Cesa el pulso a la montaña: las máquinas del rescate de Julen abandonan Totalán

  • El Cerro de la Corona montaña ha mostrado su peor cara en todas y cada una las fases de este rescate contra el reloj.
Pozo Totalán
Pozo Totalán
Europa Press

El pulso que el Cerro de la Corona ha mantenido durante los últimos trece días ha cesado. El ruido de la maquinaría pesada, el ajetreo del personal que ha integrado un dispositivo de rescate sin precedentes en España, el ir y venir de vecinos y prensa ha dado paso este sábado al silencio más absoluto. La mayor parte de la maquinaria utilizada para el rescate de Julen, el pequeño de 2 años cuyo cuerpo ha sido hallado la pasada madrugada en el pozo al que cayó el pasado 13 de enero en Totalán,abandona Totalán.

La tranquilidad regresa al municipio malagueño, un pequeño pueblo de la comarca de la Axarquía convertido en las casi últimas dos semanas en epicentro del esfuerzo colectivo y marcado ya por la tragedia.

Allí,  la montaña ha mostrado su peor cara en todas y cada una las fases de este rescate contra el reloj, rebelándose con una dureza extrema que ha sorprendido incluso a los experimentados mineros de salvamento llegados desde la otra punta del país para localizar al pequeño de dos años.

La entrañas del Cerro de la Corona, como se conoce al abrupto paraje en el que se encuentra el pozo donde cayó Julen, se han resistido a cada paso de la operación y han complicado las distintas alternativas de búsqueda, lo que ha puesto a prueba la paciencia, aunque no el ánimo, de todo el personal del dispositivo.

El tapón de tierra dura encontrado a 71 metros de profundidad, cota en la que finalmente se ha localizado al pequeño Julen, los desprendimientos que obligaron a descartar un primer túnel horizontal y las dificultades para construir otro vertical, entubarlo y desde este picar la galería para enlazar con el pozo donde estaba el niño han sido la muestra tangible del pulso que la montaña ha mantenido desde el primer momento.

La suprema dureza de la tierra, con presencia de cuarcita, ha sido tal que para doblegarla no ha sido suficiente con la maquinaria pesada, los martillos neumáticos, hachos y palas de los mineros, sino que también ha obligado al uso de explosivos mediante microvoladuras para resquebrajar la roca en la fase final del rescate.

Durante estas interminables jornadas de ingeniería contra el tiempo, la montaña ha mostrado su rostro más feroz frente a la delicadeza con la que los profesionales del rescate han desempeñado su labor al trabajar en todo momento con la esperanza intacta de que Julen les esperaba con vida.

Pero ese pulso implacable que ha mantenido el Cerro de la Corona ha servido de motor de la ola de solidaridad encabezada por los vecinos de Totalán, que han abierto sus casas para ofrecer abrigo a la familia de Julen, a los equipos de rescate e incluso a la prensa. A esta solidaridad se han sumado hasta 37 empresas e instituciones privadas, además de todas las administraciones públicas.

Tras unos días en los que la actividad en el pueblo ha sido frenética, fue el hallazgo del cuerpo del niño a las 1.25 horas de esta madrugada el que marcó el final de esta agónica búsqueda y sumió en el más "absoluto, respetuoso y resignado silencio", como lo ha definido esta misma mañana el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, a todo el operativo.

La esperanza de que Julen siguiera con vida ha servido de aliento para que familiares, rescatistas y lugareños intentaran mantener el ánimo entero. Ahora, pese a la tristeza de saber que la montaña les ha mantenido un pulso férreo día y noche, al menos tienen la tranquilidad de haber logrado el objetivo de reunir al pequeño con sus padres y que estos puedan darle el último adiós.

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