Muerte pescador condiciona asistencia Hernández a investidura Sánchez Cerén

  • La muerte de un pescador hondureño en el Golfo de Fonseca ha alterado las relaciones entre Tegucigalpa y San Salvador hasta el punto de que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, podría no asistir a la investidura del nuevo gobernante salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, el 1 de junio.

Germán Reyes

Tegucigalpa, 24 may.- La muerte de un pescador hondureño en el Golfo de Fonseca ha alterado las relaciones entre Tegucigalpa y San Salvador hasta el punto de que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, podría no asistir a la investidura del nuevo gobernante salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, el 1 de junio.

Hernández supedita su asistencia a la toma de posesión de Sánchez Cerén a que El Salvador aclare la muerte de un pescador hondureño en un incidente en el que otro resultó herido que se registró el pasado 16 de mayo en aguas hondureñas, según las autoridades de Tegucigalpa.

Los dos pescadores faenaban a dos millas del municipio de Amapala, jurisdicción de Isla del Tigre, departamento de Valle, en el Golfo de Fonseca, en el Pacífico, cuando fueron embestidos por una patrullera de El Salvador, asegura el Gobierno de Honduras.

Las autoridades de Honduras han denunciado el hecho a la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA).

En el incidente falleció el pescador Luis Antonio Requeno, de 18 años, mientras que su compañero Juan Carlos Elvir, de 25, resultó herido.

Honduras ha pedido en principio al Gobierno de El Salvador una "investigación binacional", además de una solicitud en ese mismo sentido a la ONU y la OEA.

El Gobierno hondureño también le está pidiendo por enésima vez a El Salvador que termine de cumplir con la demarcación de la frontera entre los dos países, definida por un fallo de la Corte Internacional de Justicia del 11 de septiembre de 1992.

Las autoridades de El Salvador han respondido que la patrullera de ese país no embistió a los pescadores hondureños, originarios de Amapala, de quienes además informaron que faenaban en una lancha en aguas salvadoreñas, aunque reconocieron que sí hubo una persecución.

El incidente ha conmocionado a muchos sectores hondureños, principalmente a los pobladores de Amapala, cuyas autoridades locales le han pedido al Gobierno de Hernández mayor presencia y vigilancia de la Fuerza Naval en el Golfo de Fonseca para defender a los pescadores locales.

Con alguna frecuencia las autoridades hondureñas denuncian la persecución, captura e incautación de embarcaciones y productos del mar por parte de patrulleras de El Salvador y Nicaragua en el golfo de Fonseca, una región del Pacífico que comparten los tres países centroamericanos.

Hasta el pasado jueves, todo indicaba que se mantenía firme el compromiso del presidente hondureño de asistir a la investidura de Sánchez Cerén, pero el viernes Hernández lo supeditó al esclarecimiento del incidente con la patrullera naval salvadoreña en el que murió el pescador Luis Antonio Requeno.

"No puedo hacerme presente a la toma de posesión del presidente de El Salvador si antes no tengo un conocimiento claro y certero de que quien haya cometido ese delito, esté a la orden de los tribunales", dijo Hernández a periodistas.

El gobernante aclaró que tiene "una buena relación" con Sánchez Cerén y descartó que sea un "desaíre" el que finalmente no asista a su investidura el próximo 1 de junio.

La amistad entre Hernández y Sánchez Cerén contrasta con la distancia que el presidente hondureño ha guardado con su homólogo salvadoreño saliente, Mauricio Funes, quien en el último año ha venido reclamando como territorio de ese país el islote Conejo, de menos de un kilómetro cuadrado, en el Golfo de Fonseca.

Honduras defiende ese islote como suyo y alega que nunca estuvo en disputa durante el centenario contencioso limítrofe y migratorio con El Salvador, que fue resuelto con la sentencia de la Corte Internacional de Justicia en septiembre de 1992.

Como ejercicio de soberanía en el islote, Hernández inauguró pocos días después de haber asumido el poder el 27 de enero pasado, un helipuerto y un pequeño embarcadero, a lo que Funes respondió que era una provocación y exigió desocupar de inmediato el pequeño territorio.

Hernández argumenta que su "conciencia" no le permitiría "estar cómodo" en la ceremonia de investidura de Sánchez Cerén, si el incidente no ha sido esclarecido de aquí al 1 de junio.

"Estoy seguro que no es la intención de los gobernantes de El Salvador y quiero seguir creyendo eso, porque al final somos pueblos que siempre vamos a estar a la par uno del otro. Somos hermanos, pero este tipo de cosas no pueden continuar", enfatizó.

Hernández pide que se procese judicialmente "a quien sea el responsable (del incidente) para hacer justicia, y que quede cómo un antecedente de que no podemos seguir viéndonos como enemigos".

Honduras también aboga por una zona trinacional de desarrollo con sus vecinos de El Salvador y Nicaragua en el Golfo de Fonseca para mejorar las condiciones de miles de pescadores que viven la zona costera bajo el denominador común de la pobreza y un Pacífico en el que la explotación pesquera cada año es menor.

El Golfo de Fonseca también sufre los efectos de una alta comunicación por los desechos industriales y de otro tipo que descargan ríos de los tres países que desembocan en el Pacífico.

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