Banco de España prepara su batallón de expertos en nuevas tecnologías de pago

  • La nueva oferta laboral del regulador busca perfiles con amplios conocimientos en "mercados de pago" tanto nacionales como internacionales.
Banco de España
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El Banco de España está inmerso en la incorporación de un nuevo grupo de trabajo enfocado a las nuevas tecnologías que se desarrollan en el sector bancario. En especial, el regulador español busca economistas con amplios conocimientos en "mercados de pago y financieros". Éstos deben comprender y analizar los nuevos modelos de negocio que llegan al sector, con el desarrollo de las nuevas directivas y normativas europeas.

El entorno financiero, más en especial el relacionado con el sector bancario, cambia a ritmos vertiginosos en los últimos años. Las próximas grandes novedades disruptivas en el sector es la aplicación obligatoria de la nueva Directiva de Servicios de Pago 2 (DSP2) que regula principalmente la reciento creada figura del agregado de información de cuentas. También, el Reglamento Europeo de Protección de Datos (GDPR), que estructura un régimen legal para la portabilidad de datos de los clientes. Ambas, abren nuevas reglas de juego en dicho segmento a las que no solo las entidades deben ajustarse, sino también los organismos reguladores.

La nueva oferta de empleo de Banco de España busca adaptarse a dichas reglas, con la incorporación de perfiles más técnicos y enfocados al funcionamiento de estos nuevos modelos de negocio. De hecho, la última convocatoria oficial del regulador bancario español, que aglutina más de una decena de puestos, tiene como requisitos que los nuevos profesionales puedan comprender y trabajar en los nuevos modelos de pago. Desde el propio banco reconocen que se está trabajando en la incorporación de nuevos perfiles, y además señalan que va más allá de especialistas en modelos de pagos o de protección de datos. "Incorporamos continuamente nuevos talentos enfocados a la tecnología", explican desde el propio banco.

En el propio folleto que proporciona el supervisor, el segundo requerimiento más importante es el de profundos conocimientos en "mercados de pago", que incluye: "seguimiento, análisis y elaboración de informes sobre mercados e instrumentos de pago y/o financieros". También, conocimientos y seguimiento de "los mercados e instrumentos de pago nacionales o internacionales". Por último, también se pide "análisis y seguimiento de los cambios que se están produciendo en la prestación de servicios financieros, tanto de los derivados de nuevas tecnologías como las vinculadas a la aparición de nuevos agentes relacionados con nuevos instrumentos de financiación o pagos".

La nueva oferta laboral que ofrece el Banco de España señala que será el organismo el que asumirá la competencia en este nueva Directiva, sustituyendo al Ministerio de Economía. La PSD2 busca superar la anterior directiva existente en la UE sobre pagos, que ya tenía casi 10 años (se aprobó en 2007) y que no es capaz de recoger los profundos cambios que se están produciendo en el sector.

Una directiva que cambiará la banca

Pese a que la directiva se aprobó en 2015, entró en vigor en 2016 y se dieron dos años para implantarla, en España todavía está muy verde. Por eso, desde el propio sector disruptivo se quejan de que existen numerosas trabas burocráticas que impiden su despegue. Aunque se advierte, que este más o menos desarrollada en menos de 12 meses su aplicación será obligatoria.

La DPS2 abre un nuevo campo de posibilidades en el mundo financiero como no se ha conocido antes. Al obligar a todos los agentes, en especial bancos, a compartir los datos que poseen de sus clientes abre la puerta al denominado 'Open Banking'. De hecho, países más desarrollado como Reino Unido o Alemania llevan trabajando con este sistema muchos años. Mientras que en Estados Unidos, su puesta en funcionamiento ha posibilitado que modelos de negocio como Visa o Mastercard hayan despuntado en las décadas anteriores.

Los beneficios que aporta dicho modelo son una mejor experiencia para el cliente, nuevas fuentes de ingresos y mejora en los modelos de negocio de aquellos eslabones de la cadena de valor con menor margen. Obviamente, al posibilitar una mayor interconectividad y dotar de mayor porción de los ingresos a actores hasta ahora secundarios, son los más grandes lo que sufrirán más. Ese es uno de los puntos cruciales de la directiva, y también una de las razones por las que en España no se ha desarrollado con fuerza, ya que la gran banca todavía es reticente a abrir sus interfaces para compartir sus datos.

La lenta adaptación de la gran banca tiene además otro elemento esencial en todo el entorno DPS2: la competencia será mucho más fuerte. Con la nueva Directiva, grandes bancos digitales podrán competir en toda Europa con las entidades españolas sin presencia física, un ahorro de costes enorme. Además, abre la puerta al gran coco para dichas entidades, los GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon), que por si fuera poco ya tienen licencias bancarias tanto en Irlanda, que les permite operar en toda la UE, como en España.

La nuevas fintech prefieren Irlanda

El problema de que España no haya profundizado en incorporar la directiva en materia de leyes, es que retrasa todos los demás pasos burocráticos. Además, por la situación política actual, desde el sector se temen que la trasposición se retrasará por lo menos al primer trimestre de 2019. Todo ello, repercute en el número de empresas tecnológicas de este tipo que buscan a España como centro de operaciones, que cada vez son menos y prefieren otros países como Irlanda.

El hecho de que en España regulación y reguladores todavía estén en pañales en estas nuevas tecnologías es que el tiempo se dilata para poner en marcha un negocio. "La pregunta no es tanto si se han ido muchas nuevas empresas tecnológicas a Irlanda, sino quien las abre directamente en España", explican de Unnax, un agregador de pagos puntero en el sector. Una licencia para cualquier startup con un modelo de agregador de pagos se consigue en Irlanda entre 60 y 90 días, por el contrario en España como mínimo se puede retrasar al menos un año, aunque existen casos que se han dilatado más de dos. “La mayoría de las compañías, incluso aquellas con creadores y capital español prefieren irse a Irlanda por las trabas burocráticas”, explican desde el sector.

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