Pedro Sánchez, la esperanza de los socialistas españoles

  • El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) espera haber encontrado en Pedro Sánchez a un dirigente capaz de levantar a un partido aturdido tras sucesivos batacazos electorales y en el que gran parte de sus electores han perdido la confianza.

Eva Santos y Laura Ramos

Madrid, 26 jul.- El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) espera haber encontrado en Pedro Sánchez a un dirigente capaz de levantar a un partido aturdido tras sucesivos batacazos electorales y en el que gran parte de sus electores han perdido la confianza.

Trabajador nato, seguro de sí mismo, con una energía desbordante, con madera de líder, capaz de ponerse en el lugar de los demás; así definen algunos de sus más cercanos a Sánchez, un gran desconocido hace apenas dos meses y que hoy ha sido confirmado por aclamación como quinto secretario general del PSOE.

Con 42 años, este apuesto madrileño, con preparación académica, idiomas y un don natural para empatizar, que nunca sale mal en las fotos y que siempre da bien en televisión, tiene ante sí el reto de demostrar que también tiene cintura suficiente como para conducir a los socialistas hacia el final de la travesía del desierto por la que deambulan desde años.

No tiene mucho tiempo para hacerlo, porque las elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta de la esquina y en los círculos socialistas se interpreta que, o el PSOE tiene un resultado aceptable o Sánchez no tendrá ocasión de seguir demostrando nada.

Ha sido el suyo un ascenso meteórico porque hace apenas año y medio ni siquiera era diputado y ahora sueña con ser candidato a presidente del Gobierno, con permiso de Susana Díaz.

Desde que arrasó en la votación de los militantes se ha visto con todos los dirigentes de su partido y ha hablado con referentes como Felipe González, en su afán por dejarse aconsejar para configurar una ejecutiva de unidad e integración, tal y como prometió desde el principio, que combine experiencia y renovación.

Hasta ahora, su carrera política había sido más bien discreta, aunque su eficacia era sobradamente conocida dentro del PSOE, hasta el punto de que su predecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, le encargó la coordinación de la Conferencia Política del pasado mes de noviembre.

A finales de 2013 su nombre comenzó a circular como aspirante a las primarias del PSOE, en las que se elegiría al cartel electoral a las elecciones generales, pero había tantos candidatos de peso que no se le tuvo en cuenta.

La entonces dirección del partido no le dio papel alguno en la campaña de las elecciones europeas de mayo pasado, pero a él no le importó, acudió a dar mítines a las agrupaciones locales que le pidieron colaboración.

La debacle en esos comicios y la decisión de Pérez Rubalcaba de marcharse y convocar un congreso extraordinario cambió los planes de todos los protocandidatos.

El 13 de julio pasado ganó las primeras primarias que celebró el PSOE en sus 135 años de historia, derrotando a otros dos candidatos.

Sánchez es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, máster en Economía Política Europea por la Universidad Libre de Bruselas y en Liderazgo Público por el IESE.

Trabajó un periodo corto de tiempo en el departamento de Relaciones Internacionales de la ONU y en el gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia para el proceso de reconstrucción y fue dos años asesor en el Parlamento Europeo.

Con ese currículum, empezó a hacer trabajos como economista para el PSOE de los primeros años del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid entre 2003 y 2007, junto con la que después sería ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez.

Entró en el Congreso en 2009, para ocupar la vacante que dejó el exministro de Economía y exvicepresidente de la Comisión Europea Pedro Solbes, y, aunque mejoró su puesto en la lista en la siguiente legislatura, tuvo nuevamente que esperar más de un año para volver a la Cámara, en otra sustitución

Una discontinuidad que le obligó a ganarse la vida fuera de la política, trabajando de consultor autónomo en proyectos internacionales, y a sacarse el doctorado en Economía y Empresa para dar clase en la universidad.

Está casado con Begoña Fernández por un "flechazo", según dice, y tiene dos hijas.

Mostrar comentarios