Obama aumenta la presión sobre el Congreso con el acuerdo fiscal al alcance

  • El presidente de EE.UU., Barack Obama, aumentó hoy la presión sobre el Congreso para que llegue a un acuerdo que evite una crisis fiscal, cuando faltaban muy pocas horas para que entre en vigor una subida general de impuestos y recortes drásticos del gasto público en Estados Unidos.

Washington, 31 dic.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, aumentó hoy la presión sobre el Congreso para que llegue a un acuerdo que evite una crisis fiscal, cuando faltaban muy pocas horas para que entre en vigor una subida general de impuestos y recortes drásticos del gasto público en Estados Unidos.

"Al parecer, el Congreso está haciendo progresos hacia un acuerdo -dijo Obama en la Casa Blanca-. Hay progreso, hay un acuerdo a la vista, pero todavía no está hecho".

Mientras tanto, el vicepresidente Joe Biden, veterano exsenador, negocia con el jefe de la minoría republicana en el Senado, Mitchell McConnell, un pacto que deje contentos a los dos partidos, aunque sea a costa de reducir su ambición.

Si no se hace nada, la subida de impuestos combinada con el recorte de gastos pueden morder hasta 3,5 puntos porcentuales al PIB de EE.UU., lo que abocaría a la primera economía mundial a una nueva recesión.

La expiración de las exenciones fiscales y los recortes automáticos del gasto fueron previstos por los propios legisladores como incentivo para que los dos partidos se pusieran de acuerdo, con tiempo, sobre un plan bipartidista de reducción del déficit público, compromiso que no han sido capaces de alcanzar hasta ahora.

Obama recordó que su preferencia hubiera sido "un acuerdo amplio", con todos sus elementos, pero criticó que los republicanos no hayan sido receptivos a ese gran objetivo.

El senador por Arizona y excandidato presidencial John McCain reaccionó negativamente a ese comentario y le recordó al presidente que, incluso si se llega hoy a un acuerdo en el Senado, nada valdrá si no obtiene el apoyo de la Cámara baja, donde los republicanos tienen la mayoría.

Obama sugirió que demócratas y republicanos se encaminan a un acuerdo menor, que evitaría al menos la subida generalizada de impuestos a partir de mañana.

"El evitar un incremento de impuestos para la clase media ha sido mi mayor prioridad", recordó a este respecto el presidente en uno de los auditorios de la Casa Blanca, rodeado por decenas de personas que la Casa Blanca describió como "de clase media".

"Vamos a resolver este problema en varios pasos. Mi propuesta requiere que los más ricos paguen impuestos más altos", añadió el mandatario.

El presidente no dio muchas pistas sobre el contenido del compromiso potencial, pero aparte de la congelación de los impuestos para la clase media, sugirió que se prorrogarían las deducciones para las familias con hijos, que también expiran ahora, y se extendería el subsidio extraordinario por desempleo del que se benefician actualmente 2 millones de estadounidenses.

Sobre el otro elemento del "abismo fiscal" -el previsto recorte automático de los gastos federales (200.000 millones de dólares en dos años)- las negociaciones continúan.

Fuentes republicanas en la Cámara de Representantes han sugerido, como medida de escape, la postergación por un año de los recortes automáticos que fueron previstos, en 2011, cuando Estados Unidos quedó al borde de la cesación de pagos por disputas en torno al límite de la deuda nacional.

Los medios estadounidenses siguen presentando la proximidad del "precipicio fiscal" como una película de suspenso, pero los mercados financieros se han mantenido parsimoniosos por la mayor parte de la jornada con un leve incremento de las cotizaciones.

Si Obama y el Congreso no se ponen de acuerdo antes de la medianoche, entrarán en vigencia mañana aumentos de impuestos para todos los estadounidenses, y el miércoles empezarán a aplicarse cortes en todos los gastos del Gobierno federal, la mitad de ellos en Defensa.

Los cortes en gastos sociales como Medicare (seguro médico para los jubilados) son anatema para el Partido Demócrata, pero los aumentos en las recaudaciones impositivas son anatema aún peor para el Partido Republicano.

Obama se ha mostrado dispuesto a reducir algunos gastos del Gobierno federal para reducir el déficit del presupuesto -que supera el billón de dólares anuales- pero su fórmula se equilibra con un aumento de impuestos al 2os por ciento de la población que tiene ingresos anuales de más de 250.000 dólares anuales.

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