'Lovers boys', la primera forma de captar mujeres rumanas para traer a España

Reclutan víctimas cada vez más jóvenes, algunas de las cuales tienen 14 años. Han modificado las rutas para traerlas a España y ya no las instalan principalmente en clubes de alterne de nuestro país, sino que las explotan en pisos y domicilios privados. Las mafias dedicadas a la trata de mujeres que operan entre Rumanía y España han cambiado sus hábitos en los últimos tiempos, y con el malestar social generado actualmente en el primer país, han comenzado a traer más y más chicas a nuestro territorio.

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Una de cada tres mujeres explotadas sexualmente en España ya es de nacionalidad rumana, la principal cuna de las extranjeras que son obligadas a prostituirse en nuestro país. Le siguen las italianas, y posteriormente las mujeres procedentes del África subsahariana.

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Un estudio de la Fundación Surt, dedicada a la igualdad de género, explicaba que el delito de la trata de mujeres es muy difícil de cuantificar en España. En su informe más reciente, esta ONG afirmaba que muchos de los datos quedan "ocultos" en los archivos de la Fiscalía General del Estado.

De todas formas, las mafias tienen un objetivo bien claro: el proceso de reclutamiento y captación de las víctimas comienza cada vez más temprano, en plena adolescencia de las extranjeras. Hoy son cada vez más jóvenes y la mayor parte de ellas tienen menos de 25 años.

Según cifras que manejan las ONGs y asociaciones sin fines de lucro, las mujeres explotadas sexualmente en España representan ya el 34% del total. El último dato oficial es el de 1.428 víctimas detectadas en 2014, que las redes consiguieron introducir en nuestro país. Hasta entonces, Rumanía encabezaba una lista de mujeres explotadas para el ejercicio de la prostitución, seguida por las mujeres chinas (13 %), de República Dominicana (10 %), Brasil (7 %), Colombia (6 %), Nigeria (4 %) y Paraguay (4 %).

Durante 2015, la Fiscalía Especial de Extranjería atendió 169 casos de mujeres rumanas explotadas sexualmente. En 2016 se registraron 24 sentencias condenatorias por trata de seres humanos a manos de las mafias de ese país del este de Europa.

Pero más allá de los datos, en los últimos dos años, el fenómeno se ha modificado hasta cierto punto, con una aparición sorpresiva de mujeres italianas. Pero Rumanía sigue siendo el punto mayoritario desde donde son traídas las extranjeras. En este contexto, los reclutadores en aquella nación reciben entre 100 y 200 euros por cada mujer que atraen hasta la red criminal dedicada a este negocio.

Ese es el primer escalón de una cadena en la que la joven puede ser vendida una y otra vez por cantidades que llegan hasta los 2.000 euros. Las técnicas para 'cazar' jóvenes se han modificado bastante. Hasta no hace mucho, las redes engañaban a las mujeres con supuestas ofertas de trabajo para trabajar aquí.Lover boys, al acecho

Llegaban a publicar hasta ofertas de supuestos empleos como camareras o personal de limpieza. Pero con la cantidad de denuncias y el fenómeno del 'boca a boca' de los propios familiares de las víctimas, esa estrategia ha desaparecido. En los últimos dos años ha irrumpido con fuerza el anzuelo de los llamados 'lover boys'. Se trata de falsos novios que prometen a sus conquistadas una vida mejor en nuestro país. Ellos se encargan de traer a las mujeres, y después les 'sueltan las manos'. Mejor dicho, les pasan el relevo a los verdaderos proxenetas.

Tanto el estudio de la Fundación Surt como uno de la propia Brigada de Extranjería de Rumanía coinciden en afirmar hoy que la mayor amenaza para las mujeres es el 'pseudoamor romántico', que en realidad se trata de un enorme imán de proxenetas.

El Centro Rumano para el Periodismo de Investigación también ha llegado a denunciar que en los clubes españoles hay un auténtico mercado de chicas que va desde los 400 a los 2.000 euros, pero la realidad indica que muchas ya son obligadas por la fuerza a prestar servicios sexuales en pisos, donde llegan a vivir entre 6 y hasta 10 personas.Viajes infernales en buses

Las mafias también han modificado las rutas para que las mujeres ingresen a nuestro país. Suelen llegar en autobuses hacinados, o en minibuses mediante los cuales recorren distancias de hasta 4.500 kilómetros. Los billetes son solventados por las propias redes: pagan entre 80 y 100 euros por viaje a sus reclutadores 'románticos'. Después, los vehículos atraviesan hasta cinco países: Rumanía, Hungría, Austria, Alemania y Francia, hasta cruzar nuestras fronteras.

También hay otra vía para el traslado de las chicas: la que cruza Hungría, Austria, Alemania y Francia, que es más corta en trayecto, pero también más peligrosa. El incremento de la llegada a España de mujeres rumanas de entre 18 y 30 años para su explotación sexual en prostíbulos se hizo firme a mediados de la década pasada, pero nada parece detener esta lacra.