Mujica concluye su visita a Washington con un llamamiento a la acción global

  • El presidente de Uruguay, José Mujica, concluyó hoy su visita a la capital de Estados Unidos con un llamamiento a la acción global para atajar los retos mundiales e insistió en que "el problema de la humanidad es integrar el planeta entero".

Raquel Godos

Washington, 15 may.- El presidente de Uruguay, José Mujica, concluyó hoy su visita a la capital de Estados Unidos con un llamamiento a la acción global para atajar los retos mundiales e insistió en que "el problema de la humanidad es integrar el planeta entero".

El mandatario uruguayo cerró así cuatro días de reuniones de alto nivel en Washington con un discurso ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que lo recibió en una sesión protocolar convocada en su honor.

Mujica, también conocido como "Pepe", insistió ante los representantes hemisféricos en la necesidad de que los Gobiernos sean capaces de crear "una agenda internacional" que aborde esos problemas que sufre el planeta y que hoy en día "no tienen cabida en ninguna parte".

"La acumulación de capital, la multiplicación de la riqueza es de tal magnitud que el hombre tiene fuerza objetivamente como especie para cambiar la suerte del hombre a favor de la vida, pero para eso necesita enamorarse de la vida y entender que por encima de lo concreto nacional está la vida en el planeta", subrayó.

"Algunos de esos problemas no son superables por las potencias más fuertes, solas. (...) Los gobiernos siguen siendo nacionales y están preocupados por perpetuarse, y por el déficit fiscal. Porque el Senado votó tal reforma o por quién va a ganar las próximas elecciones", agregó.

Tras ser aplaudido durante su presentación por sus políticas progresistas y su lucha contra la desigualdad, el presidente uruguayo rehusó acaparar los méritos de su gestión, e insistió en que Uruguay "siempre fue el país de América Latina que mejor repartió".

Sin embargo, el presidente reiteró que Uruguay tampoco pretende "detener la inversión por una apología paralizante" de querer repartir lo que no se tiene.

"Este es el arte de la política, el procurar que la economía crezca y al mismo tiempo reparta", agregó.

De vuelta a su argumento de la globalización inevitable, afirmó que "ya no hay pobres de América Latina, sino pobres de América", y que dicha pobreza "no se ataja con alambradas o con leyes" sino "promoviendo el desarrollo" para que esas personas no tengan que convertirse en emigrantes.

"Yo no voy a vivir el tiempo que precipitadamente se nos viene encima, pero ese tiempo no es más de lo mismo. Estamos en un cambio de época", advirtió el mandatario en su discurso, en el que en ningún momento habló de la legalización de la marihuana, como se esperaba.

El presidente uruguayo insistió en que los gobiernos mundiales deben asumir los retos actuales desde una nueva perspectiva que contemple una actuación conjunta de los países, ante la ineludible presencia de "una civilización que cubre el planeta entero".

"No somos capaces de crear una agenda de problemas mundiales y honradamente considerarlos", reiteró, razón por la cual dijo no compartir que exista una "crisis ecológica" en el mundo, sino una "brutal crisis política".

"Dicen que fui guerrillero, dicen. Sigo siendo guerrillero. Sé que digo algunas cosas que son pica en Flandes y que no me van a dar mucho reconocimiento, pero tal vez es una de las razones, queridos compatriotas de la patria grande, por las cuales estoy acá", confesó.

Mujica comenzó su visita a Washington el pasado lunes con una reunión con su homólogo estadounidense, Barack Obama, con quien abordó las negociaciones que están llevando a cabo ambos países sobre la transferencia de presos de Guantánamo o el intercambio en materia educativa y tecnológica.

El líder uruguayo, de 78 años, también se reunió con el secretario de Estado, John Kerry, así como con líderes empresariales y de instituciones internacionales en la Cámara de Comercio, el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El presidente "más pobre del mundo", como lo han denominado, no ha hecho otra cosa que cosechar halagos durante su visita a la capital estadounidense, donde ha sido reconocido en incontables ocasiones por la valentía de su gobierno para abordar asuntos como la legalización de la marihuana, que aún son casi un tabú en el resto del mundo.

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