La memoria del Holocausto, poco presente

Óscar, 15 años: "No sé muy bien qué fue el Holocausto; Auschwitz me suena algo"

  • El 66% de los milennials no sabe muy bien qué sucedió en los campos de concentración nazis y el porcentaje parece aumentar entre los más jóvenes.
Auschwitz
Auschwitz
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Han pasado 75 años desde que, el 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas liberaran el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau. Por ello, el 27 de enero se ha establecido como Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, con lo que los actos en recuerdo del horror que supuso la eliminación de 6 millones de judíos en Europa y de otras 'minorías' como gitanos, homosexuales, discapacitados... han proliferado por todo el mundo en los últimos días, también en España.

Sin embargo, según pasa el tiempo de aquella matanza, 'la solución final' que decretaron los nazis, su recuerdo se va diluyendo entre lo más jóvenes, según dejan claro varias encuestas y estudios en los últimos años. Un estudio de Schoen para la Conferencia sobre Reclamaciones de Material Judío contra Alemania, con sede en Nueva York, concluye que el 66% de los milennials (jóvenes americanos de entre 18 y 34 años) no sabe qué pasó en Auschwitz. Un estudio de la CNN también señala que dos tercios de los jóvenes europeos tampoco conoce muy bien qué fue el Holocausto e incluso, según el eurobarómetro publicado hace unos meses por la Comisión Europea, el 66% de los españoles no cree que negar el Holocausto sea un problema, frente al 38% de media en la UE.

Miércoles, 29 de enero, Madrid. Dos días antes se ha conmemorado la liberación de Auscwitz. 11.15 de la mañana, los jóvenes que estudian en un instituto del barrio de Retiro están en el recreo. Kevin, Andrea y Óscar, de 14 y 15 años, comen un bocata y beben Coca Cola y una bebida energética delante de un 'chino', hablan de música, de fútbol o de la muerte de Kobe Bryant... El Holocausto o la memoria de Auschwitz no forman parte de su conversación. "No, no hablamos de eso", dicen. "No sé muy bien qué fue el Holocausto", asegura Óscar. "Auschwitz me suena más. Era una especie de cárcel a donde llevaban a los judíos hace muchos años, ¿no?".

Andrea tercia: "Era un centro de concentración donde había cámaras de gas y hornos crematorios, era algo de los los nazis y Hitler, mataban a los judíos". "¡Ah, sí!", reconoce entonces, Óscar, "algo he visto en la tele estos días. ¿No fue el sitio donde estuvieron el otro día los reyes y pusieron una corona de flores?" Kevin, por su parte, se encoge de  hombros cuando se le pregunta si sabe cuántos judíos fueron asesinados en la Segunda Guerra Mundial. "¿Miles?", pregunta. Y una mueca de asombro asoma en su rostro cuando oye la fatídica cifra: 6 millones. "No sabía que hubieran sido tantos..."

"¿Sabéis quién es Greta Thumberg?" "Sí, claro. La joven activista sueca que lucha contra el cambio climático. Ha estado hace poco en Madrid, en la cumbre del clima, y llegó a España desde Estados Unidos en un catamarán por el Océano Atlántico y luego en tren desde Lisboa, para no contaminar. Hemos hablado mucho de ello en clase en las últimas semanas. El cambio climático nos preocupa mucho porque los jóvenes tenemos que luchar por cambiar el planeta que nos habéis dejado los mayores", detalla Andrea.

"Bueno, nos vamos a clase que se acaba el recreo", se disculpan para zanjar la conversación... "Me tienes que pasar unos capítulos de Sex Education (una serie de Netflix)", se les oye decir al alejarse. "Vale, te los paso, que ya los tengo bajados, mola mucho", se escucha en el grupo antes de perderse calle abajo rumbo al instituto.

El primer convoy, el primer transporte oficial de judíos a Auschwitz, que partió el 25 de marzo de 1942, estaba formado por un grupo de chicas eslovacas a quienes engañaron creyendo que iban a trabajar. 999 mujeres judías, la mayoría apenas adolescentes, destinadas a construir con sus propias manos el campo de exterminio de Birkenau, junto a Auschwitz. Sus progenitores no sospecharon que el gobierno eslovaco acababa de vender a sus hijas a los nazis para que trabajaran como esclavas. No sabían que el destino de aquellas niñas era el horror de Auschwitz. Hoy, muchos adolescentes españoles no tienen muy claro qué fue el holocausto ni qué sucedió tras las alambradas y muros de aquellos campos de exterminio.

A. (13 años) y N. (16 años), sin embargo, entran dentro de ese tercio de jóvenes, según las encuestas, que sí conocen lo que supuso el holocausto. "Esta semana no hemos hablado de ésto en clase, pero el año pasado, con nuestra tutora sí que hablamos en clase varias veces y vimos documentales", confiesa A., que cursa primero de la ESO en un centro concertado del barrio madrileño de La Guindalera. Su hermana N., en primero de bachillerato en el mismo centro, explica que "esta semana, nuestra profesora de Historia nos ha dicho en clase que estemos atentos a los medios de comunicación porque iba a haber mucha información sobre el Holocausto y Auschwitz. Yo, además, estuve hace dos años en la exposición que hubo en Madrid sobre este campo de concentración", y a la que acudieron medio millón de personas. "En este trimestre nos toca la II Guerra Mundial, o sea que estudiaremos el tema", explica. "Tenemos que conocer los horrores de la historia para no volver a repetirlos", dice. Por cierto, A. y N. también ven series de Netflix y conocen, "perfectamente", quién es Greta Thumberg. 

Jessyca San Román es la responsable de Educación, Holocausto y Antisemitismo del Centro Sefarad-Israel. Un organismo público y español, con sede en Madrid, cuyo fin es difundir el legado histórico sefardí y la realidad política, económica, social y cultural de las comunidades judías en el mundo, así como de Israel y de España. "Es cierto que lo más jóvenes están perdiendo la memoria de lo que fue el holocausto y el exterminio de judíos, gitanos, homosexuales, discapacitados. Han pasado muchos años y en cierta manera, es lógico que se pierdan en el tiempo, pero tenemos que hacer que se recupere la memoria sobre aquellos hechos y tenemos poco tiempo para ello porque las personas que sobrevivieron al horror tienen ya más de ochenta, noventa años y cada vez quedan menos testimonios de lo que sucedió en Europa con el nazismo, la II Guerra Mundial, Hitler. Bien es verdad que muchos jóvenes les hablas de holocausto o de Hitler e igual le suena menos y no relacionan la palabra, pero Auschwitz y lo que allí sucedió, en concreto, sí que es más conocido".

Jessica pone en valor que la LOMCE incluyera en los curriculums de educación en España "la enseñanza del holocausto" y, además, ensalza "la labor de los docentes españoles por enseñar y dar a conocer lo que sucedió. Me consta y lo vivo el especial interés de la escuela española en difundir y enseñar  a los jóvenes el horror del Holocausto". Por ejemplo, y va ya por la decimosegunda edición, un grupo de profesores españoles estuvo este verano, de la mano del centro Sefarad-Israel, se formó este verano en Israel sobre "cómo transmitir los valores y aprendizajes que dejaron el horror y la tragedia causados por el nazismo". Para Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israel, estos cursos de formación no solo aportan para el trabajo de la memoria del Holocausto en las aulas de muchos colegios españoles sino "en el mensaje de la tolerancia, del diálogo, de la interculturalidad y de la aceptación del otro".

Estos días, en la sede del centro en la calle mayor de Madrid se proyecta la muestra cine 'Holocausto. Una visión desde la literatura, el arte y el cine' o una exposición fotográfica sobre Auswichtz, con fotografías de Juan Pedro Revuelta, además de presentaciones de libros y testimonios sobre el holocausto. El centro, también, organiza seminarios, conferencias, debates, talleres, exposiciones, conciertos, homenajes a las víctimas, viajes y formación para docentes tanto en España como en el extranjero.

Además de charlas divulgativas en colegios, institutos y universidades de toda España. "Y vemos que los jóvenes españoles están muy interesados en conocer la historia. Cuando les hablas de ello suscitas su interés y su reflexión", cuenta Jessyca San Román. "El otro día me decía un joven que oír el testimonio de un superviviente de un campo de concentración en su instituto de Guadalajara era la mejor lección didáctica y humana que había recibido y que recibiría en toda su etapa educativa". 

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