Oxfam pide que nuevo tratado de armas regule también la venta de componentes

  • La organización internacional Oxfam pidió hoy que el nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), que se negociará en la ONU a partir del próximo lunes, regule también la venta de partes y componentes de armamento, un negocio que movió casi 10.000 millones de dólares entre 2008 y 2011.

Naciones Unidas, 26 jun.- La organización internacional Oxfam pidió hoy que el nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), que se negociará en la ONU a partir del próximo lunes, regule también la venta de partes y componentes de armamento, un negocio que movió casi 10.000 millones de dólares entre 2008 y 2011.

Oxfam considera que la "pobre regulación" que permite el comercio de esos componentes que se usan para mantener o fabricar "armas mortíferas y equipamiento militar" permite a "usuarios irresponsables evitar embargos de armas y violar las leyes humanitarias internacionales y los derechos humanos".

La organización quiere que su regulación se incluya en el nuevo TCA que hasta el 27 de julio se debe negociar en Naciones Unidas, ya que ha detectado las reticencias de varios países, entre ellos India, Egipto y Vietnam, para que esto ocurra, lo que alargaría "una laguna jurídica muy peligrosa", según un comunicado.

"Las ventas de piezas para el mantenimiento y la fabricación de armas debe regularse de manera tan estricta como la venta de armas", subrayan los responsables de Oxfam, que acompañan su petición de un informe con datos que indican que ese negocio movió al menos 9.700 millones de dólares entre 2008 y el año pasado.

Para la entidad, una de las que más ha presionado junto a Amnistía Internacional (AI) para lograr un TCA robusto, el nuevo tratado que salga de las negociaciones de la ONU ofrece una "oportunidad única" para regular ese sector y alerta de que, si no se logra, el nuevo documento "quedará trágicamente dañado".

Oxfam sostiene que el nuevo tratado debe tener en cuenta la realidad de cómo opera la industria de armamento globalizada en el mundo actualmente, en el que se fabrican piezas y componentes para todo, desde acorazados hasta ametralladoras, en distintos lugares del mundo y luego se arman en otro lugar.

"Muchos tanques, aviones y pistolas se venden por piezas, como librerías en una tienda de muebles, sin que se pregunte nada sobre cómo se van a usar", señaló la experta en control de armas de Oxfam, Anna MacDonald, en el mismo comunicado, en el que defiende que "comprar un tanque no puede ser como comprar un mueble".

Para MacDonald, "si la venta de piezas y componentes fuera excluida del ámbito de aplicación del TCA, se crearía un enorme vacío".

Oxfam indica que una adecuada regulación de la venta de piezas y componentes "no debe requerir que se vigile estrictamente la venta de cada tuerca, perno o resorte, pero sí requerir una mayor regulación de las piezas y componentes especialmente diseñados, fabricados o modificados para fines militares, que son fundamentales para el funcionamiento de armas y municiones".

El informe de la entidad, llamado "Piecing it all together" (Armándolo todo), pone varios ejemplos de la importancia de que se regule el sector y detalla que en el África subsahariana existe "una industria pujante" de producción de armamento con piezas de países de fuera de la región.

"En muchos casos, ese comercio es legítimo, pero en otros las armas se usan para cometer violaciones de los derechos humanos", subraya el estudio presentado, que habla concretamente de casos como el de aviones de entrenamiento avanzado K8.

Entre 2005 y 2006, Zimbabue compró 12 de esos aviones, en los que había piezas del Reino Unido (asientos eyectables), Estados Unidos (panel de instrumentos de cabina) y Ucrania (motores), mientras que los planos de la aeronave se habían basado en diseños mixtos chino-pakistaníes y los modelos fueron construidos en China.

Además, pone como ejemplos los casos de las fuerzas de que disponía Muamar el Gadafi en Libia y actualmente Irán, país al que acusa de tener "una red de comerciantes operando legal e ilegalmente para saltarse las sanciones de Estados Unidos y la ONU", con los que mantiene operativos 300 aviones de combate.

"Sin una regulación global de este comercio, será imposible regular efectivamente ninguna parte del comercio de armas, ya que las empresas serán capaces de saltarse las normas de envío de armas en piezas", subraya el informe.

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