Ocho señales preocupantes que marcarán la economía de un país sin gobierno

  • España sigue siendo el país de la UE que más empleo crea. El problema es que los empresarios no saben qué va a pasar en el segundo semestre.
La ministra de Economía, Nadia Calviño. / EFE
La ministra de Economía, Nadia Calviño. / EFE

Cuatro veces al año, el Instituto Nacional de Estadística publica uno de los índices económicos más importantes: el paro. Realiza más de 60.000 entrevistas en los hogares de todo el país, en las cuales pregunta cuántas personas en edad de trabajar están en paro o si han conseguido trabajo en las últimas semanas.

Luego, lo publica a finales de enero, abril, julio y octubre. Durante los últimos años, este índice ha dado muchas alegrías. España ha pasado de un índice de desempleo en 2012 de más del 26% de la población activa (6,2 millones de parados), a un 14% (3,2 millones).

Las cifras que han salido esta semana han demostrado que en España se sigue creando empleo. Es el trimestre donde más empleo se produce pues incluye muchas veces la Semana Santa (como ha sido este año), y además, las contrataciones del verano. El segundo trimestre del año es un indicio del dinamismo económico, del optimismo o pesimismo de los empresarios y de las previsiones.

Sin embargo, ha pasado algo que no pasaba desde aquel calamitoso año de 2012: el paro ha disminuido poco.

Pongamos una comparación: en los últimos seis años, el paro ha caído por estas fechas bastante: desde las 216.000 personas de 2013 personas (el año más débil), hasta las 340.000 personas en 2017. Pero en el segundo trimestre de este año solo ha caído en 123.000 personas. Es la primera señal de que las cosas ya no van tan bien, y que los empresarios empiezan a preocuparse.

Es decir, si la economía fuera aun cuadro de mandos de un avión, y el paro EPA fuera un indicador luminoso, estaríamos en la misma situación de un piloto que ve encenderse una luz amarilla. No es angustia. Es preocupación.

Hay otros indicadores en ese panel de mandos que pueden estar lanzando señales de alerta. La segunda señal de que esto se empieza a desinflar es el Indicador Sintético de Actividad. Es un índice mágico compuesto de varios índices, una especie de avisador de lo que nos encontraremos dentro de seis meses. Para calcularlo, el Ministerio de Economía en toma cuenta las ventas de grandes empresas, importaciones no energéticas, consumo de cemento, consumo de energía, transporte de mercancías y pasajeros por ferrocarril y avión, afiliados a la seguridad social no agrarios, entrada de turistas y crédito a empresas y familias.

En 2017, el ISA era de 3,1, que es como decir que la economía iba a muy buena velocidad. En 2018 fue de 2,5, que es como decir que las cosas van bien todavía, pero menos rápido. Este año, en el segundo trimestre, el ISA marcaba 2,4. Nada mal, pero desde luego ya no es como en 2017.

Más datos preocupantes. La tercera señal de debilidad es el último dato del consumo de energía eléctrica, que ha arrojado su peor dato en los últimos tres años: es negativo en 2,9% (junio de 2019).

Sigamos con la cuarta señal. Si se le pregunta a los empresarios de la industria qué tal está su confianza en la economía, el resultado es el peor índice en los últimos tres años: en junio fue negativo en 4,8 puntos. Y si se pregunta a los consumidores, van por el mismo camino: la media de este año es negativa en 4,4. Ya iríamos por la quinta señal

Junio, desde luego, ha sido un mes decepcionante en la matriculación de coches, que ha caído más de un 8%. Esa es la sexta señal. Y la matriculación de vehículos de carga sería la séptima, pues ha pasado de aumentos del 13% en 2017 a una caída del 1%.

La octava señal parece la cifra prevista de crecimiento económico para los doce meses de 2020 es de 1,9%, la peor en muchos años.

¿Van a ser tan malas las cosas? Comparada con Francia, Alemania e Italia, el crecimiento de la economía española es superior tanto en 2019 como en 2020. España sigue siendo el país de la UE que más empleo crea, y de las grandes economías es la que más crece: un 2,2% para este año, según el Gobierno, aunque el FMI es más optimista: un 2,3%.

El problema es que los empresarios no saben qué va a pasar en el segundo semestre, una etapa en la que planifican sus inversiones y gastos para el año siguiente.

¿Habrá gobierno? ¿Habrá elecciones? ¿Saldrá un gobierno de izquierdas? ¿Subirán el salario mínimo de nuevo? ¿Subirán las cotizaciones sociales? ¿Subirá el impuesto de sociedades?

Para colmo, a la vuelta del verano se conocerá la sentencia a los líderes políticos catalanes que intentaron desafiar al estado en 2107. La segura condena a varios años de cárcel será usada por los independentistas para protestar y crear a imagen de inestabilidad política en España, lo cual siempre repercute en la estabilidad económica.

También es de esperar que Reino Unido provoque una salida brusca de la UE en octubre, el 'Brexit duro', lo cual puede impactar en las inversiones de los británicos en España, en sus visitas turísticas, sobre todo. Los británicos son los principales turistas extranjeros en España.

Es decir, nos podemos encontrar en esas fechas cruciales sin un Gobierno estable hasta final de año, en caso de que no se consiga un acuerdo de gobierno en septiembre. Nos podemos encontrar si presupuestos del Estado. Y al final, nos podemos encontrar con que los empresarios, desanimados por el panorama, empiezan a meter el bolígrafo rojo en sus planes, y las cifras sean aún peores de lo esperado. Entonces, las señales de alarma pasarán de naranja a rojo.

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