El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se ha referido a la lucha contra el Estado Islámico como un "movimiento global", que deberá tener en cuenta que la derrota de los yihadistas no pasa de manera exclusiva por una campaña militar.
"Ésta no es una batalla convencional, ésta es una batalla en el largo plazo", ha asegurado el presidente estadounidense en el discurso inaugural de la cumbre contra el yihadismo, que se celebra aupiciada por la ONU.
En ella, Obama contó con la participación de un centenar de países -entre ellos España con la representanción del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo-, una veintena de instituciones multilaterales y miembros del sector privado, así como el secretario general de la Onu, Ban Ki-moon y el equipo de política exterior de la Casa Blanca,la directora de Seguridad Nacional, Susan Rice, y el secretario de Estado, John Kerry.
Obama insistió que no era suficiente con ganar la guerra contra el Estado Islámico, era necesario, también imponer sanciones económicas y eliminar cualquier germen que el grupo terroristas haya podio expander por el resto del mundo.
Precisamente, el presidente de Estados Unidos anunció que su Gobierno acababa de prohibir la entrada al país a 25 personas de distintas nacionalidades, entre ellas británica, francesa, saudí y rusa -entre otras-, por sus supuestas ismpatías hacia los yihadistas.
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