Obama enfada a los católicos con polémica norma sanitaria

  • El presidente Barack Obama ha airado a los católicos con una polémica norma sanitaria que obliga a las instituciones de esta confesión a ofrecer métodos anticonceptivos a sus empleados y que, en plena campaña electoral, es calificada por los republicanos como un ataque a la libertad religiosa en EEUU.

Miriam Burgués

Washington, 2 feb.- El presidente Barack Obama ha airado a los católicos con una polémica norma sanitaria que obliga a las instituciones de esta confesión a ofrecer métodos anticonceptivos a sus empleados y que, en plena campaña electoral, es calificada por los republicanos como un ataque a la libertad religiosa en EEUU.

La norma, incluida dentro de la también polémica reforma al sistema sanitario impulsada por Obama, entrará en vigor en 2013 y obliga a hospitales, colegios y entidades sociales católicas a ofrecer un plan de salud a sus empleados que contemple la planificación familiar y, en concreto, métodos para el control de la natalidad.

Anunciada por la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, el pasado 20 de enero, la medida ha despertado el rechazo de los católicos y del Partido Republicano, pero también de protestantes evangélicos y de grupos vinculados incluso a legisladores demócratas.

"Ninguna persona será forzada a comprar o usar anticonceptivos como resultado de esa norma", subrayó en un comunicado la directora del Consejo de Política Nacional de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz.

La Administración de Obama "está comprometida tanto con el respeto a las creencias religiosas como con incrementar el acceso a importantes servicios preventivos", anotó Muñoz.

Ante el aumento de las críticas, altos funcionarios de la Casa Blanca volvieron a defender hoy en una conferencia telefónica la medida, aunque no precisaron si se reconsidera su aplicación ante la polémica.

Pero lo cierto es que la jerarquía católica está muy molesta y el pasado domingo los obispos de más de 140 diócesis repartieron en las homilías una carta de rechazo a la norma gubernamental.

"Nunca antes en la historia de EE.UU., el Gobierno federal ha forzado a los ciudadanos a adquirir lo que viola sus creencias", ha dicho el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, para quien la medida promueve la "esterilización".

Con la polémica sobre la mesa en plena contienda electoral de cara a los comicios del 6 de noviembre, el peligro para las perspectivas del presidente Barack Obama reside en las interpretaciones de la norma como una intromisión en la libertad religiosa en un país que presume de fomentar las libertades individuales.

"Se trata de un ataque directo contra la libertad religiosa", según la campaña del candidato presidencial republicano Mitt Romney, de fe mormona y favorito a hacerse con la nominación de su partido para enfrentarse a Obama en noviembre.

Más lejos ha ido otro aspirante presidencial, el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, al afirmar que el Gobierno de Obama "ha declarado la guerra a la Iglesia Católica".

Y el exsenador Rick Santorum, católico convencido, padre de siete hijos, contrario al aborto y también candidato presidencial, repite que la Administración quiere obligarles "a hacer cosas que van en contra" de su fe con una norma que, además, a su juicio fomenta la esterilización.

Para el republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la iniciativa de Obama "viola la Constitución" y, por ello, hoy pidió al Gobierno que dé marcha atrás.

Según el último censo, en 2010 había en EE.UU. más de 77 millones de católicos, lo que equivale a una cuarta parte de la población total.

En las elecciones de 2008, Obama tuvo más apoyo de los votantes de esta confesión, en gran parte por los votos de los latinos católicos, que su entonces rival republicano, John McCain.

La fe cristiana de Obama ha sido puesta en duda varias veces desde su llegada a la presidencia en 2009.

Sus críticos se sirven de comentarios como el que hizo en 2010 acerca de que los musulmanes tienen derecho a construir una mezquita cerca de la "zona cero", en el Bajo Manhattan neoyorquino.

La Casa Blanca asegura que el presidente reza todos los días y que asiste a misa cuando pasa los fines de semana en la residencia de descanso en Camp David.

"Me despierto cada mañana y digo una breve oración, y dedico un breve tiempo a la escritura y la devoción", comentó hoy el propio Obama en Washington durante el Desayuno Nacional de Oración, que se celebra cada año el primer jueves de febrero.

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