Nucleares. La asociación internacional de reguladores analiza en estocolmo el accidente de fukushima


Una delegación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), encabezada por su presidenta, Carmen Martínez Ten, ha asistido en Estocolmo (Suecia) a la 28 reunión de la Asociación Internacional de Reguladores Nucleares (INRA).
El encuentro, de dos días de duración, ha permitido profundizar en el intercambio de información sobre las actuaciones reguladoras llevadas a cabo en los distintos países tras el accidente de Fukushima (Japón). Este martes se celebró la ronda de informes nacionales, destinada a actualizar la información disponible en cada país desde la última reunión (celebrada en Londres en septiembre de 2010 bajo presidencia del Reino Unido).
Durante su intervención, la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear compartió con sus homólogos detalles sobre las acciones del grupo creado "ad hoc" en España para seguir la evolución de las plantas afectadas en Japón y subrayó los esfuerzos realizados en el ámbito informativo.
Martínez Ten detalló, además, las medidas preventivas adoptadas por las autoridades españolas tras el accidente, como, por ejemplo, la repatriación voluntaria de ciudadanos residentes en Japón, la vigilancia radiológica especial llevada a cabo en territorio nacional y el control de productos procedentes del país asiático.
En la jornada del miércoles, los representantes de los organismos reguladores de los nueve países revisaron los protocolos de información y de coordinación en caso de accidentes nucleares, así como los mecanismos de asistencia internacional para este tipo de situaciones.
Además, los presidentes de los organismos reguladores miembros de INRA abordaron los cambios en las políticas reguladoras realizados a raíz del suceso de Fukushima.
En este sentido, los miembros de INRA acordaron enviar una carta al director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, solicitándole que haga uso del Grupo de Reguladores Senior (en el contexto de la Conferencia General de septiembre) para ampliar el debate sobre las consecuencias derivadas de Fukushima. De manera más específica, la carta propone presentar ante este grupo las lecciones aprendidas tras el accidente en Japón, poniendo especial énfasis en la respuesta dada por el OIEA, con el objetivo de barajar posibles mejoras en el sistema de distribución de información y gestión de emergencias.

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