Musharraf se convierte en el primer exjefe del Ejército arrestado en Pakistán

  • La Policía de Islamabad arrestó hoy al expresidente golpista Pervez Musharraf, que gobernó Pakistán entre 1999 y 2008, y le impuso arresto domiciliario, una medida nunca antes aplicada a un exjefe del Ejército del país asiático.

Pau Miranda

Islamabad, 19 abr.- La Policía de Islamabad arrestó hoy al expresidente golpista Pervez Musharraf, que gobernó Pakistán entre 1999 y 2008, y le impuso arresto domiciliario, una medida nunca antes aplicada a un exjefe del Ejército del país asiático.

Hay versiones contradictorias sobre si Musharraf se entregó, como defienden sus abogados, o si las fuerzas de seguridad fueron las que lo llevaron ya detenido a un juzgado de la capital paquistaní, tal y como afirmaron diversos canales locales esta mañana.

En cualquier caso, el exmilitar permanecerá al menos dos días arrestado por orden judicial, aunque se desconoce cómo proseguirá el caso ya que Musharraf se enfrenta a diversas causas y hay varios tribunales implicados al mismo tiempo.

La orden de arresto partió ayer del Tribunal Superior de Islamabad, que juzga a Musharraf en relación a la detención de 60 jueces bajo su mandato en noviembre de 2007.

Según el rotativo Dawn, el tribunal de la capital añadió ayer a última hora cargos relacionados con terrorismo contra el exgeneral, por lo que se le ha ordenado comparecer el próximo domingo ante un juzgado antiterrorista en la vecina localidad de Rawalpindi.

De acuerdo con ese relato, la Policía alegó que no se podía garantizar la seguridad del exmandatario en una prisión, por lo que el magistrado accedió a decretar el arresto domiciliario hasta que Musharraf comparezca dentro dos días.

Sin embargo, a media tarde el detenido fue llevado a dependencias policiales de la capital porque, según medios locales, las fuerzas de seguridad temían por su integridad, incluso estando protegido en su domicilio, debido a las amenazas de la insurgencia talibán.

Musharraf fue transferido a un hostal para invitados en el cuartel general de la Policía de Islamabad pero las autoridades no aclararon si el exmilitar permanecerá ahí hasta el domingo.

La sucesión de causas abiertas, órdenes judiciales y recursos presentados han complicado en extremo la situación legal del exjefe del Ejército, que sigue esperando amparo del Tribunal Supremo para que se suspenda la orden de arresto dictada contra él.

"Vine a Pakistán por mi propia decisión y afrontaré este problema porque respeto a la Justicia", dijo Musharraf al canal Geo poco después de ser detenido.

A pesar de esa declaración, el exgeneral rehusó ayer aceptar la orden de arresto y huyó de la sede judicial para refugiarse en su mansión "a tomar café y fumar buenos cigarros", según declaró desafiante su abogado Ahmad Raza Kasuri.

Ayer, otro de sus colaboradores Razá Bokhari, calificó en un comunicado la orden de arresto como "abocada al fracaso" y fruto de un "activismo judicial injustificado motivado por 'vendetas' personales".

El texto, difundido mediante Facebook, también lanzó una amenaza velada sobre las consecuencias si el Supremo no atiende las demandas del exgeneral golpista: "Puede haber una innecesaria tensión entre los pilares del Estado y quizás una desestabilización del país".

El propio Musharraf afirmó hoy en ese mismo portal que la decisión del Tribunal Superior de Islamabad es "injustificada" y que las acusaciones por las que se ordenó su detención "no pueden estar más alejadas de la verdad" y que tienen "una motivación política".

"Combatiré (las acusaciones) en los tribunales, donde al final triunfará la verdad", dijo el exgeneral en su perfil.

Musharraf ha hecho también público por internet una declaración en vídeo en la que se pregunta con gesto amargo por qué se le impide participar de nuevo en la política del país y hace un repaso de los avances que, según él, trajo su mandato.

Además de los sucesivos reveses judiciales que han culminado en su arresto, Musharraf vio esta semana cómo las autoridades electorales lo han descalificado para participar en los comicios del próximo mayo precisamente por sus problemas con la justicia.

Es la primera vez que los tribunales paquistaníes se atreven a ordenar el arresto de un exjefe del poderoso estamento militar del país asiático, cuya actual cúpula guarda un escrupuloso silencio sobre la situación de Musharraf.

Diversos analistas coinciden en que la jefatura del Ejército solicitó al exgeneral que no regresara para evitar tener que afrontar los juicios que tenía pendientes por el descrédito que eso podía tener para la institución armada.

Sin embargo, se desconoce cuál puede ser la reacción de la jefatura de las Fuerzas Armadas ante el inédito desarrollo del juicio contra el militar que dio un golpe de Estado en 1999 contra el entonces primer ministro, Nawaz Sharif.

El conservador Sharif aparece ahora como el mejor situado para ganar las elecciones del próximo 11 de mayo y se podría dar la paradoja de que acceda de nuevo a la jefatura de Gobierno con Musharraf sentado en el banquillo de los acusados.

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