Se los juzga por acusaciones de "violencia en reunión" o "robo con violencia".
Las 47 víctimas convocadas son mayoritariamente mujeres. Varias de ellas sufrieron fracturas en las costillas.
Durante una corrida hace cuatro años, decenas de defensores de los animales se encadenaron en la plaza de Rodilhan, a seis kilómetros de Nimes, y lanzaron bombas de humo, al grito de "¡abolición!" o "¡la tortura no es nuestra cultura!".
Fueron evacuados con violencia de la pista. Algunos de ellos recibieron patadas o puñetazos en la cabeza.
Un solo policía y cuatro socorristas estaban presentes en el lugar de los hechos.
Al ser interrogado sobre la ausencia de medidas de seguridad, el alcalde de Rodilhan, Serge Reder, uno de los acusados en este juicio, estimó que los aficionados a la corrida "son gente tranquila, que viene a ver un espectáculo que le gusta".
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