Otegi emplea el juicio para abogar por la negociación, pero no condena a ETA

Madrid.- El ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi, que está siendo juzgado en la Audiencia Nacional junto a otras dos personas por un delito de enaltecimiento del terrorismo, ha abogado durante la vista por una solución negociada para superar el "conflicto vasco", si bien ha evitado condenar la violencia de ETA.

"Mis intervenciones siempre son en términos políticos", ha reconocido Otegi, quien según su abogada Jone Goirizelaia está en huelga de hambre desde el pasado lunes -circunstancia que Instituciones Penitenciarias no ha confirmado-, secundando así la campaña de protestas anunciada por el colectivo de presos de ETA (EPPK) a principios de este mes.

Aunque el acusado no ha hecho ninguna referencia a ello durante su declaración, su letrada ha pedido permiso al tribunal para darle una botella de agua diciendo que estaba en huelga de hambre, a lo que la presidenta de la sala, Ángela Murillo, ha respondido: "Como si quiere beber vino".

Antes de comenzar la vista, la sección cuarta de la sala de lo penal ha ordenado hoy la busca y captura de Jon Enparantza y Estanislao Etxaburu, dos de los acusados que, junto a Otegi, también debían ser juzgados por participar en un homenaje al preso de ETA José María Sagarduy el 9 de julio de 2005 en Amorebieta (Vizcaya) y que no han comparecido.

"He militado y seguiré militando en la izquierda abertzale hasta que me queden fuerzas y vida", ha subrayado Otegi durante su interrogatorio, en el que ha aprovechado para hacer suyas "las conclusiones Alsasua", en las que se abogaba por un nuevo proceso negociador entre el Gobierno y ETA, y el debate "que se va a poner en público en las próximas semanas".

Ese planteamiento, según Otegi -para quien la fiscal pide 18 meses de cárcel y las acusaciones hasta cinco años-, fue el que también expuso en el homenaje a Sagarduy, preso desde 1980 al que comparó con el premio Nobel de la Paz Nelson Mandela para hacer un paralelismo con la resolución "pacifica" del conflicto en Sudafrica.

Otegi, que según ha explicado acudió al acto invitado por la familia del preso y en su condición de portavoz de la izquierda abertzale, ha insistido también en el juicio en que los presos políticos vascos deben ser "interlocutores necesarios".

"Lejos de hacer apología o enaltecimiento de soluciones violentas al conflicto que afecta nuestro país, la izquierda abertzale, entonces y ahora, hace una apelación a una solución pacifica y democrática", que debe conllevar la liberación de los presos políticos vascos, ha afirmado.

Al término de su comparecencia, Otegi se ha negado a contestar a la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, si condenaba rotundamente la violencia de ETA, al igual que ha hecho la ex presa de ETA y representante del colectivo de Presos Políticos Vascos Itziar Galardi, que se enfrenta a una petición fiscal de 15 meses de cárcel y de las acusaciones de hasta cinco años.

"Es de justicia que lo pidiésemos", ha dicho la acusada, que ha reconocido que en el acto reclamó la participación del colectivo de presos en el proceso "para superar el conflicto" vasco, y ha asegurado que acudió para reivindicar la libertad de su "amigo".

Por su parte, Josene Irakulis, a la que sólo acusan el Foro Ermua y Dignidad y Justicia, ha recordado que ella se encargó de pedir permiso al Ayuntamiento de Amorebieta para celebrar el acto, así como de solicitar la toma de luz necesaria y un escenario, unas solicitudes que el Consistorio atendió.

Se ha referido además a que en "el 80 por ciento" de los establecimientos del centro de la localidad vizcaína se exhibe una imagen de Sagarduy reclamando su libertad, y que no se ha retirado de ningún local.

Varios policías que han testificado en la vista han coincidido en que el acto no era uno organizado por un grupo de amigos, sino que "pretendía prestigiar y legitimar la lucha armada".

El juicio continúa mañana pero sin la presencia del portavoz del PNV en el Parlamento vasco, Joseba Egibar; el ex coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo; el ex dirigente del PNV José Antonio Rubalkaba, y el padre de Sagarduy, a cuyos interrogatorios han renunciado las defensas.