Pantoja, de ser aclamada, a acusada de ladrona

  • Montserrat Martínez y María del Mar Domínguez.

Montserrat Martínez y María del Mar Domínguez.

Málaga, 16 abr.- La tonadillera Isabel Pantoja, acostumbrada a ser jaleada por sus seguidores, ha pasado hoy de ser aclamada por ellos a la entrada de la Audiencia de Málaga, a ser abucheada, zarandeada, y acusada de "ladrona" por sus detractores tras ser condenada a dos años de prisión por blanqueo de capitales.

Pantoja, que ha llegado con bastante antelación a la cita judicial, ha tenido que esperar algo más de dos horas para conocer el desenlace del caso en el que está procesada junto a su expareja Julián Muñoz y la que fuera esposa de éste, Maite Zaldívar.

Con el pelo recogido, ropa informal y semblante serio, la artista ha escuchado primero las condenas que el tribunal ha impuesto a Muñoz y Zaldívar, y mientras se leía la suya, apenas ha gesticulado; tan sólo ha bajado la cabeza y ha mirado hacia un lado al saber que tendrá que pagar más de 1,1 millones de euros de multa.

Ante la diferencia de penas impuestas a Zaldívar -tres años y tres meses de prisión- y Pantoja, se ha producido un murmullo de sorpresa e indignación entre algunos asistentes que ha obligado al presidente del tribunal a llamar al orden y a advertir de que no iba a tolerar muestras de aprobación o desaprobación.

Más expresiva ha sido Maite Zaldívar quien, visiblemente nerviosa desde su entrada en la sala, ha roto a llorar al escuchar su condena por un delito continuado de blanqueo de capitales, mientras que Julián Muñoz, acostumbrado a estas lides y vestido con un elegante traje gris, ha permanecido en todo momento cruzado de brazos.

Una vez que el público había abandonado la sala, las lágrimas de Zaldívar y su hija Eloísa Muñoz han continuado en el pasillo del juzgado porque acababan de saber que el exregidor iba a ingresar de forma inminente en prisión incondicional sin fianza.

A una distancia de unos diez metros se formaron dos grupos de amigos y familiares de Pantoja y Zaldívar, que intentaban consolarlas mientras éstas asumían su condena.

Desde la detención de la tonadillera en 2007 en su casa de Marbella, sus seguidores siempre han intentado apoyarla tanto en la calle como en sus conciertos, que se han reducido en estos años de crisis económica, en los que la artista ha visto empañada su reputación.

La artista, viuda del torero Francisco Rivera "Paquirri", ha sido arropada a su llegada a la Audiencia malagueña con gritos de ánimo como "guapa" y "mucha fuerza", unos días después de que su hijo le confirmara que había dejado la relación con la madre de su nieto, por la que Pantoja tanto había apostado.

Sin embargo, la tranquilidad de la entrada no se ha vivido en la salida, en la que el despliegue policial no ha podido impedir que se viese rodeada por decenas de cámaras mientras sus detractores la llamaban "choriza", "ladrona" y "delincuente".

El revuelo ha sido tal que el chófer de la artista se ha subido al techo del vehículo para ayudarla a entrar en el coche, y algunos periodistas han sufrido pequeñas lesiones y desgarros en su ropa.

Mientras Pantoja, que no tendrá que ingresar en prisión, abandonaba las dependencias judiciales, los familiares de Muñoz se ponían de acuerdo para proveer al exalcalde de lo necesario ante su próximo regreso a prisión, de la que salió en 2008 tras obtener el tercer grado.

Aquejado de problemas cardiovasculares, el sucesor de Jesús Gil aprovechó su anterior paso por la cárcel para estudiar Derecho y cuidar su salud.

El jueves volverá a sentarse en el banquillo, esta vez en Madrid por el caso Saqueo II. Encausado en más de cien procedimientos judiciales, su periplo judicial aún no terminado.

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