Entrevista a Óscar Puente, alcalde de Valladolid

"Es un error que el Gobierno transfiera el Ingreso Mínimo a las comunidades"

Apuesta por que sean los ayuntamientos los que gestionen la prestación. Echa en falta una política industrial en España y defiende unos Presupuestos con los aliados de la investidura.

Óscar Puente, alcalde de Valladolid
Óscar Puente: "Es un error que el Gobierno transfiera el Ingreso Mínimo a las comunidades".
Carlos Arranz/Ayuntamiento de Valladolid

Óscar Puente acaba de cumplir cinco años como alcalde de Valladolid y ha protagonizado en el Ayuntamiento una imagen poco habitual en la política: ha cerrado un pacto "para salir de la crisis" de la Covid con toda la oposición, salvo con Vox. A su favor tiene 26 de 27 concejales y está centrado en la reconstrucción de la ciudad. Como portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE no pierde de vista la política nacional y habla con La Información del Ingreso Mínimo Vital, de la crisis en las residencias, de los próximos Presupuestos Generales y de la necesaria industrialización de España, algo que él tiene muy presente con las fábricas de la automoción, esencialmente la de Renault, localizadas tanto en la provincia como en la limítrofe Palencia.

La factoría de la marca francesa es uno de los pulmones de la ciudad y la provincia. De hecho, como expone el propio alcalde, "si Renault se resfría en Valladolid tendremos pulmonía". Habla incluso de un caso Detroit si la insignia del rombo decide hacer lo mismo que ha hecho Nissan en Barcelona. Pero no es el escenario. Puente explica que las dos fábricas vallisoletanas gozan de buena salud, "porque los números salen", y pronostica, incluso, un futuro más próspero para empresa y trabajadores con la "enorme modernización" que se va a acometer en las plantas en los próximos años. Tranquilidad, en este sentido, para los 14.000 empleos y optimismo de cara al proceso de transformación que va a sufrir el sector. Un dato que ofrece el alcalde: de Valladolid sale la mitad de motores de Renault y buena parte de los que monta Mercedes en sus modelos más sencillos, como el clase A.

Pero Puente sí echa en falta una "política industrial" más potente en el país. "España necesita un plan" concreto para reforzar el "tejido productivo". Habla de zonas, como algunas de Andalucía, que van a sufrir porque "si les quitas el turismo no tienen una triste fábrica". Es consecuencia de "poner todos los huevos en una sola cesta". ¿Reindustrializar? Para eso "primero hay que industrializar". Considera que es "la asignatura pendiente" pero valora como "bueno" el plan de incentivos aprobado por el Gobierno.

El alcalde de Valladolid también se moja sobre el adiós de Nissan de Barcelona y considera que la deriva independentista "sí ha influido" en la salida de la marca japonesa. ¿Por qué? Porque el procés ha generado "incertidumbre" y porque "los gobiernos en Cataluña no han estado centrados". Puente habla de "cuestiones que distraen" a las políticas económicas. El detonante final ha sido la pandemia del coronavirus, cree, pero la decisión ya estaba tomada.

Óscar Puente es un firme defensor del Ingreso Mínimo Vital como una medida "estructural". Aplaude la decisión de Pedro Sánchez de impulsar una prestación que estaba prevista para los próximos años pero que la crisis ha acelerado. "El mercado laboral no absorbe a todas las personas en edad de trabajar", explica, por lo que "el discurso de que no trabaja el que no quiere no es verdad". En este sentido, en una posición que recuerda a la de Pablo Iglesias, asegura que el dinero de la prestación "va a la rueda de la economía" directamente.

Pero también alerta de dos problemas. El primero, el cobro: "Cuidado a ver cuándo cobra la gente", advierte. El segundo, la gestión: "Transferir el Ingreso Mínimo a las comunidades autónomas es un error". Puente considera que deben ser los ayuntamientos quienes asuman esta misión porque ya son ellos quienes lo hacen con la Renta Garantizada de Inserción. "El diablo está en los detalles", alerta. Es decir, que opta por retirar a los gobiernos autonómicos esta transferencia, que es lo que se está negociando en este momento además del acuerdo ya cerrado con País Vasco y Navarra, y dejársela a los consistorios municipales.

Otra queja, y no menor, de Puente hacia el Gobierno tiene que ver con el superávit que acumulan los ayuntamientos y que el Ejecutivo central no permite gastar. "La respuesta del Gobierno es muy decepcionante", concluye, no sin antes advertir de que su posición es incómoda por ser miembro de la Ejecutiva Federal. "Pero pesa mi condición de alcalde", añade. El problema lo dirige hacia María Jesús Montero: "En Hacienda creen que [los ayuntamientos] estamos nadando en la abundancia". Su lamento: "No nos dejan gastar" lo que es de los municipios. "Somos la única administración a la que han impuesto un sistema normativo que cercena nuestra autonomía". Se refiere a la Ley Montoro que Unidas Podemos está intentando tumbar vía Congreso. Remarca que el superávit municipal ha servido "para camuflar el déficit de las comunidades autónomas".

Valladolid, como todas las ciudades, ha tenido un problema con las residencias de ancianos y Puente cree que es el momento de cambiar el modelo de cuidados a los mayores. "No son aparcaviejos", proclama. Su propuesta es la siguiente: "Las personas mayores deben mantener su autonomía lo máximo posible, en sus viviendas". Apuesta, en este estadio, por un refuerzo de la teleasistencia y la ayuda a domicilio. En el caso de que no haya más remedio, defiende fórmulas mejoradas de tutela y una mejora de la asistencia sanitaria en estos centros. Recuerda que en alguno de ellos, gestionado por la Diputación, se ha detectado casi un 95% de infectados, lo que ofrece una imagen real del problema.

El alcalde de Valladolid, que sonó a principios de año como ministro, también se moja sobre los futuros Presupuestos. "La primera línea de trabajo tiene que ser con los socios de investidura", defiende. Lo tiene claro: ERC. "El Gobierno tiene que buscar a los aliados más naturales", añade. Para Óscar Puente "la salida de esta crisis tiene que ser por la izquierda". Es decir, nada de recortes ni ajustes, si la Unión Europea lo permite, y una apuesta firme por "políticas keynesianas".

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