Para Pablo Iglesias la victoria de Corbyn simboliza el fracaso del social-liberalismo

  • El líder del partido de extrema izquierda español Podemos, Pablo Iglesias, celebró en una columna publicada este lunes la elección de Jeremy Corbyn para dirigir el Partido laborista británico, un símbolo, según él, del fracaso del social-liberalismo.

"La campaña contra Corbyn ha empezado ya. Oímos los mismos insultos que ha recibido el Gobierno griego (de Alexis Tsipras) y que hemos recibido nosotros, o la misma condescendencia", declara Iglesias en un artículo en El País titulado "El Pablo Iglesias británico".

Estos insultos proceden de quien "dice que su papel será solo el de ser una llamada de atención pero que nunca podrá gobernar". "Y, sin embargo, cada vez somos más y más fuertes en Europa. Bienvenido, Jeremy", celebra.

Repasando los puntos comunes entre Podemos, nacido hace solo año y medio, y el partido fundado por los sindicatos británicos, opina que su formación representa la expresión social del fracaso del neoliberalismo, un modelo de organización política que los socialistas españoles (PSOE), en el poder durante el estallido de la crisis en 2008, no supieron combatir.

"La historia en Reino Unido no es tan distinta", señala Iglesias, profesor de ciencias políticas, señalando que la historia del neoliberalismo británico supuso "la derrota del laborismo y de la clase trabajadora británica".

Su máximo exponente fue "la tercera vía de Tony Blair (primer ministro laborista), convertido en el mejor heredero" de la liberal Margaret Thatcher, dice Iglesias.

"Si Podemos ha sido la mejor expresión de la crisis de identidad del PSOE (...), en Reino Unido, Corbyn es la mejor expresión de la crisis de identidad del Labour Party", opina.

"Por fin vamos a contar con un aliado en Reino Unido con el que compartimos diagnóstico y un proyecto de defensa de los derechos sociales mediante políticas que combatan la desigualdad".

Corbyn fue escogido el sábado como líder del partido con 59,5% de los votos, una cifra dos veces y media superior a la obtenida por Tony Blair en 1994. El primer ministro conservador David Cameron señaló que dicha decisión supone "una amenaza para nuestra seguridad nacional".

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