A los 85 años

Muere Landelino Lavilla, ex ministro de Suárez y presidente del Congreso el 23-F

Landelino Lavilla, partidario de "adaptaciones" en la Constitución pero no de un proceso constituyente
Landelino Lavilla, partidario de "adaptaciones" en la Constitución pero no de un proceso constituyente
EUROPA PRESS

Landelino Lavilla, ministro de Justicia con el centrista Adolfo Suárez y presidente de Congreso de los Diputados cuando se produjo el golpe de Estado del 23-F, ha muerto a los 85 años. Fuentes cercanas al Consejo de Estado han informado al diario 'ABC' de que ha fallecido víctima de una enfermedad que arrastraba desde hacía tiempo.

El político nació el 6 de agosto de 1934 en Lérida y se licenció en Derecho en la Universidad Central de Madrid. Estaba casado con Juana Rubira García Valdecasas y tenía cuatro hijos: Landelino, Juan José, Carlos y Esperanza. Comenzó su carrera como abogado del Tribunal de Cuentas, llegó a ser una de las principales figuras de la transición democrática española y también tuvo un papel destacado en la preparación de la abdicación del rey Juan Carlos a petición de éste, según reveló en una entrevista radiofónica.

Al frente del Ministerio de Justicia promovió una intensa labor de reforma legislativa, tanto en derecho público como privado. Tras la dimisión de Suárez, fue elegido presidente de la Unión de Centro Democrático (UCD) en 1982, encabezando la lista electoral de la coalición en las elecciones generales de octubre del año que ganó el PSOE por una amplísima mayoría absoluta. Tras el fracaso electoral y la disolución de UCD, Lavilla renunció a su acta de diputado y pasó a formar parte del Consejo de Estado. En esta institución, inició sus funciones en la sección octava dedicada a la Industria, Agricultura, Pesca y Alimentación.

Posteriormente presidió la sección segunda, encargada de los informes sobre Asuntos Exteriores y Justicia y, cuando fue sustituido en enero de 1996 por Francisco Tomás y Valiente, fue nombrado presidente de la sección primera. Izquierda Unida le propuso como candidato al Tribunal Constitucional en junio de 1992, pero Lavilla estableció como requisito imprescindible el consenso de todos los Grupos Parlamentarios y, al no producirse éste, renunció a su candidatura.

También en octubre de 1994 el Gobierno socialista y el resto de las fuerzas políticas de la oposición alcanzaron un acuerdo para designarle como Defensor del Pueblo. Sin embargo, el expresidente del Congreso declinó la propuesta al estimar que había terminado su ciclo 'dedicado a la vida política'. Ingresó en la Academia de Jurisprudencia y Legislación en junio de 1997 y dos años más tarde tomó posesión como académico de número de esta institución, de la que llegó a ocupar la presidencia el 22 de diciembre de 2003, en sustitución de Manuel Alvadalejo.

Por su trayectoria profesional fue galardonado con las Grandes Cruces del Mérito Civil, de la Real Orden de Carlos III y de San Raimundo de Peñafort. Entre otros premios fue distinguido, junto al resto de presidentes del Congreso, con el de la Defensa de los Valores Constitucionales, otorgado por la Fundación Humanismo en 1998, el IX Premio Pelayo para Juristas de Reconocido Prestigio en 2003 y el premio a la independencia judicial otorgado por la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria (AJFV) el año 2009.

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