Niinistö, un conservador finés que aspira a una victoria electoral histórica

Juanjo Galán

Helsinki, 3 feb.- El candidato conservador Sauli Niinistö aspira a lograr un triunfo histórico en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales finlandesas, el próximo domingo, que supondría el retorno del partido Kokoomus a la Jefatura del Estado del país nórdico tras un largo intervalo de casi seis décadas.

Niinistö, conservador moderado y europeísta convencido, es el gran favorito para alcanzar la Presidencia de Finlandia después de su aplastante victoria en la primera vuelta, en la que casi duplicó los votos del otro candidato finalista, el diputado verde Pekka Haavisto.

El triunfo de Niinistö culminaría un giro a la derecha sin precedentes en la política finlandesa, iniciado con la victoria del líder de su partido, Jyrki Katainen, en los comicios generales de 2011, y otorgaría a los conservadores las Jefaturas del Gobierno y del Estado por primera vez en la historia.

Nacido el 24 de agosto de 1948 en Salo, una pequeña ciudad situada a 113 kilómetros de Helsinki, Niinistö se graduó en Derecho en 1974 por la universidad de Turku y estableció su propio bufete en su localidad natal.

Su carrera política empezó en 1977 como concejal en el ayuntamiento de Salo, donde trabajó hasta 1992.

Fue elegido diputado por primera vez en 1987 y desde entonces ocupó diversos cargos parlamentarios, entre ellos la presidencia de la comisión de Leyes Constitucionales y de la comisión parlamentaria del Banco de Finlandia.

En 1994 fue nombrado líder del partido conservador Kokoomus y un año más tarde entró a formar parte del Gobierno de coalición presidido por el socialdemócrata Paavo Lipponen, primero como ministro de Justicia y luego como titular de Economía.

Fueron años difíciles para la economía finlandesa, lastrada aún por la desaparición de la Unión Soviética, hasta entonces su principal socio comercial.

Niinistö se vio obligado a recortar las prestaciones sociales a fin de sanear las cuentas públicas y reducir el déficit, mientras el país se giraba definitivamente hacia la Unión Europea en busca de nuevas oportunidades.

Europeísta convencido, al igual que Lipponen, fue uno de los artífices de que Finlandia renunciara a su moneda, el marco finlandés, para adoptar el euro, desmarcándose del resto de los países nórdicos.

Niinistö anunció su retirada gradual de la política en 2001, año en el que abandonó la presidencia del partido conservador, aunque siguió ejerciendo como ministro de Economía hasta el final de la legislatura, en 2003.

Ese año se mudó a Luxemburgo para ocupar la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), cargo que desempeñó hasta enero de 2007.

En 2006 regresó a la política nacional y se presentó a las elecciones presidenciales, en las que, contra todo pronóstico, estuvo a punto de derrotar a Tarja Halonen, quien finalmente logró ser reelegida por apenas tres puntos de diferencia.

Un año más tarde recuperó su acta de diputado y fue nombrado presidente del Eduskunta (Parlamento finlandés), puesto que ejerció con mucha discreción para evitar todo desgaste político, en espera de su segunda oportunidad de alcanzar la Presidencia.

Si bien su carrera profesional está jalonada de éxitos, su vida privada, en cambio, está marcada por la tragedia. Su esposa, con la que llevaba 21 años casado, murió en 1995 en un accidente de tráfico que conmocionó al país nórdico.

La segunda experiencia traumática la sufrió en 2004, estando de vacaciones en Tailandia junto a sus dos hijos, cuando logró sobrevivir al tsunami que asoló el sudeste asiático aferrándose durante horas a un poste telefónico.

Amante del deporte, en especial del patinaje, es también presidente de la Federación Finlandesa de Fútbol desde 2009.