mercurio". Explica este pediatra que en su día sí que llevaban pero, "por el medio ambiente", se ha sustituido por el aluminio.

Y para los que piensen que el nuevo elemento también es tóxico hay que decirles que "estamos ante el tercer oligoelemento más importante de la naturaleza que se toma en la propia materna. En una dieta normal ya consumimos niveles de aluminio (verdura, pescado...), pero "para que sea tóxico estamos hablando de consumirlo en muy altas cantidades". 

El peligro de la realidad miope

Utiliza en este punto Piñeiro un motivo utilizado por la matemática Clara Grima en sus ponencias. "Como ya no vemos las enfermedades en el día a día como la difteria o el polio la sociedad empieza a perder miedo a dichas enfermedades y se puede llegar a pensar que si no existen ¿cómo la van a tener mis hijos?" El problema que se presenta aquí es que se impide la erradicación total de dicha enfermedad. Puede que en España su incidencia sea baja o nula en muchos sitios pero existen países en los que siguen y eso significa que "en  menos de un vuelo puede llegar a cualquier punto de España". El ejemplo que utiliza aquí Piñeiro es televisivo:  "Si al protagonista de 'The walking dead' le damos una vacuna anti zombie la quiere sin dudar y ni pensará en los efectos secundarios. Si se la damos a los chicos de 'Sensación de Vivir' se pensarán que estamos locos". 

El lema de la vacuna: uno para todos... y todos para uno

Piñeiro lo tiene claro: "Hay pocos medicamentos tan seguros como las vacunas". Y también quiere dejar claro que "protegen individualmente pero el objetivo es proteger a una comunidad. Hay personas que no se pueden vacunar por estar bajos de defensas o por alergias y están protegidos gracias a que el resto sí está vacunado". 

No hay tiempo de descuento

"Cuando se desarrolla una enfermedad no hay marcha atrás", recuerda a esos pacientes a los que Piñeiro atiende durante sus horas de comida o en el tiempo de descuento. Uno de los problemas que hoy en día tiene la sanidad es el poco tiempo del que disponen los pediatras para atender en consulta y es por eso que cuando se enfrenta a una familia que cuestiona el uso de las vacunas prefiere mostrarles la realidad de lo que puede pasar e intentar entender por qué piensan así... para lo que necesita tiempo. Suele darles cita a última hora "para alargarlo el tiempo necesario". 

La inmunidad de la enfermedad puede ser letal

Este último mes el brote de sarampión contra el que se ha luchado en Nueva York puede que haya sorprendido a los residente en pediatría más jóvenes "porque no hayan visto nunca la enfermedad". Los que están en contra de la vacuna aseguran que una vez se supera la infección puede ser superior a la que facilita la vacuna. Lo que quizá no tengan en cuenta es que está demostrado, en en el caso del sarampión, que uno de cada 100 pacientes tiene que ser ingresado, 1 de cada mil sufre encefalitis y 1 de cada 3.000 puede morir. Pese a conocer estos datos "hay padres que continúan sin vacunar a los niños pero ya tienen una visión más general de todo lo que puede suceder". 

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