El resto sobrevive en Más Madrid

La caída de Iglesias y Podemos sella el fin político de los herederos del 15-M

La salida de sus cargos del exvicepresidente del Gobierno supone el cierre casi definitivo de una etapa en la que la izquierda se nutrió de los movimientos sociales. Los morados afrontan ahora una etapa difícil.

El líder de Unidas Podemos y candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, comparece ante los medios este martes en la sede del partido, en Madrid, tras conocer los resultados de las elecciones autonómicas
La caída de Iglesias y Podemos sella el fin político de los herederos del 15-M
Agencia EFE | Kiko Huesca

Los resultados electorales de la Comunidad de Madrid son todo un punto de inflexión para la izquierda. A la derrota inapelable contra la figura de Isabel Díaz Ayuso se suma el final de una manera de hacer política que coincidía en tener como origen movimientos como el 15-M. Pablo Iglesias era uno de los pocos supervivientes de esa corriente. El exvicepresidente del Gobierno se convirtió en el más exitoso de todos ellos por liderar a un partido tan relevante como Podemos. Una influencia que le ha permitido situar a una formación de apenas seis años de vida en el primer Ejecutivo de coalición de la historia reciente. El varapalo frente al PP ha precipitado un adiós de la política que comenzó a ensayar cuando dejó la coalición que compartía con el PSOE. Y que marca un antes y un después para un grupo que llegó a las instituciones a través de cuestionar su funcionamiento democrático.

Cuando se anunció el nacimiento de Podemos en enero de 2014, la mayoría de sus fundadores había formado parte de una manera u otra del 15-M. Iglesias fue la cara visible porque, como admitió él mismo, le pidieron que diera un paso al frente. Junto a él estuvieron los posteriormente miembros de su dirección, como Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa o Luis Alegre. También estaban Íñigo Errejón y Teresa Rodríguez. Además, había otros nombres más desconocidos como Pablo Padilla o Miguel Ardanuy, que participaron activamente en ámbitos como el campamento de la Puerta del Sol y fundaron el movimiento Juventud Sin Futuro. En este último, también estaban Ramón Espinar, Rita Maestre, Isabel Serra, Eduardo Fernández Rubiño o Segundo González. Todos ellos acabaron formando parte de la formación morada desde sus inicios. 

Esos nombres y muchos otros tenían en común un fuerte compromiso político con diversas reivindicaciones que ejercían a través del activismo. El 15-M fue el que les abrió la puerta a capitalizar ese descontento en una causa con unos planteamientos comunes y que logró arrastrar a miles de ciudadanos. El Campamento Sol fue el que durante semanas aglutinó un descontento al que se quería poner fin a través de medidas de todo tipo. De hecho, muchas de esas propuestas ahora forman parte de los programas o incluso son leyes o están integradas en las mismas. Apenas tres años después de aquella génesis, Podemos estaba en marcha. Con Iglesias al frente, la política española cambió para siempre por unos planteamientos de izquierda que chocaban con los del PSOE. Un proceso de crecimiento que tuvo su cénit en el acuerdo de coalición con Pedro Sánchez. Hasta este 4-M.

El panorama actual es que los morados van a decir adiós al líder que en un momento dado representó electoralmente aquellos postulados que se leían en pancartas o se vociferaban a través de megáfonos en pleno centro de Madrid. Antes que él, desaparecieron los que le acompañaron desde el principio. En la mayoría de casos, abandonaron el partido por una falta de sintonía con la estrategia de Iglesias. O porque este directamente optó por cesarles. El primero en caer fue Monedero, que no estaba conforme con la línea que seguía la dirección. Aun así, es de los pocos que continúa a su lado, ya que se mantiene como uno de sus principales apoyos. Otros como Bescansa o Alegre desaparecieron directamente de la política institucional. En el caso de la primera, con el conocido como 'Jaque Pastor' marcando su final. 

Más Madrid, el heredero

Con la marcha de Iglesias, ni uno solo de los perfiles fuertes que bebieron del 15-M y contribuyeron a crear Podemos sigue vinculado al mismo. Entre los morados quedan otros perfiles muy vinculados a los movimientos sociales, como ocurre con Rafa Mayoral, que fue uno de los representantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Pero el resto de los que continúan no tenían un peso tan destacado como los nombres antes mencionados. Por ejemplo, Irene Montero no fue una de las que más destacó. Sus orígenes también estuvieron en la PAH. Lo mismo ocurre con Ione Belarra, que empezó liderando organizaciones antirracistas como SOS Racismo. La futura líder, Yolanda Díaz, tampoco formó parte de aquellos inicios. Ella estaba vinculada al Partido Comunista, y aún hacía política en Galicia. Una filiación que comparte con Alberto Garzón, que fue el primero que llegó a las instituciones a través del acta de diputado que logró con IU. 

La paradoja es que donde sí sobreviven referentes del 15-M es en la escisión que surgió de Podemos. Más Madrid es la que ha servido para acoger a esas figuras que o dieron de lado a Iglesias o bien fueron invitadas a marcharse por la cúpula de este. El caso más conocido es el de Íñigo Errejón. Su intento de disputar la estrategia a Iglesias en aquel congreso de Vistalegre II marcó su carrera y fue el anticipo de su salida de la formación. Rita Maestre también lo intentó en Madrid, compitiendo contra un Ramón Espinar avalado por la dirección. Tampoco logró el objetivo, y posteriormente acompañó a Errejón. Además, junto a ellos están otros como Padilla o Segundo González. La líder actual, Mónica García, se vinculó a todos ellos más tarde. Aunque coincidía en que llegó de otro movimiento social como la Marea Blanca.

Ahora, Podemos afronta una etapa sobre la que nadie se atreve a hacer vaticinios. Una dimisión de Pablo Iglesias es incomparable a los ceses o destituciones de los años anteriores. La señalada para sucederle es Yolanda Díaz, que ni siquiera es afiliada y detenta la vicepresidencia tercera gracias a la confluencia de Podemos con Izquierda Unida. Sea ella u otro perfil el que se ponga al frente, lo que está claro es que se abre un nuevo periodo. El 15-M y los 'indignados' continuarán siendo el gran referente de una formación que, aunque ha mejorado resultados el 4-M, sabe que afronta una seria crisis de viabilidad. Pero ya no estarán los que lo fundaron bajo esos postulados. Los que quedan, están en Más Madrid. La misma formación que ha sido capaz de ganarle al PSOE en unas elecciones. Algo que Podemos no ha logrado hasta ahora a nivel autonómico.

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