Nuevas pistas del desaparecido en Casarrubios: venta de un piso y el coche

Roberto García, desaparecido en Casarrubios (Toledo) / Europa Press
Roberto García, desaparecido en Casarrubios (Toledo) / Europa Press

La investigación para descubrir el paradero de Roberto García sigue recabando pistas. Todas las miradas se centran ahora en el coche de este hombre que fue visto por última vez el pasado 17 de febrero. Su vecino de la ventana de enfrente está ya en prisión provisional comunicada y sin fianza. La familia pide la colaboración ciudadana para intentar descubrir a la persona que conducía el vehículo de Roberto la mañana del pasado lunes 18. Lo aparcó en la localidad de El Álamo "y tengo claro que no pudo ser mi hermano", dice el hermano de este jubilado de 67 años a La Información.

"Cada vez que mi hermano venía al pueblo lo primero que hacía era venir a mi casa", explica Manuel García. Esa mañana alguien de Casarrubios vio pasar el vehículo más deprisa de lo normal "y le extrañó que fuera mi hermano por la forma de conducir". Tampoco se explica la forma en la que el vehículo fue aparcado porque Manuel era un hombre muy meticuloso y nunca lo hubiera dejado ocupando dos plazas a la vez. 

Mientras la investigación sigue su curso la familia se resigna: "esto es muy desagradable.". Tienen claro que el móvil de la desaparición de su familiar es el robo con su tarjeta de crédito. Al ahora detenido se le imputa de manera provisional como presunto autor de un delito de desaparición forzada y delito continuado de estafa. Habría sacado del cajero automático en más de una ocasión cantidades de unos 300 euros, según desvela Espejo Público. Aseguró en su declaración que se la encontró en la calle y que el número de pin estaba también guardado con las tarjetas. La sobrina de Roberto resta toda credibilidad a su declaración porque "mi tío las utilizaba mucho y el pin se lo sabía seguro".

Cinco meses antes de la desaparición Roberto vendió un piso por el que recibió 30.000 euros. No era una herencia como tal. Lo que sí heredó de sus padres fue el terreno en el que tenían la casa. Allí se construyeron varios pisos y cada hermano se quedó con uno. Este vecino de Casarrubios que ya está jubilado y trabajaba en el ayuntamiento es muy querido en la zona. Los familiares tienen claro que su desaparición no la pudo organizar solo una persona: "Pesa 90 kilos y hubo más implicados". 

Este vecino de El Álamo relata que el detenido era muy conocido en su pueblo de la comunidad de Madrid porque allí vivió más de ocho años. 

"En Casarrubios le conocen menos, pero aquí muchos saben que es un hombre muy solitario, que no tiene contacto alguno con sus familiares".

Eso mismo relataba a este medio hace unos días la encargada del bar Arrope donde alguna mañana "sobre las siete" acudía con "el mono de trabajo" para tomarse "un café y alguna copa de anís" y se ponía a jugar "a las máquinas tragaperras". Casi siempre iba solo y no tenía amigos conocidos. El destino ha querido que ese bar, pero ya por la tarde, también fuera el destino del ahora desaparecido, aficionado a los toros y al fútbol. Allí se le vio por última vez junto a sus dos amigos inseparables. 

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