Pakistán aumenta la seguridad tras el atentado suicida que causó 57 muertos

  • Las autoridades pakistaníes anunciaron un incremento de las medidas de seguridad previstas para las festividades del inicio del año islámico tras el atentado suicida que ayer segó la vida de 57 personas y dejó decenas de heridos.

Islamabad, 3 nov.- Las autoridades pakistaníes anunciaron un incremento de las medidas de seguridad previstas para las festividades del inicio del año islámico tras el atentado suicida que ayer segó la vida de 57 personas y dejó decenas de heridos.

El ataque fue perpetrado por un joven de entre 18 y 22 años en el puesto de Wagah, fronterizo de Pakistán con la India, al finalizar una ceremonia marcial que realizan desde hace décadas los dos países y que atrae a un gran número de espectadores.

Pakistán y la India han cancelado la ceremonia de arriado de la bandera durante tres días, que fue establecida en los años 50 y solo fue interrumpida durante las guerras de 1965 y 1971, según el periódico Indian Express.

Las fuerzas de seguridad descubrieron hoy explosivos y chalecos suicidas cerca de donde se cometió el atentado ayer, después de que se alertara de la presencia "de alguien sospechoso", informaron fuentes militares al diario Dawn.

El Gobierno ha desplegado medidas de seguridad "sin precedentes", indica Dawn, para proteger las celebraciones de hoy y mañana de Muharram, primer mes del año islámico y las jornadas más festivas para los chiíes, minoría en Pakistán que es objeto de atentados sectarios por parte de radicales suníes.

Tanto hoy como mañana, cientos de procesiones chiíes recorrerán las ciudades paquistaníes.

Para evitar ataques contra ellas, las autoridades han desplegado 12.000 policías y militares en Islamabad; 9.000, en la ciudad oriental de Lahore; 14.000, en Karachi; 7.000, en Pesháwar, y 5.000 en Queta, informaron a Efe portavoces policiales de estas ciudades.

Además, se ha prohibido que las motocicletas circulen con pasajeros para evitar ataques y la telefonía móvil se ha bloqueado en algunas áreas para evitar la activación de bombas a control remoto.

En Lahore se han instalado 225 cámaras de vigilancia y desplegado helicópteros para vigilar las procesiones.

El Instituto de Ciencias Médicas de Pakistán de Islamabad se encuentra en alerta con 250 camas disponibles en caso de que haya víctimas en ataques, de acuerdo con Dawn.

En el noveno y décimo días de Muharram, los chiíes, a los que sectores radicales suníes consideran heréticos, recuerdan la muerte de Husein, nieto de Mahoma, asesinado en la localidad iraquí de Kerbala en el año 680 junto a su estirpe por las huestes suníes al mando del califa omeya Yazid I.

Los atentados de carácter sectario en Pakistán, en especial contra la minoría chií (un 20 % de la población del país), se han incrementado en los últimos años dentro de un marco general de recrudecimiento de la violencia terrorista desde finales de 2012.

En junio de 2013, un atentado en Queta cerca de un centro de rezo chií causó la muerte a 30 personas y heridas a otras 60, mientras que a principios de ese año, tres matanzas en barrios chiíes de las ciudades de Queta y Karachi (sur) causaron más de 250 muertos.

El pasado enero 26 fieles de esta rama del islam fueron asesinados en dos autobuses.

Se estima que Pakistán es el segundo país del mundo con mayor población chií, unos 40 millones de personas, solo por detrás del vecino Irán.

De acuerdo con un informe del Instituto Paquistaní para Estudios de Paz, el año pasado murieron 685 personas, en su mayoría chiíes, en más 200 atentados dirigidos a las minorías religiosas del país.

El Ejército paquistaní comenzó el 15 de junio una ofensiva militar en la región tribal de Waziristán del Norte, donde desplegó 30.000 soldados para tratar de acabar con los grupos insurgentes que se ocultan en la zona, en la que han muerto 1.100 insurgentes y 90 soldados.

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