Ólafur Ragnar Grímsson acaricia histórico quinto mandato en Islandia

  • Ólafur Ragnar Grímsson afronta como claro favorito los comicios presidenciales de mañana en Islandia, que de ganar le otorgarían su quinto mandato, algo que nadie antes ha logrado en los 68 años de independencia de este país nórdico.

Copenhague, 29 jun.- Ólafur Ragnar Grímsson afronta como claro favorito los comicios presidenciales de mañana en Islandia, que de ganar le otorgarían su quinto mandato, algo que nadie antes ha logrado en los 68 años de independencia de este país nórdico.

Las últimas encuestas le colocan con una ventaja de casi 7 puntos frente a su principal rival, la periodista Thóra Arnórsdóttir, con el 37%, mientras que los otros cuatro candidatos no tienen posibilidades reales de plantarle cara al veterano presidente, que ha sabido remontar una situación inicialmente adversa.

Hace un mes era Thóra Arnórsdóttir la que encabezaba los sondeos, pero Ólafur Ragnar Grímsson lanzó una táctica agresiva que le ha permitido dictar los temas a discutir en la campaña, centrada en el ingreso en la UE o la reforma del sistema de cuotas pesqueras, cuestiones más propias de unos comicios legislativos.

El papel del presidente en Islandia es similar al de un rey en una monarquía parlamentaria, pero el actual jefe de Estado lo ha dotado de un mayor protagonismo, sobre todo cuando usó el derecho a veto para forzar dos referendos en 2010 y en 2011 sobre un acuerdo para indemnizar a ahorradores extranjeros del banco Icesave.

Las leyes fueron rechazadas en las consultas populares y eso le permitió presentarse como defensor del país frente a los intereses extranjeros, a pesar de haber jugado antes un papel activo en apoyo a los magnates que llevaron al país al borde del colapso y que una comisión parlamentaria lo criticó duramente por ello.

Ólafur, que inicialmente dijo que no presentaría a la reelección, volvió a mostrar su habilidad política al hacer girar el debate en torno a la UE, tema delicado en un país que negocia su ingreso con Bruselas, pero donde la población está mayoritariamente en contra por el recelo a perder independencia y ceder sus recursos pesqueros.

Así, se ha erigido otra vez en defensor de los intereses de Islandia, desoyendo las críticas de sus adversarios por exceder sus funciones y politizar el papel del presidente.

Con su ataque frontal a Thóra, a quién acusa de ser un "títere" de la primera ministra, la socialdemócrata Jóhanna Sigurdardóttir, ha querido atraer a los votantes conservadores y aprovechar la impopularidad creciente del Gobierno, aunque él mismo procede originalmente del centroizquierda.

Thóra Arnórsdóttir ha optado por no responder a los ataques, en parte porque dio a luz a su tercer hijo en mayo, pero también como resultado de una estrategia estudiada de mantenerse al margen de las críticas, como hizo el "Mejor Partido" del humorista Jón Gnarr hace dos años para conquistar la alcaldía de Reikiavik.

Pero a la vista de su caída en las encuestas no parece haber sido la táctica más acertada en esta ocasión.

Frente a la figura de líder experimentado y patriota de Ólafur Ragnar Grímsson, que además cuenta con una base electoral sólida y un fuerte apoyo económico, Thóra Arnórsdóttir se ha presentado como la imagen de la renovación y del ascenso de las mujeres frente a la cultura masculina que algunos asocian a la crisis económica.

Sus intentos por limitar el debate a otras cuestiones, evitando pronunciarse de forma rotunda sobre la UE no han roto la idea de que es la candidata de un Gobierno nacido tras las protestas populares, pero que ha ido perdiendo arraigo de forma paulatina pese a que el país empieza a salir de la crisis antes de lo esperado.

El plan inicial del Gobierno era hacer coincidir las elecciones con la convocatoria de un referendo sobre la reforma de la Constitución, a partir de las propuestas lanzadas por una comisión popular, pero la oposición logró retrasar el trámite parlamentario, y la consulta se celebrará previsiblemente en otoño.

Mostrar comentarios