En el siglo XIX Haití, primera república negra de la historia, debió, para ser reconocida a nivel internacional, pagar indemnizaciones a los antiguos colonos franceses para compensarlos por la pérdida de ingresos resultante. Haití pagó entonces alrededor de 17.000 millones de euros, una suma que actualmente muchos haitianos quieren recuperar.
"Jean-Bertrand Aristide había pedido a Francia restituir el dinero que había pagado por su independencia. Fue por eso que hicieron un golpe de Estado contra Aristide. Hoy queremos que Francia nos devuelva ese dinero", afirmó uno de los manifestantes, Charles-Bertrand Abdonel.
Los partidarios del exsacerdote de las villas miseria convertido en presidente pidieron igualmente que se respete su voto en las últimas elecciones.
Durante la primera vuelta de las presidenciales, el 25 de octubre, el candidato oficialista Jovenel Moïse, obtuvo el 32,76% de los votos contra 25,29% para el opositor Jude Célestin, que calificó estos resultados de "farsa ridícula".
Tras el anuncio de la postergación sine die de la segunda vuelta, la oposición ha denunciado un "golpe de Estado electoral".
"En 2004, sacaron al líder carismático del pueblo. Hoy, la comunidad internacional ha pretendido robarnos otra vez, no respetando nuestro voto", denunció otro manifestante, Jacques Ronel, que acusó a Francia y Estados Unidos de "maniobrar para vaciar el país".
Los seguidores de Aristide reclaman la instalación de una comisión independiente de verificación de los resultados de la elección presidencial.
Para colmar el vacío institucional, el parlamento haitiano designó a su vez el 14 de febrero a Jocelerme Privert como presidente interino por un plazo de 120 días.
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