Obama defiende logros económicos pese a parálisis política en Washington

  • El presidente de EE.UU., Barack Obama, reconoció hoy las "legítimas" preocupaciones sobre los problemas de funcionamiento del sistema político estadounidense, principalmente por los encontronazos entre demócratas y republicanos en el Congreso, pero defendió los progresos en la recuperación económica.

Alfonso Fernández

Washington, 19 nov.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, reconoció hoy las "legítimas" preocupaciones sobre los problemas de funcionamiento del sistema político estadounidense, principalmente por los encontronazos entre demócratas y republicanos en el Congreso, pero defendió los progresos en la recuperación económica.

Obama lamentó las "heridas autoinfligidas" recientes, como el cierre parcial de la Administración federal y la amenaza de la suspensión de pagos debido a la incapacidad de ambos partidos para alcanzar un acuerdo presupuestario de medio plazo, y señaló que son "preocupaciones legítimas".

No obstante, subrayó, EE.UU. se recupera "más rápidamente que otras economías avanzadas" después de la crisis financiera de 2008 y dijo que los problemas en Washington son de índole política.

Entre las mejoras económicas citó la creciente independencia energética de Estados Unidos, la progresiva aceleración del crecimiento y la notable reducción de los déficit del país.

"Francamente, debemos dejar de gobernar con políticas de crisis en esta ciudad, porque de no ser por la disfunción en (las instituciones de) Washington, creo que todos estamos de acuerdo en que habríamos avanzado mucho más", afirmó Obama en una entrevista en un foro empresarial organizado por el diario The Wall Street Journal.

Por ello, llamó a republicanos y demócratas, cada uno de los cuales controla una cámara del Congreso, a trabajar conjuntamente y señaló que las diferencias entre ambos son menores de lo que la retórica apunta.

"Cuando vas a otros países, las divisiones políticas son mucho más contrastadas y amplias. Aquí en EE.UU. (...) estamos discutiendo justo al lado de la línea de llegada", aseguró.

Como ejemplo puso la reforma migratoria, después de que el Senado aprobara una propuesta bipartidista integral, y que se encuentra actualmente estancada en la Cámara de Representantes, donde la mayoría republicana no quiere una ley global, sino por partes.

"Soy optimista sobre la reforma migratoria. La reforma es un impulso para nuestra economía", insistió el presidente, quien se ha marcado esta legislación como una de las prioridades de su segundo mandato.

"Si prefieren cortarla en cinco partes, con tal de que esas cinco partes sean aprobadas, no me importa", agregó.

Recalcó, como uno de los elementos claves, que se incluya un camino para acceder a la ciudadanía para cerca de los 11 millones de indocumentados que se calcula viven en Estados Unidos.

Asimismo, aprovechó la ocasión para criticar a quienes desde la derecha le acusan de ser "socialista" por querer expandir algunos de los programas sociales, como la asistencia sanitaria.

"La gente me llama socialista, pero deberían conocer a uno de verdad", ironizó ante la selecta audiencia de un centenar de altos ejecutivos congregados en un lujoso hotel de Georgetown, en Washington.

Obama replicó que está "preocupado por la creciente desigualdad" en el sistema de EE.UU., pero no cuestiona "la eficacia de las economías de mercado en términos de generación de riqueza, innovación y de mantenernos competitivos".

También se refirió al último gran tropiezo de su Administración, los fallos en la puesta en marcha del portal informático que canaliza el acceso al nuevo mercado seguros sanitarios y que tiene como objetivo reducir los costos y ampliar la cobertura médica de los ciudadanos.

"Es cierto que mi página web no está funcionando del modo que estaba previsto", reconoció, pero insistió en que, una vez solventados los problemas, la competencia y el mayor número de asegurados permitirá que el acceso a los servicios médicos en EE.UU. sea más barato.

En el encuentro, de dos días de duración, también participaron el secretario del Tesoro, Jack Lew, y el representante de Comercio, Michael Froman, además del exsecretario del Tesoro Larry Summers y el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.

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